En abril próximo, Mirta Jara cumplirá 35 años de servicio en el Registro Provincial de las Personas y es quien desde hace un poco más de dos décadas se encarga de los casamientos.
“Es un hermoso trabajo el que me ha tocado y la verdad que lo amo. En esta ocasión nos ha sorprendido gratamente la cantidad de casamientos porque son más de cien dentro de la provincia”, explicó a PRIMERA EDICIÓN en el marco del Día de los Enamorados.
Con mucha paciencia y responsabilidad, Mirta maneja los tiempos de cada pareja que llega para concretar el matrimonio. La experiencia le permite detectar a quien está nervioso, ansioso o por el contrario, con quiénes puede interactuar.
“Tuvimos casamientos sin invitados cuando fuimos saliendo de la pandemia y fue muy raro. También otros con ‘exceso’ de invitados que desbordaban la Sala”, apuntó.
Consultada si tuvo alguna pareja que llegó al Registro y alguno de los dos se arrepintió, Mirta dijo que “sí, tuvimos un par pero uno en particular al que le trajeron supuestamente engañado, porque le habrían dicho que era para otro trámite, de hecho le hicieron firmar la declaración jurada, que pedimos. Cuando llegó acá se enteró que era para un casamiento. No quiso saber nada y se fue. Al tiempo tengo entendido que se casó igual”.