Hace poco más de tres semanas se cumplió un año de uno de los casos de homicidio más relevantes de los últimos tiempos, porque fueron dos las personas asesinadas. Las víctimas fueron el emprendedor turístico Daniel Ferrari (62) y su empleada Regina Da Rocha (57). Por el hecho están detenidos el sobrino del primero y un cómplice. La investigación avanzó al punto de estar a poco de cerrarse y elevarse a debate.
Según pudo saber este Diario, el magistrado Horacio Heriberto Alarcón, a cargo del Juzgado de Instrucción 2 de Oberá, remitirá en los próximos días el expediente a la fiscalía representada por Myriam Silke. Para el juez, la pesquisa tendría todos los elementos de prueba necesarios para cerrar la acusación. Previamente consultará si es necesaria alguna medida complementaria. De no ser necesaria, se descuenta que la representante del Ministerio Público requerirá la elevación a juicio de la causa contra los jóvenes de 25 y 20 años.
Ambos tienen prisión preventiva desde abril del año pasado y el principal sospechoso pidió ampliar su indagatoria a fines de julio. En su coartada culpó al joven que lo había acompañado desde Santo Tomé a Aristóbulo del Valle, lugar del crimen.
Ante el juez, manifestó que viajaron juntos: él para llevarle dinero a su tío por la venta de un vehículo y el joven que era albañil, justamente para hacer trabajos en unas cabañas que Ferrari alquilaba.
Siempre según su relato, dijo que él fue con su tío a ver un lugar donde su “amigo” podía quedarse, porque iba a demorar varios días la obra. Mientras, en la casa quedaron este albañil y la empleada de Ferrari, Regina Da Rocha.
Cuando regresaron, supuestamente encontraron a la mujer asesinada y en ese momento su tío le dijo al albañil “¿qué hiciste?” Lo que siguió supuestamente fue un golpe que lo desvaneció.
Este sobrino dijo que no sabía que en ese momento había una mujer en la casa y nunca pensó que su tío estaba muerto.
En medio de esa escena este joven lo habría amenazado con matarlo a él, a su esposa y su hija. Por eso aceptó volver a Corrientes. “Pensé que mi tío iba despertar, llamarme por teléfono y retarme, pero al otro día me enteré por los medios que estaba muerto”.
La causa tuvo un tercer detenido, quien recuperó la libertad en el mes de mayo. Era un joven de 26 años, remisero correntino, que había llevado a ambos sospechosos a Aristóbulo y volvió con ellos.
Acerca de la motivación del crimen, se cree que el sobrino tenía diferencias con Ferrari porque este había incumplido con el pago de una motocicleta.
La autopsia reveló que Ferrari tenía golpes casi de fractura en el cráneo además de marcas de golpes de puño y patadas. La mujer también tenía golpes pero la causa de muerte fue asfixia mecánica, presuntamente con una sábana o una toalla.
En el lugar había objetos valiosos, pero no se los robaron.