Un emprendimiento comercial y familiar de Posadas fue víctima el miércoles de un robo de maquinarias y equipamiento para carnicerías por 41 millones de pesos a través de una maniobra de transacción con cheques, al menos seis y todos truchos.
Fueron trece en total los elementos denunciados el jueves por la mañana en la comisaría Tercera de la Unidad Regional I, por los propietarios de la firma Noziglia Equipamientos, de la avenida Francisco de Haro al 4938, quienes se dieron cuenta de la estafa cuando uno de sus proveedores los alertó de que el cheque que le habían depositado minutos antes era apócrifo.
De inmediato cotejaron los demás cheques y la respuesta de los bancos fue idéntica: truchos, falsificados de otras firmas comerciales o cuentas particulares.
Las víctimas aportaron toda la información que disponían y se apuntó directamente a los barrios Ñu Porá, en Garupá y Ripiera, de Posadas. Los investigadores autorizados para allanar por el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor y la observación del fiscal René Germán Casals, determinaron que en un galpón del primer barrio mencionado fueron llevados por el camión fletero del comercio mencionado los elementos adquiridos el miércoles y el rápido movimiento de los policías permitió recuperar parte de ellos en una propiedad enfrente.
Es decir, los timadores dieron la dirección para el traslado de las trece máquinas y se apuraron para reducirlas en distintos puntos. Fue así que ayer en Villa Cabello, zona Oeste de Posadas, se halló también parte del botín en una pollería.
Carnicería nueva y completa
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, la maniobra permitió que se robaran trece elementos: dos sierras eléctricas carniceras, una picadora, un bombo de masajeo de 80 litros de capacidad, dos freezers de 496 y 636 litros, una cocina de seis hornallas, una embutidora, una balanza digital de 30 kilogramos, una heladera, batea mostrador de vidrio curvo de tres metros de largo, una empanadora de milanesas y una fileteadora.
Las mismas voces remarcaron que la maniobra incluyó consultas previas por redes sociales al comercio, de las que se habría confeccionado un presupuesto preliminar. Esto habría ocurrido el miércoles por la mañana y pocas horas después se presentó un hombre de 54 años para realizar la compra con los cheques.
Empleados y dueños del local habría realizado una consulta o revisión de los CUIT de los titulares de los cheques y no se activó ningún alerta o sospecha. El paso siguiente fue realizar el flete de los elementos discriminados al barrio Ñu Porá.
El jueves por la mañana, al depositarse los cheques en las cuentas de los proveedores del emprendimiento, la estafa quedó a la vista y se inició la pesquisa, que hasta anoche continuaba con parte de lo robado sin ser ubicado, al igual que el cabecilla de la gavilla que cometió el delito.