El maltrato animal sigue siendo un problema grave en Misiones. Según datos proporcionados por el Centro Integral de Operaciones 911, en 2024 se registraron 281 denuncias por maltrato animal, mientras que en lo que va de 2025 ya suman 74, totalizando 355 incidentes en menos de dos años solo en Posadas. A esto se suman las intervenciones realizadas por unidades regionales y comisarías en toda la provincia, a partir de vecinos que se acercan a una dependencia policial a realizar la denuncia, que en 2024 contabilizaron 47 casos y en lo que va de 2025 ya suman 22. En total, Misiones registra 424 casos de maltrato animal.
Cabe aclarar que estos datos reflejan únicamente los casos que han sido denunciados y registrados oficialmente, pero en muchas ocasiones el maltrato animal no es reportado, ya sea por desconocimiento, temor a represalias o falta de confianza en la respuesta de las autoridades. En este sentido, las cifras reales podrían ser aún mayores.
Cómo actuar
Ante esta situación, PRIMERA EDICIÓN dialogó con la abogada Adriana Giménez, coordinadora del Instituto de Derecho Ambiental y Derecho Animal del Colegio de Abogados de Misiones, sobre la importancia de denunciar estos hechos de violencia.
“Nosotros sugerimos siempre que se haga la denuncia a la policía, que se presente en la comisaría o guardia policial más cercana que tenga y haga la denuncia o que llame al 911 para hacerlo. Es importante porque existe una ley penal y la policía está obligada a tomarle la denuncia. Que no tenga miedo”, sostuvo Giménez.
Según la abogada, si bien muchas personas prefieren no involucrarse por temor a represalias, el maltrato animal es un delito tipificado en la Ley 14.346 y debe ser tratado como tal. “Cuando hay una infracción a una ley penal, la policía está obligada a tomar la denuncia. Es así”, enfatizó.
También señaló que, en caso de que una persona no quiera exponerse, existen otras alternativas: “Si por ahí, porque es lo que suele suceder, no quiere tener problema con su vecino por un perro o por un gato, entonces ahí sí sugerimos que se comuniquen con una protectora a la cual no le va a importar tener problema con el vecino por defender una vida. Pero la sugerencia siempre es: tome acción, haga algo. No quedarse como espectador viendo y sin hacerse cargo”.
Una ley obsoleta
La Ley 14.346, sancionada en 1954, es la normativa vigente en Argentina que penaliza el maltrato y la crueldad hacia los animales, y sigue siendo la principal herramienta legal para sancionar estos delitos, a pesar de su antigüedad.
El artículo 2 de la norma establece seis formas de maltrato, entre las que se incluyen no alimentar adecuadamente a los animales domésticos o cautivos, azuzarlos con instrumentos que les provoquen dolor (como las espuelas en caballos de tiro), hacerlos trabajar en exceso sin descanso o en condiciones inadecuadas, estimulándolos con drogas sin fines terapéuticos, emplearlos en el tiro de vehículos que excedan su capacidad de fuerza, y abandonarlos en condiciones que los expongan al sufrimiento o la muerte.
Por otro lado, el artículo 3 aborda actos más graves de crueldad animal, como mutilaciones innecesarias (salvo en casos médicos), intervenciones quirúrgicas sin anestesia (excepto en situaciones de urgencia), la sobrevivencia forzada a heridas mortales o torturas, la utilización de animales en espectáculos que impliquen sufrimiento (como las peleas de perros o las corridas de toros), y el envenenamiento o muerte intencional sin justificación legal.
La ley establece penas que van de 15 días a 1 año de prisión para quienes cometan actos de maltrato o crueldad animal. Sin embargo, debido a que la pena máxima es de un año, los condenados pueden recibir penas excarcelables, lo que implica que no necesariamente cumplan prisión efectiva.
“Es necesario aumentar las penas”
Dado que la normativa tiene más de 70 años, diversos especialistas y activistas consideran que es urgente su actualización. “Es necesario aumentar las penas, incluir medidas preventivas y establecer mecanismos de control más eficaces”, compartió la abogada, quien además mencionó que persisten concepciones antiguas sobre los animales, viéndolos solo como objetos sin considerar su bienestar.
“Tenemos que evolucionar hacia un cambio de conciencia. Hace años era normal tener un perro atado en el patio con una chapa para que no se moje cuando llueva. Hoy, miramos hacia atrás y vemos que eso es una tremenda inconsciencia”, reflexionó.
Falta de conocimiento
A pesar de la existencia de la ley, muchas denuncias no prosperan debido a la falta de conocimiento sobre la normativa vigente. “Hay una gran falla de conocimiento de toda la sociedad. Cuando hablo de toda la sociedad, eso no excluye a la policía, hay miembros de las fuerzas de seguridad que desconocen la legislación”, advirtió Giménez.
Uno de los casos más recientes que ejemplifica esta problemática ocurrió en San Pedro, donde un perro murió tras haber sido víctima de maltrato, a pesar de que vecinos ya habían realizado denuncias previas.
“Me comunicaron en la sección de policías que había denuncias de dos semanas anteriores y sin embargo no se hizo nada, y el perro terminó muriendo”, lamentó Giménez.
La violencia naturalizada
Giménez también remarcó que muchas prácticas de maltrato están tan naturalizadas que no se las percibe como un problema. “Quizás uno piensa en los casos más graves, sin embargo, tener atado un perro en el rayo del sol es maltrato, encadenado, pero son cosas que por ahí socialmente están naturalizadas o no se les ve la gravedad que tienen”, explicó.
De acuerdo a la especialista, denunciar el maltrato animal “no es solo un derecho, sino una obligación ciudadana. Y aunque la ley actual sea insuficiente, la presión social y la educación pueden generar el cambio necesario que necesitamos para lograr una verdadera protección animal en Argentina”.
Tenencia responsable
Además de fomentar la denuncia, destacó la importancia de la castración como una medida preventiva: “Es muy lindo tener una mascota, pero hay que hacerse cargo. La castración es importante, y no solo en hembras, también en los machos. Es parte de la responsabilidad de tener un animal”.
“La violencia no debe ser aceptada bajo ningún término”, concluyó Jiménez.