Investigadores y peritos de la Policía y Justicia intentan esclarecer circunstancias, causas y posibles responsables de la muerte de una mujer en su vivienda próxima al cruce de las calles 87 y 174 en el barrio Nosiglia, zona sur de esta capital.
Soledad Machuca de 34 años fue encontrada el martes por la noche sin vida con un fuerte golpe en la cabeza, en la base del cráneo y con rastros que podrían corresponderse con moretones de aprietes en el cuello y brazos, según resaltaron a PRIMERA EDICIÓN fuentes próximas a la pesquisa y familiares de la víctima.
El horario del fallecimiento no pudo ser precisado aún, pero se aproximó un margen de horas entre las 20 y 22 del martes.
Machuca era preceptora en el CEP 36 de la avenida Corrientes y calle Tucumán, establecimiento donde también se encuentra la Escuela 110 Hipólito Bouchard y esta semana se habría reincorporado a sus primeras labores educativas del año lectivo.
Ayer a las 13, su hogar en el barrio Nosiglia, próximo a la rotonda de las avenidas Alicia Moreau de Justo (ex ruta 213) y Cabo de Hornos, entre los barrios Sur Argentino, Latinoamérica y Aeroclub, fue allanado luego de que los adelantos de la autopsia de la Morgue Judicial al juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón, indicaran que su deceso debía ser analizado con mayor profundidad y con la participación de otras patas clave, la labor de peritos de Policía Científica e investigadores puntuales porque el traumatismo que presentaba en el cráneo no se correspondería a una caída por desvanecimiento o desmayo simplemente.
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Por este motivo, el juez Verón llamó a los directores de Policía Científica y Homicidios para desplegarse en el inmueble y recabar rastros y muestras, secuestrar elementos para peritar, relevar las dimensiones y recoger relatos y detalles para acompañar las observaciones y determinación de posibles testigos sobre los minutos previos y posteriores al óbito.
La orden fue de extremar la tarea al detalle más pequeño y no aproximar hipótesis alguna, hasta tanto se puedan cotejar los resultados con los informes ya completos de la autopsia.
Suboficial de la UR-I
Vale remarcar que Soledad Machuca era pareja de un suboficial de la Policía provincial que prestaría servicio en el edificio central de la Unidad Regional I de la calle Félix de Azara casi Córdoba, en el microcentro posadeño.
Hasta el momento, no fue citado por el juez ni existen evidencias claras que contradigan su coartada, la que sostiene que, según las mismas fuentes contactadas por este Diario, durante la tarde y noche antes de hallarla sin vida a Machuca, estuvo en su lugar de tareas.
Entre los elementos que secuestró en cadena de custodia la Dirección de Policía Científica, se destacaron almohadas y ropas varias, entre otros objetos. El inmueble no tendría cámaras de seguridad, pero los investigadores relevaron las viviendas próximas para establecer si alguna persona ingresó a la vivienda en el margen horario establecido como dato preliminar.
La intención de avanzar y despejar todos los detalles y sospechas respecto a lo sucedido la resaltó el juez Verón al tomar la decisión inmediata de solicitar la autopsia el martes por la noche y la culminación de la misma ayer cerca del mediodía y que derivó en la orden de allanar la casa de Machuca y su pareja policía.
La medida provocó además que la entrega del cuerpo para ser velado por sus deudos, se demore sujeto a posibles nuevas pericias. Al menos hasta anoche, al cierre de esta edición, la situación no fue modificada.
Uno de los puntos claros que se remarcaron durante la siesta de ayer fue que no existió robo en la casa, que todos los elementos de valor no fueron tocados y que tampoco había desorden o rastros de requisas detrás de dinero y objetos para hurtar. La otra certeza, por el momento, fue que no hay indicio o evidencia de un suicidio.