La causa por el femicidio de Jésica Galeano (32) que se tramita en el Juzgado de Instrucción 7 de la Primera Circunscripción Judicial sumó un nuevo resultado pericial que sostiene la acusación contra el suboficial de Gendarmería Nacional, Horacio Daniel Balbuena (37), como el sospechoso de haberla ultimado de un disparo el domingo 12 de marzo de 2023 en la vivienda que compartían como pareja en el barrio Cocomarola Este de esta capital.
Los resultados solicitados a un laboratorio de Resistencia, Chaco, para pericias de barrido electrónico para detectar en las muestras enviadas las presencia de los componentes de la pólvora, dio negativo en las manos de Jésica Galeano, por lo que quedaría desestimada la posibilidad de que la víctima, que también cumplía funciones en el Escuadrón 50 de GN, se haya suicidado.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, con el informe pericial sumado al expediente, el juez Miguel Mattos estaría en condiciones de solicitar la opinión fiscal para que las actuaciones sean elevadas a debate oral.
El resultado se ratificó a pocas horas de que se cumplieran dos años del ataque fatal en la zona sur de Posadas. Caso que conmocionó porque desde un primer momento Balbuena sostuvo que su pareja se quitó la vida con una pistola dentro de su automóvil, un Volkswagen Bora.
El imputado, con prisión preventiva ratificada por la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores, está alojado en el pabellón para detenidos de fuerzas de seguridad en la unidad de Cerro Azul del Servicio Penitenciario Provincial, solicitó declarar en septiembre de 2024 ante el juez Mattos. Mantuvo el relato de su primera indagatoria, es decir, insistió en que la víctima se quitó la vida con su pistola reglamentaria calibre nueve milímetros.
Según el expediente, a las 8 del domingo 12 de marzo de 2023, algunos vecinos del barrio Cocomarola Este oyeron una detonación en una vivienda y la voz de alguien que decía “qué hiciste, qué hiciste”. Un inquilino que vivía en el fondo de ese domicilio se aproximó a ver qué pasaba y Balbuena le dijo “mi mujer se pegó un tiro”, según lo que indica la pesquisa.
El cuerpo inerte de Galeano estaba en el asiento del acompañante del Volkswagen Bora estacionado en el garaje de la casa. La pareja habitaba en ese lugar con un menor, hijo de una relación anterior de ella y una beba de poco más de tres meses.
Entre las pruebas que apuntan a Balbuena como el que disparó el arma fue la primera pericia de residuo por arma de fuego efectuada por el laboratorio de Ciencias Forenses del Poder Judicial de Misiones.

En ella no detectaron presencia de pólvora en Galeano, ni tampoco en sus ropas. De todas maneras, las muestras fueron enviadas a Chaco para profundizar los estudios.
Vale remarcar que el imputado quedó con manchas de salpicaduras de sangre en sus ropas, lo que evidenciaba que estaba muy cerca al momento del disparo y no que se manchó cuando quiso ayudarla.
Otra cuestión extraña para los investigadores policiales fue que, si bien la víctima que era diestra tenía una herida en la cabeza del lado derecho, el arma fue encontrada en el lado izquierdo, en medio de los dos asientos del Volkswagen Bora estacionado en la vivienda.
Pero los elementos o piezas probatorias que acorralan a Balbuena (35) como presunto autor de “homicidio agravado por el vínculo” (artículo 80, inciso 1 del Código Penal Argentino), no son pocos.
Otra prueba fundamental es que se hallaron restos de sangre de Jésica en el arma de fuego en forma de salpicaduras y que son similares a las halladas en la ropa del sospechoso y vidrio del vehículo, distancias coincidentes y precisas que lo ubicarían en el lugar y momento de la detonación y no que llegó después y se manchó cuando la tocó, como dijo en su coartada ofrecida en indagatoria.
La defensa de Balbuena sostiene que el gendarme se acercó a la mujer dentro del automóvil después de escuchar el disparo. La encontró con la lesión en la cabeza y de ese contacto resultó manchada su ropa.
En este contexto y cuando se dio a conocer su traslado a la prisión preventiva firmada por el juez Miguel Mattos a cargo de la instrucción, trascendió que se tuvieron en cuenta también otras medidas ordenadas, por ejemplo, los testimonios de exparejas del gendarme Balbuena que lo describían como un hombre violento.