El 31 de marzo próximo, las dietas de los senadores argentinos dejarán de estar congeladas, lo que podría llevar a un aumento significativo en sus ingresos. Desde mayo, cada senador podría cobrar al menos $9 millones en bruto mensualmente, dependiendo de las decisiones que se tomen en el Congreso.
La vicepresidenta Victoria Villarruel había frenado una suba automática de las dietas en enero pasado, aprovechando el receso estival para delegar la decisión a los bloques políticos. Sin embargo, hasta el momento parece no haber interés entre los bloques para modificar el sistema actual.
La resolución firmada por Villarruel en enero se basaba en el valor del módulo de referencia del Congreso, y su vencimiento el 31 de marzo dejará en manos de los bloques la decisión sobre si se incrementan o no los salarios de los senadores. Si se aprueba el aumento, desde mayo, cada senador recibiría una base de $9 millones en bruto.
La polémica con este aumento comenzó con un ajuste en abril de 2024, cuando los senadores pactaron un nuevo sistema de dietas que incluía 2.500 módulos, más adicionales por gastos de representación y desarraigo. Esto elevó sus ingresos a más de $7 millones brutos mensuales desde mayo pasado.
La única senadora que no se beneficia de este sistema es Alicia Kirchner, quien optó por mantener su jubilación al ingresar al Senado. Además, solo cuatro senadores no reciben el adicional por desarraigo.
En medio de una profunda crisis económica en el país, con jubilados recibiendo aumentos insuficientes y una industria que apenas resiste, el aumento de las dietas de los senadores generó críticas.
Asimismo, este incremento es un tema sensible, especialmente si se considera que los empleados del Congreso también esperan un ajuste salarial similar al de la administración central. Además, las bancadas políticas están buscando equilibrar las disparidades en los módulos asignados, lo que podría generar más tensiones en el Senado en los próximos meses.
Fuente: Infobae