Hasta la década de 1930, la práctica de desplazarse con zancos por la zona de Las Landas (Francia) era común debido a la geografía del lugar: eran una vasta extensión de terreno pantanoso, con brezales inestables y pocas carreteras, lo que hacía que caminar largas distancias fuera una tarea ardua.
Los habitantes de la región, conocidos como pastores zancudos, adoptaron esta ingeniosa solución para moverse con mayor rapidez y evitar el ataque de alimañas, ofidios, perros y otros animales.
Los zancos, llamados échasses, les permitían no solo desplazarse con facilidad, sino también tener una vista privilegiada del horizonte.
Los carteros siguieron esta tradición, usando los zancos para entregar el correo en aldeas remotas. Con una increíble destreza, podían caminar largas distancias a gran velocidad e incluso correr si era necesario.
Sin embargo, con la llegada de la modernización, la construcción de caminos y la expansión del transporte motorizado, el uso de zancos fue desapareciendo.
Hoy en día, esta práctica es solo un recuerdo de un pasado peculiar y una muestra del ingenio humano para adaptarse a su entorno. Sin embargo, ya sin fines eminentemente prácticos, se conserva viva la tradición en bailes populares y desfiles como los de Carnaval, sobre todo en el País Vasco Francés y también en País Vasco y Navarra (España).
Fuente: National Geográfic Wild Mundial (por Alberto Soto)