Desde tiempos inmemoriales, los cuentos han sido una herramienta esencial para la educación, el entretenimiento y el desarrollo emocional de niños, adolescentes y adultos. Pero más allá de las palabras hay un elemento que influye silenciosamente en nuestras emociones y percepciones: el color.
La cromoterapia, disciplina que estudia los efectos terapéuticos de los colores, nos permite comprender cómo estos influyen en el estado de ánimo, la imaginación y el aprendizaje de quienes leen o escuchan una historia.
Los niños son especialmente receptivos a los estímulos visuales y emocionales que ofrecen los colores en los cuentos. El rojo, por ejemplo, estimula la energía y la acción, haciendo que los relatos con esta tonalidad sean vibrantes y emocionantes. También pone en manifiesto cuando el personaje se enoja o se vuelve impulsivo. El azul, en cambio, transmite calma y serenidad, ideal para cuentos antes de dormir o aquellos que buscan fomentar la introspección.
El amarillo es un color asociado a la alegría y la creatividad, por lo que suele estar presente en historias que invitan a la exploración y el aprendizaje. Pero hay que tener especial cuidado con las personas que tienen autismo ya que este color es muy estimulante. Por otro lado, el verde, con su conexión con la naturaleza, genera equilibrio y armonía, facilitando cuentos que inspiran confianza y seguridad.
Aunque en la adultez solemos racionalizar más las historias, el impacto de los colores sigue siendo profundo. En la literatura, el uso del negro y los tonos oscuros pueden generar misterio o introspección, este color es muy utilizado en la adolescencia ya que pretende ser un escudo ante el mundo, mientras que los colores cálidos como el naranja y el dorado evocan nostalgia y optimismo.
En los cuentos y relatos dirigidos a adultos, la cromoterapia sugiere que los colores pueden influir en el bienestar emocional del lector. Por ejemplo, una historia con predominio de tonos pasteles puede generar tranquilidad, mientras que un cuento con colores intensos y contrastantes puede despertar entusiasmo o incluso ansiedad,
En la actualidad, muchos terapeutas y educadores utilizan cuentos ilustrados con una selección cromática cuidadosa para ayudar a niños y adultos a gestionar emociones. Un cuento con tonos azules y verdes puede ser útil para niños ansiosos, mientras que uno con tonos amarillos y naranjas puede levantar el ánimo de alguien que atraviesa una etapa de tristeza.
La cromoterapia aplicada a la literatura infantil y adulta es una herramienta poderosa que va más allá de la estética. Nos permite comprender cómo los colores afectan nuestro estado emocional y mental, convirtiendo cada cuento en una experiencia no solo literaria, sino también terapéutica.
La próxima vez que leas un cuento, presta atención a los colores que lo acompañan. Tal vez descubras que, sin darte cuenta, esos tonos están influyendo en tus emociones más de lo que imaginas.
Gabriela Gómez
Especialista en Cromoterapia
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