Cada 27 de febrero se celebra el Día Internacional del Oso Polar, una fecha establecida para concienciar sobre los desafíos que enfrenta esta especie tan poderosa y frágil a la vez, ya que se enfrenta a peligros como la pérdida del hábitat y la caza ilegal.
De hecho, el oso polar fue la primera especie animal en estar en peligro de extinción.
La efeméride fue proclamada en 2006 por la organización conservacionista sin fines de lucro Polar Bears International (PBI), que se dedica a la protección de los osos polares y su hábitat natural.
La elección del 27 de febrero como fecha se debe a que es el día en el que los osos polares están en su máximo estado de ayuno en el Ártico, antes de que comience la temporada de caza de focas.
La idea detrás de esta elección es llamar la atención sobre los desafíos que enfrentan los osos polares en su lucha por sobrevivir en un mundo cambiante y hacer una llamada a la acción para proteger a esta especie.
Para este año, la campaña se centra en proteger a las madres y a los cachorros, dándoles la mayor oportunidad de supervivencia, ya que la época de guarida es el momento más vulnerable en la vida de un oso polar y menos de la mitad de todos los cachorros consiguen llegar a la edad adulta.
El rey del Ártico, amenazado
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El oso polar, también conocido como el rey del Ártico, es un depredador que habita en las regiones más frías del planeta. Su pelaje blanco y grueso le ayuda a mantener el calor en el frío extremo, mientras que sus patas anchas y fuertes le permiten caminar sobre la nieve y el hielo con facilidad, además de estar ligeramente palmeadas para remar mientras nadan.
A pesar de ser una de las criaturas más poderosas del planeta, el oso polar se encuentra en una situación precaria debido a la pérdida de su hábitat natural y a la caza excesiva.
El calentamiento global es una de las mayores amenazas para los osos polares. A medida que la temperatura de la Tierra aumenta, el hielo marino del Ártico se está derritiendo a un ritmo alarmante, lo que hace que sea más difícil para los osos polares encontrar alimento y sacar adelante a sus crías.
La falta de hielo también significa que los osos polares tienen menos espacio para moverse, lo que aumenta las posibilidades de conflictos con los humanos.
Además del cambio climático, la caza excesiva también ha tenido un impacto significativo en las poblaciones de osos polares. Durante muchos años, los osos polares han sido cazados por su carne, su piel y su grasa, lo que ha llevado a una disminución en el número de individuos en el Ártico.
Afortunadamente, la caza del oso polar se ha prohibido en muchos países, lo que ha ayudado a proteger esta especie en peligro de extinción.
Protegiendo a las mamás y a los cachorros
En este momento, las mamás osos polares y sus cachorros recién nacidos están acurrucados juntos en guaridas de nieve en todo el Ártico.
La época de cría es la más vulnerable en la vida de un oso polar. Y en un Ártico en proceso de calentamiento, donde los osos polares enfrentan enormes desafíos, la supervivencia de cada uno de sus cachorros es de vital importancia.
Los cachorros de oso polar nacen en madrigueras invernales ocultas bajo la nieve. Al nacer, son ciegos, pesan poco más de medio kilo y tienen solo una fina capa de pelo que los protege del frío.
Las familias permanecen en la madriguera hasta la primavera, cuando los cachorros finalmente son lo suficientemente grandes como para sobrevivir a los rigores de las condiciones árticas exteriores.
Fuentes: Día Internacional de / Polar Bears International