Cuenta Abel G.M., periodista especializado en historia, paleontología y mascotas, que hace varios años se propuso la introducción de un collar o cinta amarilla para perros con los que, por una razón u otra, no deberíamos interactuar.
Todo comenzó con “The Yellow Dog Project”, iniciativa que nace en Suecia en 2012, con la entrenadora Taryn Blyth.
El proyecto buscaba concienciar sobre la necesidad de respetar el espacio de algunos perros durante los paseos o en lugares públicos. Además, educar al público y fomentar interacciones respetuosas para evitar situaciones estresantes o peligrosas. Consistía en el uso de un lazo, pañuelo o cinta amarilla atada al collar o la correa del perro para indicar que ese animal necesitaba espacio adicional o que no se debía interactuar con él sin antes pedir permiso a la persona que lo acompañara.
El pañuelo amarillo no indica que el perro sea peligroso, sino que necesita espacio. Las razones pueden variar: ansiedad o miedo, agresividad o incomodidad con otros perros o personas, recuperación de una lesión o enfermedad, entrenamiento para funciones de trabajo o ser un perro de asistencia o terapia.
Con el tiempo, este proyecto ha dado lugar a la utilización de una amplia gama de colores con un significado que indica a los demás cómo pueden interactuar con nuestros animales de compañía en espacios públicos.
En la próxima nota te cuento acerca de los colores concretos, que se dividen en tres ámbitos, y sus significados.
Laura Kuperman
Educadora Canina.
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