Esta localidad del Norte misionero celebra este año 45 años de existencia tras la entrega de los primeros lotes del Plan de Colonización, que se concretó el 11 de febrero de 1980, marcando el inicio oficial de esa pujante comunidad.
De acuerdo a un material producido por el vecino Hugo Cámara, durante varios años, una parte del territorio de lo que hoy es Comandante Andresito era explotado forestalmente mediante concesiones del Estado. La principal empresa forestal que se instaló en la región fue la de la familia de Lucio Francisco “Don Pancho” Queiroz, cuya industria dio origen al poblado de Cabure-í 1, que entre 1940 y 1950 era un importante polo de desarrollo en esta parte de Misiones. Para atender a las familias del obraje, en 1956 se creó la Escuela 36 -actual 436- “Perito Zacarías Sánchez”, que fue la primera de la zona.
Recién en 1979, 11 años después de haberse hecho el censo de ocupación y 10 después de hacerse el camino, el Gobierno provincial, puso en marcha el “Plan de Colonización Andresito”. Fue mediante la Ley 1074, sancionada el 22 de febrero de 1979, por el Poder Ejecutivo del gobierno militar. Determinó para ese fin la sección VII de la Colonia General Manuel Belgrano, para ese entonces parte del municipio de San Antonio, con una superficie de unas 55 mil hectáreas. Mediante el Decreto 3187, se nombró como director ejecutivo del Plan al teniente coronel (retirado) Homero Enrique Jáuregui, con el cargo de Comisionado de Frontera.
Fragmento de la Ley provincial 1074/79 firmada por el gobernador Rubén Paccagnini
En 1978 el Gobierno nacional ideó un plan de ocupación y colonización en la frontera con Brasil a fin de resolver el problema de la depredación, el contrabando y la usurpación de tierras fiscales. Dos años después, el proyecto se hizo realidad a través del Plan de Colonización.
El 10 de octubre de 1979 el Gobierno promulgó la Ley 1175 que estableció la operatoria del plan en el terreno, autorizando la apertura de caminos y desmontes necesarios para la implementación del plan.
En el artículo 2 se menciona que en caso que los colonos adjudicatarios opten por hacer el desmonte ellos mismos en el 75% del total del lote, la madera será propiedad del colono y estará libre de aforos. El otro 25% de las chacras no podrían ser desmontados. Esto permitió un importante desarrollo de la actividad forestal durante los primeros tiempos de la colonización. También se autorizaba a los directores del plan a mensurar áreas urbanas y suburbanas con el fin de desarrollar un centro cívico y entregar tierras a personas indigentes u ocupantes ilegales que pudieran cumplir con los requisitos del plan.
La primera mensura se realizó sobre siete mil hectáreas, divididas en dos fracciones y estuvo a cargo de los agrimensores Mariano Vicente Díaz y Alfredo Marelli. El total de la superficie destinada a la colonización era de 64 mil hectáreas. La primera mensura “dividió” las siete mil hectáreas en lotes de 150 hectáreas cada uno.
Venían de toda la provincia
El 2 de mayo de 1979 se inició la entrega de los pliegos de las condiciones para que los colonos puedan acceder a los lotes del plan. Durante el primer día de entrega de los pliegos asistieron a las oficinas del Ministerio de Asuntos Agrarios de Misiones, unas 100 personas interesadas. Este pliego, además de establecer las condiciones para acceder a la tenencia de los lotes, establecía un precio de 63 mil pesos por hectárea. Los colonos tendrían tiempo hasta el 6 de agosto de ese año para presentar las solicitudes. El 8 de agosto se abrieron las solicitudes, y para la primera etapa del plan se recibieron 248 pedidos. En mayo se llamó también a licitación para la apertura de caminos y desmontes.
La Fiesta del Agricultor comenzó en 1983 y se realizó con intermitencia hasta el 2000. Con la conmemoración de los 20 años del municipio, se comenzó con la preparación de una nueva edición llevada a cabo en la Iglesia Católica Ucraniana. En 2001 se llevó a cabo en el polideportivo. La comisión organizadora programa charlas técnicas sobre diferentes temas, como así también exposiciones ganaderas y de pequeños animales. Participan empresas de implementos agrícolas y forestales.
En noviembre de 1979 visitó la zona de la colonización, el ministro del Interior, general Albano Harguindeguy. Estuvo en Puerto Andresito, que para ese entonces era la única área poblada, y brindó por el futuro asentamiento. Con esta visita se dio un nuevo impulso al proyecto. En esa inspección, el director del Plan comunicó al Ministro que había 282 postulantes -colonos de San Ignacio, Jardín América, Oberá, San Javier, Eldorado y Ruiz de Montoya- para 107 lotes de 150 hectáreas, es decir unas 17 mil hectáreas.
La entrega de los lotes
Recién el 11 de febrero de 1980 se realizó la primera entrega de las 17 mil hectáreas de tierras a 107 colonos seleccionados entre los postulantes. Esa misma semana, el 14 de febrero, se abriría la segunda etapa para el llamado a licitación de 12 mil hectáreas más. En este llamado se incluían los lotes del futuro Centro Cívico Almirante Brown. Si bien la colonización se inició en 1980, que fue cuando comenzó la adjudicación de tierras, fueron diferentes etapas, concluyendo las últimas en el período democrático que se inició en 1983. El total de la superficie entregada entre 1980 y 1996 fue de alrededor de 83 mil hectáreas. El proceso de entrega planeado en los primeros tiempos del plan fue el siguiente.
• 17 mil hectáreas, en 1980, durante el inicio del plan.
• 12 mil hectáreas destinadas a Almirante Brown, en 1980.
• 15 hectáreas, 1981, para Soberanía • 20 mil hectáreas para Soberanía.
• 3.800 hectáreas incorporadas más tarde.
El resto de las hectáreas fiscales entregadas más tarde, fueron ocupadas en la mayoría de los casos de manera espontánea y recién más adelante regularizadas mediante la entrega de permisos de ocupación. Las personas que habían sido preadjudicatarias de un lote asumían derechos y obligaciones establecidos en un acta previa. Mediante un contrato de preadjudicación, se le asignaba también una superficie de terreno para construir su casa en el pueblo. El contrato tenía una duración de 335 días corridos desde su firma, y si una vez que había transcurrido ese tiempo ninguna de las partes lo anulaba, entonces pasaba a ser de adjudicación definitiva. En otra de las cláusulas, el Gobierno se comprometía a terminar en el plazo de un año la infraestructura del pueblo de Almirante Brown. Un dato destacado es que el área de Soberanía, como no era apto para la plantación de yerbales, fue pensada para el desarrollo ganadero, por lo que el tamaño de los lotes, en algunos casos, rondaba las 300 hectáreas por adjudicatario.
En los primeros años del Plan de Colonización Andresito, este cartel era una de las tantas señales que regían la vida cotidiana en la colonia. Se prohibía la circulación de vehículos durante los días de lluvia y barro, y quienes infringían la norma ¡eran multados! Uno de los primeros en pagar la multa fue Don José, quien tuvo que llevar al pueblo, en su tractor, a unos de sus hijos que estaba enfermo. Esta vivencia está plasmada en el Facebook “Andresito: una historia, mil relatos”, desde donde se agradece el testimonio de quienes suman sus voces “para que podamos preservar el legado”.
Dada las distancias entre esas propiedades y el Centro Cívico de Almirante Brown, se planeó la instalación de otro centro semejante en el lugar donde está asentada la localidad de Integración. Esta parte del proyecto se ejecutó durante el gobierno democrático iniciado en 1983. Sin embargo, el aislamiento por falta de caminos apropiados, la falta de servicios, hizo que lentamente ese lugar se fuera despoblando y muchas de las casas de madera que se construyeron, fueran destruidas por el tiempo y el abandono. Actualmente, Integración cuenta con acceso asfaltado y una mejora en la calidad de vida de sus pobladores.
El Centro Cívico Almirante Brown
Según Cámara, es importante destacar que el proceso de colonización tuvo su “cabecera” en la zona del puerto, donde se construyó, entre otras cosas, la pista de aterrizaje y el primer edificio escolar, el de la Escuela 158, que, en ocasión de la visita del Ministro del Interior de la Nación, en 1979, ya contaba con 106 alumnos que asistían a un edificio de madera. La oficina de coordinación se ubicó en el lugar donde estaba prevista la instalación del Centro Cívico Almirante Brown, actual pueblo de Andresito, que fue construido prácticamente de cero, en un área equidistante de los lotes, sobre la costa del arroyo San Francisco.
En el Centro Cívico se instalaron todos los servicios. Las primeras construcciones que se levantaron eran tres casas: una para la Oficina de Tierra, otra para los médicos Matea y Barchuk y la restante para funcionarios del plan. Solo una queda en pie y está habitada.
Se instaló el servicio de telefonía, salón de usos múltiples, se construyó el edificio de la Escuela 652, la primera escuela privada la Rural Evangélica, a la que se asignó el lote que actualmente ocupa, en el centro de Andresito.
Se edificaron oficinas públicas y los barrios de viviendas, que en principio eran de madera. Muchas de ellas aún se encuentran en uso, como la oficina de Tierras y la de Bosques. Para solucionar el problema del abastecimiento de insumos (alimentos, combustibles, herramientas) durante los primeros tiempos de la colonización, la Cooperativa Agrícola de Wanda, instaló una proveeduría ofreciendo, además, asistencia técnica a los productores que se instalaban en la nueva colonia. El presidente de esa entidad era Roberto Beck, padre del actual intendente. Al principio la mayoría de los colonos hicieron campamentismo “obligatorio”, durmiendo debajo de lonas y plásticos que ellos, con orgullo, llamaban “carpas”.
El incesante ruido de las motosierras suplantó al canto de las aves nativas y el ruido de los árboles cayendo retumbaba a la distancia, mientras el suelo parecía rezongar por el atrevimiento de esas criaturas que parecían no temerle a nada. Así fue como se abrieron los rosados y, donde antes había sido sombra, ahora llegaba el sol implacable.
La creación del municipio
El municipio fue creado por Ley 1839 del Poder Ejecutivo del gobernador militar Juan Manuel Bayón, el 20 de julio de 1983, con el nombre de “Comandante Andrés Guacurarí”. En 2004, el nombre fue modificado por medio de una ley por el de “Comandante Andresito”. Con la creación del nuevo municipio, este territorio se separó del de San Antonio, y se abrió una etapa importante de su historia, ya que la administración quedaba en manos de sus pobladores que deberían elegir por primera vez sus autoridades en octubre de 1983.
Desde ese año y hasta el 2003, el presidente del Concejo Deliberante hacía las funciones de intendente: Otto Waidelich, de diciembre de 1983 a diciembre de 1987; Osvaldo Bautista, de diciembre de 1987 a diciembre de 1989; Carlos Heredia, de diciembre de 1989 a diciembre de 1991; Roberto Linder, de diciembre de 1991 a octubre de 1992; Jorge Weiss, de octubre de 1992 a diciembre de 1995, y Aldo Aníbal Aap, de diciembre de 1995 a diciembre de 2003 (dos períodos). A partir de ese año se sucedieron los intendentes Aldo Aníbal Aap y Bruno Roberto Beck (desde 2007. Transcurre el quinto mandato).
El porqué del nombre
Andrés Guacurarí Artigas, llamado “Andresito”, fue un aborigen guaraní que nació en la reducción de San Francisco de Borja (que hoy pertenece a Brasil) el 30 de noviembre de 1775. Andresito fue adoptado por el caudillo uruguayo José Gervasio Artigas y con el tiempo se convirtió en uno de sus principales líderes. Fue gobernador de Misiones en 1915 y dedicó su vida a luchar por la causa del federalismo y las autonomías provinciales, y defendió los límites territoriales de la Argentina de los intereses expansionistas de otros países. Andresito fue Comandante General de las Misiones, Teniente Gobernador de Corrientes, Coronel de Caballería del Ejército, patriota, e hijo adoptivo y leal al gran “Caracaiguazú”, el general José Artigas. Fue un héroe nacional vencedor en La Candelaria, en Rincón de la Cruz, en Saladas y en San Nicolás. El nombre de este municipio, Andrés Guacurarí, más conocido como “Andresito”, es un homenaje a este hombre que se destacó por su coraje, rectitud y hombría de bien.
Primeros médicos
Ana María Barchuk y su esposo, Hugo Matea (foto), fueron los primeros médicos del servicio de salud pública que trabajaron en el incipiente Plan de Colonización Andresito. Ahora radicados en Córdoba, llegaron en junio de 1980 y permanecieron hasta noviembre de 1983. Residieron en una de las tres primeras viviendas destinadas al personal que ejecutaba el plan. Acondicionaron la sala de su casa y la convirtieron en consultorio médico, hasta que se inauguró la Unidad de Salud Almirante Brown (USAB), más conocida como “La Salita”, en noviembre de 1981.
La primera ambulancia era una camioneta Dodge doble tracción, que era conducida por ambos médicos, ya que inicialmente no contaban con un chofer. A veces, surgían ayudantes espontáneos, que colaboraban con los traslados que se hacían hasta Puerto Iguazú, atravesando la ruta 101, que era de tierra. En días de barro, había que llevar una pala detrás del asiento y lavar el vehículo para acondicionarlo para el próximo viaje.
Extracto del texto elaborado por Hugo Cámara. Fue desarrollado como una guía para un concurso de preguntas y respuestas para alumnos de las escuelas de Andresito, con el fin de aportar no solo conocimiento, sino también la reflexión “de cuanto tenemos aún por conocer acerca del lugar donde vivimos”.
Colaboración: Fabián Bautista Grupo “Andresito: Una historia, mil relatos”.