El fiscal de Instrucción de esta localidad, Ángel Gustavo Recalde, requirió ayer la elevación a juicio para Juan Carlo Krizezuk (53) acusado de asesinar a su expareja Jessica Silvana Duarte (31) en junio de 2023 en una chacra de Comandante Andresito.
Recalde determinó que el expediente sea elevado a debate oral por “homicidio agravado por haber mantenido una relación de pareja y por mediar violencia de género” (incisos 1 y 11 del artículo 80 del Código Penal Argentino). La imputación coincide con lo determinado por el juez de Instrucción de Puerto Iguazú, Martín Brites y como lo adelantó PRIMERA EDICIÓN en febrero de 2024. La acusación de femicidio implica una sola pena condenatoria en el CPA: la prisión perpetua.
Jessica Duarte tuvo dos hijos (hoy de 8 y 13 años), uno de ellos concebido con Krizezuk. El 7 de junio de 2023, la mujer estuvo en la casa de su madre en el barrio Quintas altas de Andresito y le dijo que tenía que ir hasta la chacra en el paraje Cabureí, donde trabajaba Krizezuk, puesto que él la había citado a ese lugar para que le firmara una autorización del padre para que pudiera salir del país con la niña.
La última persona que los vio juntos fue precisamente el empleador del imputado y dueño de la chacra. El domingo 11 familiares de Duarte denunciaron su desaparición y con los primeros datos rápidamente los efectivos se dirigieron a la chacra ubicada en inmediaciones de la ruta nacional 101 y la provincial 25.
Tras la confirmación del propietario que los había visto juntos a Duarte y Krizezuk, los investigadores encontraron una cartera de mujer tirada recientemente. Esto los puso en alerta y comenzaron a hurgar por el lugar hasta que encontraron una motocicleta abandonada de Duarte, una Kymco 110.
En el galpón donde Krizezuk guardaba las herramientas encontraron una pala con manchas que parecían ser de sangre y el mango roto. Autorizados por el juez Brites, los investigadores rastrillaron 47 hectáreas hasta que observaron tierra recientemente removida en una chacra lindante. Allí estaba el cuerpo de Duarte, envuelto en bolsas de arpillera plástica. Tenía golpes en la cabeza y en el rostro. Las actuaciones continuaron en la vivienda que ocupaba el sospechoso, donde encontraron las zapatillas de la víctima.
Una de las hermanas de Jessica reconoció el cuerpo y la autopsia reveló que fue estrangulada con un elemento similar a un cinto. Mientras esto se informaba, el sospechoso ya tenía detrás a efectivos de la Dirección Homicidios y de la Unidad Regional V.
El martes 13 de junio lo encontraron a Krizezuk escondido en el monte, en el paraje El Verde, a 1,5 kilómetros del cauce del río Iguazú. Pocas horas después de detenido intentó quitarse la vida en la celda.
Anunciado
Se confirmó también que existía una causa judicial abierta contra Krizezuk por violencia de género y que sobre el mismo pesaba una medida restrictiva vigente que no respetó. Un año y medio antes del femicidio, le propinó una golpiza a Jessica luego de encerrarla en su vivienda del barrio 2 de Junio de Comandante Andresito.
Tras la muerte de Jessica, una de sus hermanas, Yolanda, dialogó con este Diario y relató que la relación de su hermana y su expareja estuvo sumergida entre amenazas y violencia constante por parte del acusado. “Mi hermana vivió nueve años de amenazas, de golpes. Le llegó a cortar el cuello en una oportunidad. Había muchísimas denuncias hechas por ella y, esta última vez, lo acusó y la policía le dio apenas una orden de restricción, que tampoco respetó, que no sirvió de nada”. “Él no le quería firmar un papel de la nena para que cruzaran a Paraguay a hacer compras”.