Llegar con vida a las elecciones es el fin… los medios varían de acuerdo a la coyuntura, pero en este caso es harto evidente que se trata de dólares.
El Gobierno nacional tiene a la macroeconomía encorsetada, pero la micro todavía fuera de su control total. La inflación, ese mal endémico de Argentina, es la muestra más evidente. Dicen que la bajaron del 25,5% de diciembre de 2023 a 2,4 mensual actual. Pero evaden que devaluaron fuerte aquel mes y que tuvieron que ver con ese índice.
También evaden la forma correcta de decirlo. La inflación no baja, sube más de 2% todos los meses.
La microeconomía tampoco termina de despegar y eso también es evidente. El consumo masivo sigue en niveles negativos y se recupera muy lentamente. La inercia de la larga recesión evita el rebote en “V” que habían prometido para meses atrás.
Pero volviendo a la tesis inicial, la urgencia por lograr dólares quedó al desnudo por el ejercicio cotidiano del Banco Central en moderar la brecha echando mano de las reservas. De un tiempo a esta parte esa dinámica adquirió mayor velocidad y volumen hasta llegar a estos días, cuando en apenas dos jornadas se sacrificaron 530 millones de dólares.
En un desesperado intento por hacerse de moneda extranjera y robustecer las arcas del BCRA, el Gobierno apeló a las siempre densas retenciones al campo. Creyó tener ahí una chance de doble beneficio. Si bajaban las retenciones podrían hablar de reducción de impuestos y, con ello, estimular la liquidación de cosecha para ingresar dólares.
Al final ni lo uno ni lo otro. La moderación de las retenciones es temporal, con condiciones leoninas y el resultado quedó a la vista durante la semana que terminó: los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires muestran que los productores vendieron menos soja y maíz que en los ciclos agrícolas anteriores. Por tanto, los dólares que se esperaban por esa vía no serán todos los que buscaba obtener el Gobierno.
Así las cosas, la apuesta volvió a ser la de siempre: el Fondo Monetario Internacional. Y entonces todas las energías y estrategias se pusieron a merced de ese objetivo declinando incluso las banderas que los libertarios defendían antes de ser Gobierno.
En el 2020, Manuel Adorni consideraba que “tener que recurrir al FMI solo deja en evidencia el rotundo fracaso del Gobierno”. En pleno gobierno de Alberto Fernández, el ahora vocero remató: “Argentina, un país”. Esas mismas frases fueron parte de una pregunta al vocero el jueves pasado en la habitual conferencia de prensa.
Su respuesta fue confusa, repleta de tensión y sin la solidez que lo caracteriza. De hecho fue muy larga y ello dejó en evidencia su incomodidad. Pero en líneas generales expresó: “La relación con el Fondo había terminado porque Néstor decidió pagar la deuda, y se endeudó con la tasa más cara que podía conseguir la Argentina. Luego, debido al desastre colosal que hizo el kirchnerismo, el Gobierno de Mauricio Macri decidió volver al FMI y el tuit es en virtud de la crítica al descalabro enorme que había hecho el Gobierno kirchnerista”, alegó el funcionario sin percatarse de que su tuit había sido en 2020, con lo que aquella crítica estaba dirigida al acuerdo del expresidente del PRO. “Cuando te endeudás, no entendiste como funciona la economía. Pero no hay ninguna inconsistencia”, insistió Adorni agregando más confusión a su respuesta.
“Lo que hagamos no va a afectar a la gente; no vamos a devaluar”, dijo Caputo días atrás por la mañana, antes de que abriera el mercado de cambios. La intención era frenar las tensiones que se venían evidenciando desde la semana anterior, con los financieros y paralelos subiendo sin pausa. Y como cada vez que un ministro dice que no va a devaluar sucede todo lo contrario, las variantes volvieron a subir durante casi toda la semana.
Y es que la convicción de Caputo no fue la suficiente, de hecho ante una consulta periodística sobre si Argentina va hacia un régimen de flotación, el ministro vaciló y dijo que no podía asegurar nada.
Un poco de contexto. Durante el Gobierno macrista Luis Caputo y Federico Sturzenegger fueron dos alfiles de la economía que jamás se llevaron bien. Nada cambió hoy, salvo que volvieron con otra administración. Son dos íconos de la ortodoxia monetarista, pero con gruesas diferencias de formación y carácter.
En aquel entonces, cuando Mauricio Macri negoció un voluminoso acuerdo con el Fondo, Sturzenegger aceptó un régimen de flotación en bandas que Caputo criticó abiertamente.
Hoy, cuando señala que no puede asegurar nada sobre las condiciones del nuevo acuerdo, deja entrever que el FMI espera un amplio grado de flotación de la moneda y que no sea el Gobierno o un ministro el que decida cuánto vale esa moneda sosteniendo ese valor con los dólares que van a mandar al país.
El Fondo está dispuesto a liberar esos recursos para que el Gobierno haga la campaña y llegue en forma a las elecciones, tal y como hizo con Macri. Pero reclama que esos recursos no terminen siendo agotados en la brecha cambiaria, que es lo que busca Caputo frente a un mercado que deja de creer y busca refugiarse en los dólares.
El FMI espera una flotación entre 1.400 y 1.700 pesos y frente a esas expectativas es que el mercado compra barato hoy haciendo que la cotización suba fuerte y el BCRA intervenga.
Dos cuestiones subyacen a todo lo anterior: una es que el Fondo y las devaluaciones están siempre a la vuelta de la esquina; la otra, más contundente aún, es que nadie resiste un archivo.
Plazos y fragmentaciones
El vencimiento del primer plazo del calendario electoral en Misiones dejó muchos frentes que buscarán llegar con chances a las elecciones del 8 de junio, cuando se renovarán veinte bancas de la Cámara de Diputados de la provincia, concejales de diez municipios y al Defensor del Pueblo de Oberá.
Las diferencias tras el primer corte son notorias. Más de treinta partidos se encolumnaron en el Frente Renovador de la Concordia, volviendo a poner en evidencia que seguirá siendo la coalición con más músculo en Misiones por otro año. En el FR convergerán referentes industriales, empresariales y agropecuarios, profesionales, estudiantes y trabajadores; pero también dirigentes políticos provenientes del PJ que no podrán participar con el sello institucional del partido. También los radicales que abandonaron el centenario partido y optaron por no ponerse la peluca libertaria.
En resumen, la presentación de frentes deja en evidencia la fragmentación de la oposición en la provincia por la ausencia de espacios que venían participando con regularidad en elecciones locales.
El cronograma tiene su siguiente posta el 12 de abril, cuando el Tribunal Electoral resolverá sobre la inscripción de los lemas, mientras que el 14 del mismo mes será el vencimiento para el registro de sublemas. Pero la atención está puesta ahora en el 19 de abril, cuando se den a conocer las listas de candidatos.
En el escenario económico, la novedad pasa por el consumo mayorista. La inercia que mantiene a ese rubro en niveles negativos hace más de un semestre parece haberse detenido en esta parte del país teniendo en cuenta el informe de la consultora Politikon.
El mismo señala que se observa una mejora en los resultados provinciales con una importante influencia de la base comparativa que dejó 2024.
En total, al decir del estudio, fueron doce los distritos que presentaron incrementos reales interanuales, con los patagónicos liderando y con Misiones como la única provincia del Nordeste con desempeño positivo. Los otros volvieron a exhibir rendimientos negativos: Chaco, -0,8%; Corrientes, -6,7%; y Formosa, -8,5%. Además del contexto, el dato de la tierra colorada es alentador teniendo en cuenta que arrastraba 18 meses de retracción.
Otro índice local destacable en un entorno nacional con variables inconsistentes es el referido a las exportaciones. El último informe sobre comercio exterior ofrecido por el INDEC expone a Misiones como uno de los distritos cuyas ventas al exterior superaron los 66 millones de dólares durante el primer bimestre entre productos primarios, manufacturas de origen agropecuario, manufacturas de origen industrial y combustibles y energía. Puesto en contexto, se trata del cuarto mejor arranque desde el 2002 y representa una suba interanual de 4,1%.