En el marco de la creciente protesta de los productores yerbateros, un grupo de colonos de San Pedro que desde hace una semana expone su reclamo al costado de la ruta 14 decidió redoblar la protesta y quemó grandes cantidades de ponchada al costado de la ruta. La medida tuvo como fin visibilizar la difícil situación económica que atraviesa el sector, que lucha contra los bajos precios que reciben por su producción; pero también el hartazgo y la desazón que hay por la falta de diálogo a días del inicio de la zafra gruesa.
“El colono que quiera tarefear que venga, acá la vamos a sapecar, la vamos a quemar, acá tenemos yerba para secar porque por el precio que nos dan para otra cosa no sirve. Para lo único que sirve la yerba hoy es para quemar, porque otra cosa no podemos hacer”, fue la arenga que se hizo viral rápidamente mediante un video que tuvo repercusión nacional y que puso al conflicto en las portadas de los diarios digitales más importantes del país.
Este acto de quema no es aislado, ya que los productores han venido realizando diversas manifestaciones en las últimas semanas exigiendo una mejora en los precios y en las condiciones de trabajo en la industria yerbatera. La quema de yerba, aunque llamativa, es un reflejo de la angustia de los colonos ante lo que consideran una situación insostenible.
Ver esta publicación en Instagram
Según lo viene consignando PRIMERA EDICIÓN desde la primera hora del conflicto, cuando el DNU 70/2023 desreguló el mercado yerbatero y eliminó las facultades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para fijar el precio, el valor que se les paga actualmente por el kilo de hoja verde colocado en secadero es en el mejor de los casos 210 pesos, “totalmente insuficiente y no cubre ni siquiera los costos básicos de producción”, tal como lo vienen denunciado permanentemente los pequeños productores.
De hecho, a días del plazo para comenzar la zafra gruesa el valor que quieren imponer algunos secaderos es de 180 pesos por kilo de hoja. En su desesperación, los productores afirman que prefieren destruir el producto que seguir vendiéndolo a un precio tan bajo que no les permite sostener sus familias ni sus establecimientos.
“Es preferible quemar la yerba que seguir entregándola a los precios que nos ofrecen. Estamos luchando por nuestra supervivencia”, comentó Jorge Skricpzuk, colono de Aristóbulo, localidad que ayer se volvió a plegar a la lucha después de un cuarto intermedio por los temporales que azotaron la provincia entre el lunes y el martes.
Mario Dinter, otro productor apostado a lo largo de la ruta “de guardia, para no dejar entrar a los secaderos ni un kilo de yerba verde y canchada”. Hasta el momento, no hubo una respuesta oficial por parte de la Industria para poner fecha a la mesa de diálogo que se quiere abrir; de todas formas los productores insisten en que no cesarán con sus protestas hasta obtener una solución.
Se sumaron tareferos
Las carpas de campaña donde los productores se resguardan de las inclemencias meteorológicas (el intenso calor o las lluvias) se van multiplicando a los costados de las rutas mientras se suman adeptos al reclamo.
Un sector no menos importante de la cadena de producción que se acercó a visibilizar la lucha fue el de los tareferos, quienes ayer al mediodía se plegaron al costado del camino. Otra región que también estaba comercializando yerba, pero ayer paró fue Jardín América, por lo que se abraza la esperanza de negociar una pronta salida a la crisis.
“Hoy pareciera que somos pocos los colonos que estamos resistiendo el movimiento de yerba, pero la verdad es que son muchos los que también tienen tabaco, que se encuentra en plena zafra. De todas maneras día a día nos demuestran que hay apoyo a esta forma de resistencia y quienes tenemos solo yerba la defendemos aquí, a la intemperie y sufriendo de todo con la esperanza de que todas las gestiones que se vienen haciendo tengan pronto una salida; la verdad es que no vemos todavía en el horizonte próximo un acuerdo”, reconoció Jorge Skripczuk.
Para Dinter, en tanto, “urge el apoyo de los secaderos, que son los que venden la ponchada a los molinos y no están colaborando, son ellos los que nos vinieron tirando abajo el precio todo este tiempo. Tienen que colaborar y ceder”, reclamó el hombre.