Durante julio de 2022, Silvina Gutiérrez, fiscal federal de Posadas, desplegó con tecnología calificada como “de avanzada”, peritos e investigadores en criminalística de Gendarmería Nacional, nueve allanamientos y excavaciones en comisarías, chacras, baldíos y casas entre Oberá y Dos de Mayo detrás de rastros que permitan hallar los restos de Mario Fabián Golemba o algún detalle que apunte a una pista sobre su paradero.
Desde la tarde del jueves 27 de marzo de 2008, sobre el joven agricultor de Picada Indumar no se sabe nada, sólo la sospecha de si fue víctima o no de apremios y muerte en la comisaría de Dos de Mayo.
Tenía 27 años y durante la siesta del día mencionado envió un mensaje a su novia cuando regresaba de Oberá de ser visto por una nutricionista que lo ayudara a subir de peso y sentirse mejor.
En abril de 2016, su padre Antonio, quien encabezó la lucha por el esclarecimiento y la aparición con vida, falleció totalmente avasallado emocionalmente, deprimido porque de los ocho años transcurridos hasta ese momento, sólo recogió sospechas de encubrimiento y miedo a declarar en los testigos sobre lo sucedido.

De acuerdo a lo que se reconstruyó el 27 de marzo de 2008 a las 7:10 Mario abordó un colectivo hacia Oberá. Tenía previsto consultar a una nutricionista. A las 10:12 avisó a sus padres que había encontrado el consultorio de la profesional.
Alrededor de las 12:10, les manifestó que ya había sido atendido. Luego, a las 12:48 les reveló que se iba a quedar para hacerse algunos análisis a la tarde. A las 13:05 fue el último mensaje que recibió la familia. Les contaba que iba a regresar con el micro de la tarde. Sus padres lo esperaron, pero Mario jamás regresó.
En ese contexto surgió la teoría de que recibió una golpiza por parte de las autoridades de la fuerza provincial. La búsqueda de Mario incluyó excavaciones en un destacamento policial de Dos de Mayo y se extendió al Brasil, sin resultados positivos.
En julio de 2022, casi un año después que la causa pasó al Juzgado Federal de Posadas como “desaparición forzada”, la jueza María Verónica Skanata ordenó los allanamientos nuevamente en Dos de Mayo, pero esta vez en la comisaría. También se desplegaron los peritos en Oberá y Campo Grande.
Lo único que remite dudas es que no hubo ningún avance firme y concreto y la recompensa que se inició con 100 mil pesos en 2008 por información hoy trepó a $5 millones.