Los seres humanos tenemos maneras extrañas de comportarnos. A veces para aceptar algo que nos parece “mal” o que no es apropiado para nuestra sociedad muchas veces nos mentimos de diferentes maneras para aceptar aquello que creemos que no está bien.
Se me viene a la cabeza la fábula de la zorra y el racimo de uva. La zorra caracterizada por su astucia se siente atraída por un gran racimo de uvas y trata de alcanzarlo saltando repetidas veces. Tras unos cuantos intentos fallidos, la zorra deja de intentarlo y enfrenta su frustración autoengañándose. Así, se convence de que ya no quiere las uvas pensando en que no estaban suficientemente maduras.
Estos mecanismos de nuestros pensamientos son inconscientes y automáticos. No nos damos cuenta. Pero lo hacemos todo el tiempo. Si nos ponemos a pensar en nuestra vida veremos que muchos encontramos comodidad en lo conocido, por eso a veces preferimos seguir con algo que ya no va más, como una relación, un trabajo u otra cosa con tal de no tomar decisiones, aceptar lo que sucede y cambiar si se puede.
Hay una frase que dice: Dejar de mentirse a uno mismo, es el mejor de los amuletos. Pensemos en esto.
¿Cuántas veces nos mentimos y justificamos? Tomate un tiempo, respira, pará y sentí. Observa qué pensamientos aparecen. Muchas veces dibujamos situaciones para que todo encaje en lo “aceptado” por nuestras creencias. Darnos cuenta de esto puede traernos complicaciones y malestar en principio, ya que salimos de nuestra zona de confort, pero después nos liberaremos de tantas cargas o situaciones que ya no van más.
¿Solemos autoengañarnos como la zorra en la fábula? ¿Buscando excusas para dejar de intentar algo que deseamos por miedo a no poder? Hoy podés observarte desde otro lugar, sin juzgarte pero sabiendo que sos responsable de tu vida. Bendiciones.
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
WhatsApp: 3764-414872