La política argentina es un terreno volátil donde el éxito puede desvanecerse en cuestión de semanas. Un nuevo estudio de opinión pública realizado en marzo de 2025, por la consultora Zuban Córdoba mostró que la desaprobación del gobierno de Javier Milei sigue en ascenso, alcanzando un 58,4%.
La tendencia negativa, iniciada en enero, se consolidó en los últimos meses, afectada por problemas económicos, inseguridad y escándalos políticos. No obstante, desde el mismo estudio se evidencia una falencia en el arco político opositor, que no logra consolidar una propuesta que resulte convincente para el electorado.
El informe detalló que la percepción sobre el liderazgo de Milei ha cambiado drásticamente en los últimos meses. “La imagen y aprobación de gestión del gobierno y de Javier Milei están en niveles críticos”, afirmó Gustavo Córdoba, politólogo y titular de la consultora, en una charla con PRIMERA EDICIÓN.
Con un 58% de rechazo y un 41% de aceptación, el estudio señaló que el oficialismo enfrenta límites claros en la opinión pública. Esta tendencia plasmó interrogantes sobre su capacidad para mantener el control político y la estabilidad institucional en el corto plazo.
Polarización en año electoral
En el ámbito electoral, La Libertad Avanza lidera la intención de voto con un 36,7%, seguida por Unión por la Patria con un 32,5%. “Las dos primeras fuerzas polarizan la elección y se llevan más del 70% de los votos, lo cual significa la muerte de los tercios que significaron mucho para la política argentina en el 2023”, destacó Córdoba.
No obstante, aclaró que no hay un clima electoral para las legislativas de octubre: “La gente no está pensando de ninguna manera en la elección y está bien que así sea”. En cuanto a las elecciones provinciales, añadió que, “lo que se juega son las realidades de cada provincia, no la cuestión nacional”.
El triángulo de problemas
El estudio identificó un “triángulo de problemas” que afecta la imagen del Gobierno. “Por un lado, los escándalos políticos derivados de la ‘cripto estafa’ y la praxis del gobierno en esa crisis; en segundo lugar, la cuestión de la economía, con el reconocimiento de concurrir al FMI como prestamista de última instancia; y en tercer lugar, el tema de la inseguridad, que este mes alcanzó el primer lugar desplazando a la economía y a la inflación como la principal preocupación de los argentinos”, indicó Córdoba.
Este triángulo, según el politólogo, implica “un cambio de contexto para el Gobierno y un límite al consenso público en su gestión”.
Interrogado sobre cómo el Gobierno podría abordar este “triángulo de problemas” para evitar un mayor desgaste, Córdoba señaló que “el Gobierno tiene problemas políticos de corto plazo, de gestión política”.
Advirtió que los acuerdos con el FMI no garantizan soluciones. “El gobierno de Macri tuvo una asistencia de 45.000 millones de dólares y perdió las elecciones. De La Rúa se tuvo que ir antes de terminar su gestión”. En este sentido, afirmó que “no es tan simple como decir ‘arreglo con el Fondo y ya tengo todos mis problemas solucionados’”.
El factor económico
El malestar económico se destaca como el principal motor de la desaprobación. Un 63% de los encuestados tiene una imagen negativa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y rechaza la posibilidad de un nuevo préstamo, pese a que el Gobierno presentó el reciente acuerdo con el organismo como un logro. “Milei ha recurrido al Fondo Monetario 14 meses antes de lo que recurrió Mauricio Macri cuando le tocó gobernar. Eso es todo un dato”, explicó Córdoba.
Sin embargo, la desconfianza prevalece: el 55,8% no cree en la afirmación de que “Milei tiene totalmente controlada la inflación”, y un 50% anticipa una nueva devaluación del peso.
Crecimiento de la inseguridad
La inseguridad se posiciona como otra preocupación dominante. El 52% de los encuestados considera que los asaltos han aumentado desde la asunción de Milei, y el 50% opina que el gobierno no adopta medidas efectivas para combatir la delincuencia.
“Más del 55% de los entrevistados estuvo de acuerdo con que el gobierno de Milei habla mucho de inseguridad pero hace poco para solucionarla”, detalló Córdoba.
Además, un 58,6% coincide con la frase “Milei habla sobre la inseguridad, pero no está haciendo nada para frenarla”, mientras que un 54,2% asocia el ajuste económico con un aumento en los delitos. En los principales centros urbanos, la percepción de inseguridad supera el 50%.
Gobernabilidad en la cuerda floja
Con una aprobación del 41,6%, el Gobierno se acerca al umbral crítico del 40%, un nivel que, de perforarse, podría generar problemas estructurales de estabilidad.
“El 40% es una barrera psicológica, política. Puede seguir cayendo si el gobierno no reacciona, si no toma en serio las advertencias y el cambio de contexto”, señaló Córdoba.
Sin embargo, evitó predecir si este piso se romperá pronto. “Hoy las cosas que este gobierno hacía al principio tenían un nivel de credibilidad importante. Esa credibilidad sigue estando, pero no con el mismo volumen”.
Obra pública y crisis ambiental
El estudio también abordó la infraestructura y la gestión de desastres naturales. Un 72,3% de los encuestados considera que el Estado debería realizar más obras para prevenir el impacto de eventos climáticos extremos, y un 59,4% califica la paralización de la obra pública como “criminal”.
Estas cifras reflejan una percepción de abandono en materia de inversión estatal y una demanda social que el Gobierno no ha logrado satisfacer.
La decadencia del Congreso
Sobre el rol del Congreso como poder de control, Córdoba fue contundente: “Es una muestra de lo decadente que está hoy la política argentina. Ha sido centro de escándalos y de prácticas de compra o cooptación de voluntades”.
En esa línea, criticó nuevamente la aprobación del acuerdo con el FMI por su “falta de transparencia”. “No sabemos de qué se trata el acuerdo, más allá de algunos trascendidos. Que el Congreso lo haya aprobado como un cheque en blanco es un síntoma de época”.
El estudio de Zuban Córdoba expuso un gobierno bajo presión, con una sociedad que reclama respuestas a problemas económicos, de seguridad y estructurales. La fragmentación del electorado y la ausencia de una oposición consolidada añaden incertidumbre a un escenario político que sigue marcado por la imprevisibilidad.