La Justicia de Santa Fe investiga una grave denuncia por abuso sexual en la Escuela Albergue Conrado Nalé Roxlo N°1211, ubicada en la localidad de Gato Colorado, al norte de la provincia.
La víctima es un niño de 7 años que, según su madre, fue atacado por tres compañeros mayores de entre 10 y 12 años durante su estadía en el establecimiento.
El caso salió a la luz cuando la madre del menor, residente de Santa Sylvina, Chaco, notó un comportamiento inusual en su hijo al buscarlo el viernes pasado. El niño parecía desorientado y con dificultades para mantenerse en pie.
En su hogar, el pequeño logró contar lo sucedido y reveló que los abusos ocurrieron en varias ocasiones a lo largo de la semana, especialmente en momentos en los que el celador no se encontraba presente.
La denuncia
Los hechos quedaron al descubierto el viernes pasado, cuando la madre del menor, que aguardaba frente al edificio comunal de Santa Sylvina, provincia de Chaco, el arribo del transporte que llevaba los niños a esa localidad ubicada a 30 kilómetros del albergue de Gato Colorado, vio que al descender del vehículo el niño se cayó y no reaccionaba.
“Estaba como enajenado, abstraído. Lo único cierto era que lloraba sin poder explicar su trauma. Me di cuenta de que estaba en condiciones emocionales excepcionales y mostraba dolor en su cuerpo”, dijo. “En esas condiciones fuimos a casa y ante mi insistencia me dijo que se había lastimado caminando en un lugar con muchas espinas y que tenía mucho dolor. Cuando intenté revisarlo volví a encontrarme con la negativa de ser tocado y se volvió a refugiar en su llanto”, explicó en su presentación.
La mujer agregó: “Luego de unos minutos me dijo ‘no quiero que me toques’, pero después de llorar unos minutos, y mientras yo le decía que si tenía espinas se las iba a sacar, aceptó que le mirara la zona lastimada. Cuando observé el lugar me di cuenta de todo. Le dije que no eran espinas y él me respondió que si le prometía que no iba a ir más a esa escuela me contaría qué había pasado. ‘No quiero ir más, no quiero ver a mis compañeros’ me dijo”.
“Tras calmarlo, lo llevé al doctor, aunque no quería que lo tocara. Lo acostó en la camilla boca abajo, y él no quería ser tocado por un varón. El médico lo tranquilizó y pudo revisarlo, constatando lo que había sucedido”, siguió la mujer.
El peor momento que vivió el menor de 7 años fue el miércoles pasado, aunque antes, el lunes y el martes, dos alumnos mayores que él, en un juego perverso, le introdujeron sus penes debajo del pantalón.
“Mi hijo me dijo que no le contó a la maestra porque los chicos lo amenazaban. Pero el miércoles, cuando terminó el horario escolar, a las 15, los enviaron a sus habitaciones a cambiarse la ropa y sacarse el guardapolvos. Y en ese momento los abusadores lo tiraron boca abajo y lo sometieron. ‘¡Yo gritaba pidiendo auxilio! ¡¿Por qué la seño no vino!?’, preguntó inocentemente. La verdad es que nadie fue a ayudarlo, aunque por las dimensiones del lugar, muchos habrán escuchado”, recriminó.
Algo más ocurrió casi en simultáneo. “Las nenas escucharon y fueron a ver. Mi hija vio todo. Quedó en shock. Una compañera entró, intentando que se terminara la agresión, y la manosearon. Las nenas le gritaron a la seño, que estaba sentada en la galería, pero no fue. No los ayudó”, según el relato de la mamá de la víctima.
Fuente: Medios Digitales