En el Juzgado de Instrucción 6 de la Primera Circunscripción Judicial, se reiniciaron la semana pasada las tomas de declaraciones a los involucrados como testigos o quienes podrían estar vinculados en algún tipo de responsabilidad penal por el fallecimiento de Juanita Milagros Sirimarco Díaz de 13 años y que fue víctima de un shock séptico generalizado tras un cuadro de influenza o gripe B al regresar de Villa Carlos Paz, Córdoba, de su viaje de egresados de séptimo grado en octubre del año pasado con sus compañeros del Instituto Cristiano República Argentina (ICRA) de Posadas.
El expediente que se inició de oficio a instancia del fiscal de Instrucción 6, René Germán Casals -el 15 de octubre de 2024- sumó entre el lunes 17 y jueves 20 de la semana pasada, los testimonios de una docente del ICRA que estaba a cargo de los niños y tres coordinadores de la empresa Viaturex, contratada para el tradicional viaje a las sierras cordobesas.
La maestra (55), profesora de educación especial, responsable de los 18 alumnos del ICRA, relató sobre la atención que recibió Juanita Sirimarco durante el viaje: “Juanita fue atendida en Córdoba porque sufrió un accidente en una de las piletas ‘Wave zone’, ella se tira y al caerse se saca del lugar una de las rodillas, ahí fue atendida por el guardavidas (…) la voy a asistir y el instructor se la colocó en el agua, salimos del lugar, yo la acompañé y le pedí a un coordinador del viaje de Viaturex que llame a un médico. Cuando llega, la revisa y se la trasladó al Sanatorio Punilla. Ése fue nuestro primer viaje en ambulancia con Juanita. En la guardia le atendió una pediatra y luego de los estudios me dice que tenía que usar una férula para inmovilizar la pierna, hacer reposo y le recetaron paracetamol y diclofenax. En el hotel teníamos visitas médicas a la mañana, al mediodía y a la tardecita-noche. Hablamos con los padres por teléfono para informarle todo lo sucedido y enviarles fotos con todas las indicaciones médicas, tantas como que había que llevarla a un traumatólogo cuando llegáramos a Posadas”.
“El día que salíamos de Villa Carlos Paz, del hotel, de regreso, fue el mismo día del cumpleaños de Juanita, yo le organicé el cumpleaños pero como llovía suspendimos las actividades y quedamos en el comedor (…) Hablé con las docentes de la otra escuela que viajó con nosotros ‘Nuestra Señora de Fátima’, para que me cedieran un par de lugares de planta baja del colectivo así Juanita estaba cerca del baño y a su lado su amiga. Salimos rumbo a Córdoba capital, al shopping Patio Olmos, Juanita caminaba con la férula y no refería dolor. Luego viajamos hasta San Francisco a cenar en un parador frente a una YPF. Cenamos milanesas con papas fritas y helados”.
Ya durante el camino hacia Posadas, de madrugada, la docente relata: “El profe de la escuela Fátima me avisa que Juanita estaba descompuesta en el baño, supongo que era la 1. Me dice Juanita que vomitó y le doy agua para que se enjuague la boca. Me pidió tomar más agua y me quedé parada al lado porque ella no quería que me vaya. Pido al coordinador que llame al médico y le explicamos que le dimos reliverán en gotas para el vómito. Pero Juanita volvió a vomitar y lo llamamos nuevamente. Me preguntó cómo estaba ella, como la veía, si teníamos algo ahí y una madre enfermera me ofreció dipirona, porque Juanita tenía fiebre, 39 y algo, le informo al médico y le pido a otra docente la ficha médica de Juanita y revisamos que no tenía ninguna recomendación, observación, no era alérgica a nada. Le avisamos al médico y nos dice que le coloquemos la inyección. Me quedé a su lado, teníamos que esperar que baje la fiebre y el médico estaba en el teléfono. Juanita se durmió y le volví a tomar la temperatura, había bajado”.
“Seguimos el viaje, Juanita dormía y yo subí a mi lugar a descansar. Pero el profe me llama nuevamente porque Juanita volvió a vomitar pero no tenía fiebre. Le damos agua, ahí ya estábamos en Corrientes, estaba claro y le escribo a Claudia (madre de Juanita) todo lo que había pasado. Ella me pidió hablar con Juanita. Paramos en una Shell en Virasoro y los mensajes que me mandaba la mamá de Juanita decían que estaba mal, que ella iba a tramitar una ambulancia”.
“Yo le informé que el colectivo iba a parar en Fátima, Posadas, para bajar a los chicos del otro colegio. El coordinador me dijo que en la exgarita en Garupá, en la rotonda iba a esperar un auto de la empresa. Claudia me dice que no, que no la baje, yo tenía que escucharla a la mamá porque es la tutora y me decía que no le baje, que ella iba a mandar una ambulancia para llevarle a una clínica, llegamos a la YPF de Fátima, se bajaron todos los chicos y como 40 minutos esperamos ahí. Le dije al coordinador nos vamos en el auto de la empresa con Juanita, le aviso a Claudia, le digo hace 40 minutos que el auto está parado abajo, no llega la ambulancia. Le digo que la llevo al hospital (Pediatría). Cuando me subo al auto con Juanita llega la ambulancia y en ella llegamos al hospital, Juanita se baja, nos detiene el de seguridad y nos trae una silla de ruedas”.
El relato del coordinador principal del viaje, posadeño de 61 años, ante la Justicia fue coincidente con lo detallado por la docente. En uno de sus tramos, indicó que: “Desde Virasoro no hubiésemos continuado el viaje con la menor si no estaba lúcida como la vimos y hablando con sus compañeros, simplemente tuvo un malestar, ya no tenía fiebre. Continuamos viaje a Posadas donde la esperaban sus padres. Llegamos a la estación de servicio Fátima donde una unidad de la empresa la esperaba a la niña. Pero la madre no autorizó que la empresa le traslade y pide que esperemos una ambulancia. Pasaron aproximadamente 30 minutos y al no venir la ambulancia, se decide que suba a la unidad de la empresa para su traslado al sanatorio. Juanita desciende por sus propios medios, siempre estuvo consciente, ella saludó a las otras maestras cuando asciende al asiento trasero del auto llega la ambulancia y ella bajó sin ninguna ayuda y caminó hacia la ambulancia. Fue recibida por dos enfermeros, que no le hacen ningún tipo de atención, era una simple unidad de traslado, sin ningún equipamiento especial, ella ascendió por sus medios y la acompañamos con la maestra. En el hospital de Pediatría la estaban esperando sus padres. Juanita bajó lúcida, dialogando y por protocolo le suben a una silla de ruedas. La niña quedó con sus padres charlando y nos retiramos a nuestros hogares”.
Cinco días después de internación en terapia intensiva, se confirmó el fallecimiento por una infección generalizada de la menor y que, se analiza como principal hipótesis, como resultado de un cuadro de influenza B que habría adquirido durante el viaje.
Declaraciones similares
Una joven de 23 años y un muchacho de 33 también declararon la semana pasada y detallaron circunstancias coincidentes a las que el coordinador general del viaje y la docente del ICRA desplegaron ante el juez y fiscal del caso.