Esta noche hubo un fallido intento de toma de posesión por parte de los interventores de la sede partidaria.
Los dirigentes fueron al partido, pero las autoridades locales se plantaron, argumentando que el tema está judicializado, sin permitirles el ingreso.
En ese momento se vivieron momentos de tensión e, inclusive, hubo presencia policial ante la posibilidad que la violencia escalara. “Temimos que esto pasara a mayores”, indicó uno de los presentes a PRIMERA EDICIÓN.
Finalmente, tanto los interventores, como todo el sector disidente terminaron marchándose, sin poder ingresar y tomar posesión de las instalaciones del partido.
Por lo tanto, la conducción sigue siendo la misma que antes de la intervención, mientras que un grupo cercano al diputado nacional, Alberto Arrúa, quedó en vigila, para evitar cualquier acercamiento durante la noche.
Hoy podría haber novedades al respecto, ya que no se descarta que vuelvan a insistir con tomar el control del partido