El martes 22 de octubre del año pasado poco después de las 16, Abel Spiecker (48) y su esposa se dirigieron a la ruta provincial 11, donde comienza la zona urbana de Dos de Mayo, porque les avisaron que su hijo, nuera y nieta habían sufrido un accidente. Al llegar a la escena la policía les informó que la beba estaba con vida, pero los padres no sobrevivieron al impacto.

“La policía no nos dejó ver los cuerpos de mi hijo y de su esposa. Un agente me dijo ‘vayan al hospital de Oberá que su nieta está muy grave’, por lo que nos fuimos prácticamente detrás de la ambulancia. Desde ese momento, pasaron casi cinco meses de que nos enfocamos en la salud de Letizia (Spiecker), nuestra nieta que lamentablemente el pasado miércoles falleció. Nos aferramos todo ese tiempo a la posibilidad de que sobreviviera, pese a que sabíamos que su estado era muy delicado y que ya había atravesado numerosas operaciones.
“Ahora, con el dolor que significa perder a un hijo, a una nuera, a una nieta, a una familia entera, queremos que se haga Justicia. Porque la persona que iba al volante del automóvil involucrado en el choque a la motocicleta que manejaba mi hijo apenas estuvo tres días presa. Tenemos dudas de que la investigación en el lugar del accidente fue realizada correctamente. Hay muchas irregularidades. En estos momentos queremos que se haga Justicia por las víctimas fatales y por mi nieto, que perdió a su padre, a su madre y también a su hermana Letizia”, relató Abel Spiecker, quien reside en Dos de Mayo y aún ve todos los días la vivienda que construyó su hijo en su terreno y donde hasta ahora parece que ve llegar a quienes la ocupaban, sonrientes y felices y llenos de vida y muchos sueños por delante.
“Cristian era albañil y agricultor como yo, su casa estaba prácticamente terminada. Justo se estaban por dedicar a plantar tabaco. El día que todo sucedió regresaban de un trabajo que hizo mi nuera (cuidaba una mujer con parkinson)”, recordó.
El hecho
El día en que se produjo el siniestro vial sobre la ruta provincial 11, también conocida como 211, dejó como saldo la muerte de Cristian Spiecker (23) y Liliana Coinete (23) que viajaban en motocicleta con su hija de un año y cinco meses (Letizia).
Tras impactar de frente con un automóvil, la pareja perdió la vida prácticamente en el acto.
Ocurrió alrededor de las 16 cuando, por motivos que se investigan, la Motomel 150 en la que viajaba la familia, chocó contra la parte frontal de un automóvil Volkswagen Bora, conducido por una mujer de 39 años.
La pequeña Letizia, que también iba a bordo del rodado menor, sufrió heridas de extrema gravedad que requirieron internación prolongada y múltiples cirugías. Tal como publicó este Diario, la beba luchó por su vida hasta que su corazón dijo basta el pasado miércoles.

“Que citen a los testigos”
“Se perdieron tres vidas inocentes, tres vidas jóvenes. Creemos que la Justicia actuó en contra nuestra prácticamente, los peritos dijeron que mi hijo se cruzó dos metros de carril, siendo que se nota bien que chocaron en la mitad del asfalto, además el impacto fue del lado del acompañante del automóvil, que quedó a veinte metros del lugar del choque y en contramano, sobre la banquina. En ningún sentido concuerda lo que se vio en la escena con lo que dijeron los peritajes”, explicó Abel.
Agregó que “la mujer que manejaba (el Volkswagen Bora) es de El Soberbio y estuvo tres días presa nomás, y sabemos que supuestamente está vinculada a una Fundación a través de la política, lo que es llamativo”.

“Creo que ellos se aprovecharon de nuestro dolor, de que cuidamos y acompañamos a nuestra nieta casi cinco meses y no tuvimos tiempo de reclamar. Las dos familias, es decir la nuestra y la de mi nuera, nos turnamos para estar junto a Letizia en el hospital de Posadas. Una semana cada familia. Estuvimos concentrados en mi nieta, los médicos hicieron lo que humanamente pudieron. Sabíamos que su situación era grave. Tuvo fractura en la cervical, le operaron, tenía fracturas en las piernas, que también se las operaron, muchísimas lesiones. Por ello, el corazoncito de ella se fue debilitando. Además, todo ese tiempo estuvo con respirador. Lamentablemente, el miércoles temprano falleció. Ella todo ese tiempo fue nuestra meta, nuestra esperanza, nuestra luz, pero se nos apagó. Ahora, podemos enfocarnos en pedir justicia”, refirió Abel a quien se le hace difícil recordar lo triste y doloroso que fue todo el tiempo que su nieta estuvo internada.
Sin embargo, retomó fuerzas y habló de lo que es la causa judicial.
“El día del hecho hay testigos que estaban en una gomería y que vieron pasar a mi hijo. Fue unos 50 metros antes de llegar al lugar del accidente, incluso mi hijo los saludó, y ellos aseguraron que no iba a más de 60 o 70 kilómetros por hora con la motocicleta, y a esa velocidad no se puede cruzar de contramano en una curva. Mucho menos dos metros como dicen los peritos. También hay testigos que afirman que el auto iba por encima de los 140 kilómetros por hora. Y otro dato importante es que instantes después del accidente un camión, cuya empresa tenemos identificada, y que venía atrás del automóvil que conducía la mujer, pasó por arriba de la moto que guiaba mi hijo y la arrastró más lejos. Eso no salió en las pericias y claramente modificó la escena”, precisó Abel, quien además solicitó “que la Justicia cite a los testigos para esclarecer lo sucedido”.
Afirmó que su hijo “nunca tuvo accidentes viales y que jamás iba a ser imprudente llevando a su esposa e hija en la motocicleta”.
El caso está en manos del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente. Por último, Abel contó que “quedamos al cuidado del hermano mayor de Letizia, Valentino David, quien tiene 6 años y quedó solo, perdió padres y hermana y también por él pedimos justicia. También tiene el cariño de sus tíos de parte de su madre y que cuidaron a la beba junto a nosotros. La abuela materna de Letizia actualmente se encuentra enferma y su salud se agravó tras lo sucedido”.