El domingo 11 de febrero de 2024, en el Vaticano, el papa Francisco declaraba oficialmente Santa a María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, la primera mujer argentina de la historia en ser canonizada, a quien destacó como “un modelo de fervor y audacia apostólica”.
Frente a cientos de peregrinos argentinos presentes en la Basílica de San Pedro, el Papa convirtió oficialmente en santa a Mama Antula al leer en latín la elevación a los altares de “Beatam Mariam Antoniam a Sancto Ioseph de Paz y Figueroa”.
La creadora de los ejercicios espirituales nacida en lo que entonces era la provincia de Tucumán en 1730, actualmente Santiago del Estero, y fallecida en Buenos Aires en 1799, se convirtió así en la primera Santa de la historia del país luego de que en octubre anterior se aprobara un milagro atribuido en la sanación de Claudio Perusini, quien se recuperó de un “ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico” gracias a la intercesión de la laica consagrada.
La recuperación de Perusini, que había sido alumno de Jorge Bergoglio, no tuvo explicación médica, según la junta de profesionales del Vaticano, por lo que se reconoció el milagro de Mama Antula.
Quién fue Mama Antula
Nacida en 1730 en lo que hoy es la provincia de Santiago del Estero, y fundadora en Buenos Aires de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, Mama Antula falleció el 7 de marzo de 1799, y sus restos descansan en la actualidad en la iglesia porteña de Nuestra Señora de la Piedad, ubicada en la calle Bartolomé Mitre y Paraná.
Según la biografía oficial de la Santa Sede, “María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, nació en 1730 en la provincia de Tucumán, en Argentina” y que “se tienen pocas informaciones de su infancia y juventud”.
“Enferma, pero feliz de haber realizado lo que más deseaba, es decir, la casa para los ejercicios espirituales en Buenos Aires, el 6 de marzo de 1799 hizo escribir su testamento y al día siguiente entregó su alma a Dios”, agrega el texto.
Además, expone que “se calcula que en ocho años de actividad organizó ejercicios espirituales para más de 70.000 personas“, tras haberse enfrentado con las autoridades políticas y eclesiásticas de la época luego de la expulsión de los jesuitas del territorio del virreinato.
Durante la homilía de canonización, el Papa destacó que la nueva santa “caminó miles de kilómetros a pie por desiertos y calles peligrosas”, al tiempo que la calificó como “un modelo de fervor y audacia apostólica”.
Además, Francisco subrayó el trabajo de la nueva santa por la “vida digna” de los pobres a través del trabajo y la justicia y el pan cotidiano y, en un pasaje con contenido social, lamentó “cuántas personas que sufren encontramos en las veredas de nuestras ciudades”.
Mama Antula había sido declarada beata en 2016, con una ceremonia en Santiago del Estero