El armado político sigue siendo un tema esquivo para el Gobierno nacional que, en apenas un año de mandato, debió deshacerse o ver cómo se alejaban decenas y decenas de funcionarios. El último caso refuerza como pocos la tesis inicial.
Los incendios en el sur eyectaron a una funcionaria del área y el hombre elegido para reemplazarla “metió la pata” incluso antes de asumir.
El empresario Fernando Brom admitió que en el “tema de bosques y fuegos” había “prioridad cero” durante la gestión anterior y que “evidentemente no se ha hecho bien” el trabajo en la materia.
Ayer, apenas después de esas declaraciones, el vocero presidencial, Manuel Adorni, explicó en la habitual conferencia de prensa: “Son las expresiones de alguien que no se ha interiorizado en la función y en todo lo que hemos hecho en función de la catástrofe de los incendios”. Adorni omitió deliberadamente un dato esclarecedor: Brom ya cumplía funciones en la Jefatura de Gabinete.
El caso se suma a otro reciente, el del extitular de ANSeS, desmentido y echado por Javier Milei tras afirmar que se venía una profunda reforma jubilatoria.