Hoy se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, una fecha clave para visibilizar esta enfermedad poco frecuente y sensibilizar a la sociedad sobre su detección temprana. La Dra. Sandra Borchichi, pediatra y médica hematóloga en el área de oncología del Hospital Pediátrico Dr. Fernando Barreyro, del Parque de la Salud, dialogó con PRIMERA EDICIÓN y destacó la importancia de esta jornada y el compromiso del equipo médico del hospital en la lucha contra la enfermedad.
“Estamos por celebrar el Día de la Lucha contra el Cáncer Infantil, que es un día que sirve para visibilizar la enfermedad. Es una enfermedad rara, muy poco frecuente, y los médicos en general y la gente que trabaja en salud conocen poco sobre cómo sospecharla”. Para abordar esta problemática, durante estos días se organizaron diversas actividades. “Tenemos charlas en el hospital sobre ‘cuándo sospechar cáncer en el niño’, y el sábado se hará una celebración en conjunto con la Asociación Civil Creación para entregar certificados a los niños que han finalizado su tratamiento hace cinco años”.
El Hospital Pediátrico Dr. Fernando Barreyro cuenta con un área de oncología y hemato-oncología donde trabaja un equipo multidisciplinario. “En este equipo está el Dr. Fernando González, oncólogo, la Dra. Rodríguez, que hace la parte clínica. Tenemos una médica de paliativos, un traumatólogo oncólogo, el Dr. Otero. Y, en realidad, trabajamos en conjunto con todas las especialidades pediátricas porque el cáncer infantil abarca todas las especialidades”, explicó la Dra. Borchichi. Además, destacó el rol fundamental del personal de enfermería y de las secretarias.

Detectar el cáncer infantil a tiempo es clave para un tratamiento exitoso. “Siempre preferimos consultas de más y no perdernos la oportunidad de tratar tempranamente un cáncer”, enfatizó. Entre los signos de alarma mencionó: “La aparición de moretones, hematomas, golpes sin haberse golpeado, fiebre persistente, el niño que no quiere jugar –es raro que un niño no quiera jugar y quiera estar quieto–, la pérdida de peso, la aparición de tumoraciones en el cuello, en la panza, o el dolor óseo persistente que no lo deja dormir”.
Casos y estadísticas en Misiones
“En realidad, los casos nuevos por año son 50, pero como la mayoría de los tratamientos duran dos años, tenemos alrededor de 80 a 100 pacientes en tratamiento. Las consultas en esta área incluyen todas las patologías malignas o tumorales, así como también patologías benignas de la sangre, como anemias, trastornos en los glóbulos blancos, trastornos en la coagulación. Son más de 300 consultas al mes en el servicio”, explicó la profesional.
En cuanto a la incidencia, mencionó que “el más frecuente, tanto acá como en el país y en el mundo, es la leucemia aguda, seguida por tumores del sistema nervioso central y linfomas”.
En algunos casos, la complejidad del tratamiento requiere derivaciones a centros especializados. “Hoy por hoy estamos trabajando en forma conjunta con el país porque esta especialidad tiene muy pocos profesionales que quieran hacerla. Entonces, somos alrededor de 50 o 60 en el país y tenemos que trabajar en forma conjunta”, explicó la doctora.
“Los casos más complejos, como tumores del sistema nervioso central, que necesitan una gran tecnología, tienen que ser derivados para la cirugía y para la primera parte de todos los estudios”, agregó. “Porque por más que acá tengamos especialistas de primer nivel, invertir en este tipo de tecnología por diez pacientes al año no es lo ideal. Lo ideal es que lo haga el centro que mayor experiencia tiene y que el chico luego vuelva para seguir el tratamiento”.
En cuanto a las leucemias mieloides o las leucemias recaídas que requieren trasplante de médula ósea señaló: “esas sí se van porque acá no tenemos, tenemos trasplante para adultos; y para niños es difícil que lo implementemos, porque no tenemos médicos que hagan esto”, aseguró.
“Nosotros ponemos la ciencia, pero siempre el que decide está arriba”
El trabajo en oncología pediátrica deja huellas imborrables y así lo describe: “Hay muchos casos que nos marcan todos los días. Uno se acuerda siempre de los casos que anduvieron mal y no de los que andan bien”, comentó la Dra. Borchichi. “Cuando llega esta época, parece casualidad, pero comienzan a venir adultos a presentarnos a su familia, a sus hijos, que fueron pacientes nuestros y que hoy son sobrevivientes de leucemia o de algún tipo de tumor”.
Finalmente, la médica destacó la importancia de la actitud frente a la enfermedad y señaló la importancia de la fe: “Nosotros ponemos la ciencia, pero siempre el que decide está arriba, no somos nosotros. Hay casos en los que parecía que no había nada que hacer y han salido adelante. Lo importante es pelearla, que las familias tengan el coraje de aceptar lo que está pasando y de enfrentar el tratamiento”.
En este sentido, remarcó la importancia de la detección temprana en la lucha contra el cáncer infantil y cómo, en algunos casos, los tratamientos han dado resultados inesperadamente positivos. “Se da, hay casos que, haciendo un tratamiento, han respondido mejor de lo que uno esperaba. Como también nos pasa que hay pacientes que tienen todas las de ganar y tienen una complicación infecciosa que hace que no lleguen”, señaló Borchichi, enfatizando la incertidumbre que acompaña a la enfermedad.
Por esta razón, la detección temprana juega un papel clave. “No es lo mismo tratar un tumor que tenga un centímetro que uno que tenga 10 kilos”, explicó la especialista. “Porque el que tiene 10 kilos va a ser más cruenta la cirugía, el tratamiento va a ser más agresivo, va a haber más complicaciones”. Cuando el diagnóstico se realiza a tiempo, las tasas de curación pueden llegar hasta el 90%, como en el caso de los tumores renales.
Respecto a otros tipos de cáncer en niños, la médica señaló que los casos de cáncer de piel en pediatría son extremadamente raros: “En todos estos años que estoy acá, desde que volví con la especialidad en 1999, he visto tres casos”.
Los números se mantienen en la provincia
En cuanto a la incidencia del cáncer infantil en la provincia, Borchichi aseguró que los números se han mantenido estables a lo largo de los años: “Siempre se mantiene este número de 50 casos anuales. Hay años que tenemos menos, 40 o 42, y otros que tenemos más, pero el equilibrio está en 50”. También aclaró que, a diferencia del cáncer en adultos, en pediatría no se identifican factores de riesgo ambientales tan determinantes, como el tabaquismo o la exposición a ciertos agentes contaminantes. “Si bien acá se habla mucho de los agrotóxicos, nos salta ningún área como que haya una mayor cantidad de de pacientes”.
Asimismo, destacó la existencia del Registro Oncológico Hospitalario Argentino, que desde el año 2000 permite un seguimiento confiable de los casos. “Los médicos que trabajamos en esto reportamos los casos y tiene muchísima credibilidad. Por primera vez tenemos datos propios”, afirmó.
Finalmente, la doctora reflexionó sobre la vocación y el compromiso que requiere su especialidad: “El que está trabajando acá tiene que tener un espíritu especial, si no, no lo haría, no podría hacerlo”. A pesar de los momentos difíciles, los niños siguen siendo una fuente de inspiración: “Aunque estén haciéndose quimio, te dan alegrías. “Estamos todo el tiempo pendientes, nos preocupamos, nos ponen mal las muertes como a cualquiera. Tratamos de que estos casos que salen adelante sean nuestro nuestro pilar”.
Y concluyó con una anécdota que reafirma su pasión por la profesión: “Esta semana tuve un montón de gente que me ha llamado, que eran pacientes y ahora son adultos. Ayer me habló una doctora y me dice: ‘Usted le curó a mi hermano, que hoy es bioquímico’. Claro, me acuerdo de la madre, pero del chico no sé quién es. Esas cosas te dan el poder de seguir adelante”, concluyó.