José Manuel Maciel (55 años) lleva casi dos décadas vendiendo la chipa que él mismo elabora junto a su familia, de manera artesanal, en los pasillos de la Terminal de Ómnibus de Oberá pero se topó con la visita de funcionarios del municipio quienes acompañados por la policía le advirtieron que no podrá seguir utilizando ese espacio con su ‘carrito’ y deberá ubicarse “afuera”. Maciel se mostró sorprendido con la medida y pidió que “no me quiten la única forma de sustento para mi familia”.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN detalló que “soy padre y también abuelo. Hace muchos años, dieciocho, que me dedico a esto, a elaborar y vender la chipa que todos conocen como Josecito de manera artesanal. No oculto nada, está todo a la vista, pueden controlarme lo que quieran, pero me sorprendió esto que vinieron a querer ‘correrme’ como si fuera un extraño de un lugar donde no molesto a nadie y donde mucha gente me conoce”.
José con su carrito está ubicado en un lugar de la Terminal en el cual no interrumpe el paso de la gente ni tampoco molesta a quienes circulan por allí. “Somos una familia que vivimos en el barrio Aeroclub, acá en Oberá, que trabajamos y todo lo hacemos con sacrificio para obtener el mejor producto, de hecho tenemos clientes de muchos años que pueden dar fe de esto”, dijo.
Amenazado
Sobre el hecho puntual sucedido en la mañana de ayer, comentó que “por lo que tengo entendido hay una nueva encargada de la Terminal que no me permite vender la chipa porque dicen que no tengo ningún permiso escrito. Lo que pido es mi derecho a trabajar como lo hice por tantos años hasta ahora. Pasamos momentos muy complejos, duros y siempre con la venta de chipas pude sostener a mi familia, acá llego a las 6 de la mañana y me quedo hasta las 19”.
En la misma línea comentó que “la verdad que me sentí amenazado por esta gente que dicen que son de la Municipalidad y con la policía, que directamente quieren que me vaya e incluso dijeron que pueden llevarse toda la mercadería y el carrito en el cual ofrezco mis productos, si no me voy de acá”.
Insistió en que “no estoy en contra de nadie, menos del intendente Hassan, no estoy en contra de los concejales, diputados ni de ningún político. Incluso agradezco a todos los que pasaron por la Municipalidad porque nunca antes me molestaron ni vinieron a hacerme planteos para que me vaya o que no pueda vender acá adentro. Estamos pasando momentos difíciles y si encima tengo que dejar este lugar donde me rebusco para llevar el plato de comida a mi hogar sería el colmo. En este tipo de situaciones es cuando deberían ser más solidarios con quienes trabajamos”.
Maciel remarcó que “tengo problemas de presión, cardiovascular, estuve internado con insuficiencia cardíaca, imagínense cómo me cae todo esto, porque lo único que pretendo es llevar adelante este trabajo dignamente, es lo único que pido”.
Cerca del mediodía, el “chipero” se acercó hasta la sede comunal para solicitar una reunión con el intendente Pablo Hassan, “porque creo que él puede entender lo que estoy planteando. Con todo el respeto que se merecen, no pueden venir a correrme de un sitio donde siempre estuve trabajando honestamente, soy un ciudadano obereño y sé que no hice mal a nadie”.