“¿Vos no sos el Cirilo?”. La pregunta aparece con frecuencia en la calle y delata al “personaje”, dibujando en su cara una amplia sonrisa. Es que Jorge Jacques tomó protagonismo en Misiones al encarar a Cirilo, un peón de campo que cumplía tareas en el Almacén de Ramos Generales, el recordado programa que se emitía por LT 85 TV Canal 12, con la conducción de Raúl Vergara y la participación de la actriz Flora Ortigoza.
Nacido en Paso de los Libres, Corrientes, de chico empezó a trabajar en LT 12 Radio “General Madariaga” de esa localidad. Con el paso de los años, presentó su currículum a Canal 12 y lo llamaron para trabajar a la planta de la emisora, en la capital misionera. Luego pasó al estudio, donde se ocupó del sonido, cámara, dirección de cámara y la atención de los alumnos del Instituto Montoya que llegaban para rendir exámenes y recibirse de locutor nacional. El canal fue su segundo hogar a lo largo de 30 años.
El locutor Lucas Raúl Vergara lo había invitado a formar parte de un programa que se emitía al mediodía. En ese espacio, “empecé a hacer música tocando un teclado, que me había comprado en Encarnación, y cantaba, lo que significaba una novedad para la época. Por eso me considero un precursor. Tenía que interpretar un tema de José Luis Rodríguez o de Isabel Pantoja y los televidentes tenían que mencionar el tema. El ganador se llevaba una entrada para asistir al programa ‘Mano a mano con Usted’, que sábado a sábado presentaba a artistas y personajes de renombre nacional”, comentó quien en casi todas las imágenes luce la infaltable corbata de moño.
Para el programa “estrella” de la pantalla de aquel entonces fueron convocados por Norma Horianski. “Con Raúl venía de otro programa en Canal 12 y a Ramos Generales lo hicimos entre 1992 y 1996. La señora nos dijo que se iba a sumar a una actriz y era Flora. El estudio quedaba en Trincheras de San José y Uruguay, y salíamos en vivo. En ese entonces fue posible mediante un cable que nos conectaba con la planta de Canal 12, que pasaba por arriba de los techos de las casas”.
Concluida esa etapa, arrancaron con “Ramos Generales”, que fue “un éxito porque se emitía a nivel nacional y duró poco más de dos años. El programa se desarrollaba sobre un escenario montado en un almacén antiguo. Cirilo llevaba un morral que era de los primeros que utilizaban los hombres de correo y que repartían las cartas de a caballo. Hacía de peón del almacén y recibía a los clientes (invitados) que iban llegando”, agregó.
El equipo “tenía que estar empapado de la realidad porque en este programa, que daba trabajo a más de veinte personas, entre camarógrafos, iluminadores, directores de cámara, actores, había que hablar de todos los temas”.
Al recordar a Don Raúl y a Florinda, manifestó que “fueron lo máximo. Flora se fue a hacer un unipersonal en Porto Alegre donde resultó ganadora. El jueves, antes de irse, me fue a pedir un pack de yerba mate para el viaje. Venía contenta, jugando y saltando en el pasillo del colectivo que se desbarrancó, perdiendo la vida. Eso ocurrió el domingo, y el lunes comenzábamos un programa por Canal 12. Iba a ser media hora, diariamente, para distender la programación”.
Con Raúl recorrieron toda la provincia “porque él hacía la locución en los desfiles de modelo y la animación de los festivales, y yo iba junto, haciendo música con el teclado. Éramos un dúo perfecto”, evocó.
Después fue el turno de un programa con Miguel Ángel “El mochilero” Rossi y María del Carmen Morgenstern. Iba los domingos y se llamaba “Este verano, de tu mano”, que se extendió dos o tres temporadas. “Nos íbamos a la Isla del Medio, en el Paraná, llevábamos invitados y los entrevistábamos en la embarcación o en la isla”, dijo.
Por lo general, lo llamaban para tocar en casamientos. En una ocasión se celebraba la boda de unos japoneses en Encarnación. “Fui a tocar a las 19, pero al llegar supe que debía haber estado a las 17. Cuando aparezco, los novios estaban esperando afuera a que llegara el músico. Esa fue la máxima”.
Más adelante se puso al hombro el programa “La gran oportunidad”. Si alguien tenía ganas de cantar, iba al canal, se anotaba y se presentaba. Y si no tenía el acompañamiento de un músico, Jaques estaba dispuesto a hacerlo. “Acompañé, sobre todo, a muchos chicos que venían de otros puntos de la provincia”. En ese tiempo, lo vinieron a ver para rodar la película “El cóndor de oro”. De acuerdo a lo que le relataron, “el director, Enrique Muzio, estuvo chequeando mi desempeño en Ramos Generales por el lapso de casi un año”, acotó.
La historia giraba en torno al descendiente y un amigo de un viejo tehuelche, que recorrían el país para reunir tres aros de oro que según la leyenda reavivarán el alma del cóndor de oro. Se estrenó el 20 de abril de 1996 y que tuvo como actores principales a Pablo Alarcón, Ulises Dumont, Blanca Oteyza, Héctor Bordoni y Luis Medina Castro. Fue filmada parcialmente en El Calafate, Buenos Aires, Villa Gesell y en las provincias de Misiones, Jujuy y Mendoza. Puntualmente, en la tierra colorada, durante veinte días estuvieron filmando en San Ignacio y en Oberá, y Jaques tuvo que subirse a un globo aerostático impulsado por fuego, en Puerto Iguazú. Cuando terminó esa película llegó otra propuesta para La Furia, donde actuó como extra, de preso. Al tiempo lo convocaron para el cortometraje de ficción “Los tiempos están cambiando” producido por concurso INCAA. Allí trabajó con los hermanos Nuñez, que hacen de Telésforo y Melitón, y Jorge Ratoski, entre otros. “Tuve que hacer el papel de intendente de un pueblo y cada vez que salía a hacer campaña convocaba a esos músicos. Todavía no se estrenó oficialmente”, reseñó el compañero de Martha, desde hace más de 40 años, y padre de: Diego, Ariel y Gabriela.
Multifacético
Al mismo tiempo, Jaques hacía radio y salía al aire por Estilo FM con un programa taquillero, para solas y solos, cuyo propósito era formar parejas. “Recibía más de cien mensajes en una hora. Fue un suceso porque las parejas que continúan juntas me invitan a celebrar sus aniversarios, porque se conocieron a través del programa. Hubo de todo, algunas se casaron, otras tuvieron hijos, otras se separaron, señaló, poniendo siempre humor a las acotaciones. Cada tanto recibo mensajes de esos seguidores, y esa es la parte linda de las cosas”, relató el admirador de Monseñor Carmelo Juan Quiaquinta, y supo entablar amistad con Pablo Alarcón, Estela Raval y Perla, la cantante paraguaya.
Luego siguió leyendo el informativo y desde hace cinco años se ocupa de promocionar a los artistas locales a través de radio en vivo y de las redes sociales, llegando a diversos países como México, España, Honduras, que es desde donde recibe mensajes.
Confió que con la música “no hay rincón de la provincia donde no haya ido a tocar, de martes a domingo. Toqué mucho tiempo en la colectividad francesa de la Fiesta Nacional del Inmigrante. Pude ir a casamientos que se realizaban en Encarnación y a municipios cercanos de Brasil, como Santa Rosa, la ciudad de Xuxa, donde canté todo en portugués ya que manejo el idioma porque nací en la frontera con Uruguayana”.
El punto más distante al que llegó con la música fue a Río Grande, Tierra del Fuego. “Desde Chile venían Los Ángeles Negros y yo con una pequeña guitarra cantaba en un bar, les hacía de soporte”.
Confió que en Paso de los Libres comenzó cantando con el conjunto “The Lucky Boys”, que fue el primero que hubo en la localidad y con el que recorrió toda la provincia de Corrientes. “A partir de ahí, me largué solo y me fui para Buenos Aires porque se presentaron otras oportunidades. Llegué a lo más alto de ese momento que era grabar en RCA, era lo máximo, en tiempos en que no había tecnología, redes sociales ni teléfonos. Estuve vinculado con ‘Lalo’ Fransen, uno de los padres del Rock’n Roll en Argentina, y a ‘Johny’ Tedesco, porque eran los artistas de moda, y yo estaba ingresando a ese mundo, pero tuve la mala suerte que el que me estaba produciendo -productor de apellido Finkel-, falleció. De lo contrario, estaría en otro nivel de la música por allá”, relató quien por veinte años estuvo en la transmisión de los sorteos de la Quiniela Misionera, que pasó por diversas etapas.
“Misiones fue una tierra de oportunidades. Me dio todo, me dio más que Corrientes. Acá hice videos, programas de televisión, radio, películas. A las películas las vi tantas veces que ya sé qué es lo que va a venir, solo me generan recuerdos de esos momentos en los que estaba filmando. En la calle la gente me reconoce por el personaje. Si estoy en la vereda, viene gente de otra parte y me dice ¿Vos no sos el Cirilo? Creo que ese programa fue lo máximo que se hizo en Misiones”.
Rememoró que, estando en Buenos Aires, grababa con la orquesta de Palito Ortega y que en un salón contiguo estaba grabando el grupo melódico Los Iracundos. “Cuando salgo a descansar, me encuentro con Eduardo Franco, el vocalista, que se aprestaba a realizar unos buches con cubitos de hielo porque necesitaba tener la voz ronca en una parte de la grabación. Me iba a dar un tema para que grabara, pero falleció al poco tiempo y ya no pudo hacerlo. Pero tenía un productor que me dio una gran mano y pude cantar en el Racing Club de Buenos Aires, en una noche de carnaval, haciendo el soporte antes de la aparición del popular Sandro, que todavía no estaba en todo su esplendor”.
Improvisación que salió de diez
Al contar cómo nació “Cirilo”, Jacques explicó que Vergara estaba de vacaciones en Brasil y el programa comenzaba el lunes, a las 21, por Canal 12. “El reloj marcó las 18 y el conductor no aparecía de su viaje. Llegó a las 20, cuando ya nos estábamos vistiendo, porque desde la producción me habían dicho que me consiguiera una boina, una bombacha y una alpargata”.
A la hora de tener que salir al aire, “aviso a Raúl que ya entramos, pero antes le pregunto qué voy a hacer yo. Me respondió: ‘no sé, esperá a que empiece el programa, pero agarrá una escoba’. Empieza con la presentación, anunciando que será un programa de tres meses para pasar el verano y mientras hablaba, yo lo miraba como desconcertado. Y me dijo: ¡Cirilo vení! Me fui barriendo, acercándome, saludando al patrón. Y después agregó: ‘m’ja, Florinda, venga’. Y así nacieron ambos nombres que le salieron a Raúl ya estando en el aire. Nunca asistí a un programa en vivo donde los protagonistas salgan sin saber el papel que van a ocupar, y ¡mirá lo que fue! La improvisación funcionó de diez. Nadie sabía cómo nos íbamos a llamar”, celebró entre risas quien tiene un almacén de ramos generales en honor a “Cirilo” y para “pasar el rato”, y solo quiere seguir tocando, “porque el teclado es mi cable a tierra”.