El jueves 27 de febrero en una habitación de la calle Lorenzini, jurisdicción de la comisaría Decimoséptima de Posadas, una joven de 24 años fue hallada sin vida por su padre y luego de tres días de no comunicarse con nadie.
Se determinó pocas horas después que se quitó la vida y la autopsia en la Morgue Judicial que solicitó el juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón, confirmó además que se habría realizado cortes en ambas muñecas. Pero los peritos forenses también habría detectado hematomas de golpes de data anterior o lesiones similares. Esto motivó que el análisis del cuerpo se amplíe con la intervención de profesionales en criminalística de la Dirección Policía Científica dos días después.
De acuerdo a fuentes judiciales consultadas por PRIMERA EDICIÓN, se estableció que el suicidio no remite controversia por varios puntos resaltados: la puerta del inmueble estaba cerrada desde adentro y los detalles del mecanismo para quitarse la vida no remitían a la intervención directa de otras personas tampoco.
Lo que no se pudo determinar y despertó sospechas firmes fueron los rastros de lesiones anteriores, golpes que podrían corresponder a episodios de violencia que haya sufrido la joven.
Otras voces contactadas por este Diario y en torno a la pesquisa, señalaron que el progenitor resaltó sobre situaciones conflictivas en la relación de noviazgo de su hija con un muchacho.
Por avanzar
Uno de los puntos que los investigadores ahora intentan esclarecer es si se trata o no de un suicidio como resultado de maltrato físico y psicológico constante y qué otros factores pudieron caldear el desenlace fatal. También se aclaró que, sobre las hipótesis posibles, no se descarta un suicidio inducido tampoco, pero que hasta el momento no habría evidencias fuertes o indicios que apunten a establecer un sospechoso.
Se profundizará en cuanto a la relación violenta que los familiares de la joven indicaron a la policía y que tendría como único protagonista al novio de la víctima, quien ya fue identificado y podría ser llamado o citado a dar su versión y conocimiento de lo ocurrido.
Vale señalar que durante el mismo mediodía del hallazgo en calle Lorenzini, la conmoción pública estaba puesta en la detención del suboficial (37) de la Policía provincial como sospechoso del femicidio de Adriana Soledad Machuca de 35 años, quien murió víctima de asfixia manual en su vivienda del barrio Nosiglia.
Este caso, en un primer momento, se interpretó como un presunto accidente doméstico trágico. La labor del Cuerpo Médico Forense y Policía Científica, lo descartó y la causa se caratuló como “femicidio”.