El grupo Mechones de Vida enfrenta una creciente escasez de cabello donado, lo que afecta a su valiosa labor solidaria. Desde hace tres años, este colectivo de mujeres confecciona pelucas artesanales para personas que luchan contra el cáncer, ofreciendo apoyo emocional y físico a través de la solidaridad comunitaria desde el espacio que les presta la parroquia Santa Rita de Oberá. Sin embargo, la falta de cabello y otros elementos para la confección de las pelucas ha puesto en evidencia la necesidad urgente de que más personas se sumen a la causa.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Estela Gómez, una de las referentes del grupo, explicó que la demanda de pelucas ha aumentado, pero las donaciones de cabello no siguen el mismo ritmo. “Nuestra mayor preocupación y necesidad en este momento es el pelo. Cada vez es más difícil conseguir donaciones, ya que muchos peluqueros optan por comprarlo, lo que nos dificulta conseguir las donaciones”, señaló.
Para poder confeccionar una peluca de calidad, el grupo necesita al menos 400 gramos de cabello, lo que equivale a varios cortes, y el cabello debe cumplir ciertos requisitos, como un mínimo de 25 cm de largo.
Este grupo de mujeres, que no está registrado como ONG y trabaja de manera completamente voluntaria, depende enteramente de las donaciones de la comunidad para seguir adelante. El trabajo de confección es minucioso: después de recibir el cabello, lo esterilizan, lo clasifican por tamaño y color, y luego lo unen con cinta adhesiva y lo cosen a máquina. Finalmente, se monta sobre gorros especiales para asegurar la comodidad de quienes lo utilizan. Todo el proceso se lleva a cabo en un taller comunitario, sin remuneración, solo por el amor y la dedicación de sus integrantes.
El mayor desafío radica en que el cabello, un recurso escaso en los últimos tiempos, es fundamental para seguir ayudando a quienes más lo necesitan. Para las pelucas infantiles, por ejemplo, se requiere cabello virgen, es decir, sin teñir. En cambio, para las pelucas de adultos, pueden usarse cabellos teñidos, lo que amplía las posibilidades de reutilización del material donado. Sin embargo, la compra de cabello está fuera del alcance del grupo debido a los altos costos, lo que hace aún más urgente el llamado a la solidaridad.
A pesar de estos obstáculos, Mechones de Vida sigue entregando pelucas de manera gratuita a personas de todo el país. La organización, que ya ha entregado más de 300 pelucas en todo el país, también ha recibido el apoyo de instituciones como el Instituto Superior de Conocimientos Estéticos Carola B, que se encarga del mantenimiento y cuidado de las pelucas, garantizando su durabilidad y confort.
Estela también hizo un llamado a los peluqueros y estilistas locales para que se sumen a la causa y colaboren con las donaciones. “Muchos peluqueros ya están ayudando, pero necesitamos más apoyo. Si cada persona que corta su cabello pensara en donar aunque sea un pequeño mechón, podremos seguir adelante con este proyecto que hace tanta diferencia en la vida de quienes enfrentan la enfermedad“, destacó.
El grupo trabaja en un espacio prestado por la Parroquia Santa Rita de Oberá, sita en Marambio 144, donde todas las semanas se reúnen para confeccionar las pelucas. Sin embargo, Estela remarcó que, a pesar de la escasez de recursos y las dificultades que enfrentan, siguen adelante por el amor al prójimo y la satisfacción de ver cómo sus pelucas ayudan a mejorar la autoestima y el bienestar de quienes las reciben.
Además de pelo, para la confección de las pelucas también necesitan cinta de papel de pintor de 18 mm, alfileres de cabeza, hilos mercerizados y elástico partido. El llamado a la solidaridad está abierto para todos. Quienes deseen colaborar pueden comunicarse con los teléfonos 3755-635114 o 3755-550414.
Con la ayuda de todos, este proyecto de amor y esperanza puede seguir transformando vidas.