Ir contra molinos de viento
es luchar con los pensamientos,
arremeter contra ellos no trae nada bueno
sean estos propios o ajenos
dependiendo del estado que han sido concebidos
de cada quién con su libre albedrío.
Y aquí juega la percepción
desde cual haya sido la experimentada emoción
y ésta se expresará según los estímulos sean
que viene del sentido que sienta o vea
el cuál estará condicionado
por la creencia que haya acumulado.
El momento existencial en que lo haya recibido
y lo que su personalidad le haya permitido
desde el estado de conciencia que haya sido elaborado
en el tiempo que fue confeccionado.
Si se hace el camino inverso
se sale del círculo perverso,
obligando a la personalidad a Bien actuar
para que esta vibración busque igualar a la del pensar.
Física cuántica: todo es espacio vacío, solo son un grupo de ondas pequeñas de energía que se unen por fuerzas de atracción.
El cerebro interpreta la energía, éste está dentro del cráneo en completa oscuridad procesando señales eléctricas. Lo que se siente no es físico, es eléctrico, es energía interactuando con energía. La fuerza de repulsión es lo que llamamos físico, por lo tanto, la realidad es una alucinación de alta resolución creada por la mente. Podemos concluir que estamos soñando con los ojos abiertos.
Por lo antedicho, habría que interpretar y vivir nuestra experiencia “física” desde las leyes que rigen la cuántica.
La “realidad” es percibida a través de los sentidos, y la percepción está condicionada por las emociones, ya que estamos conectados con el cuerpo espiritual a través del emocional. Siguiendo la ley cuántica de que atraemos lo de igual vibración, de nada serviría si queremos mejorar la calidad de nuestro pensar/sentir pelear con la expresión baja de estos, pues estaríamos atrayendo más de lo mismo.
Empecemos por amar nuestras emociones y actuar bien para que los pensamientos sigan a los actos, esto es el camino inverso. Decreto para estos tiempos de cambios: Todo lo que me propongo en mi evolución está envuelto en gozo, seguridad y armonía.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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