El 28 de marzo de 1977 fallecía en Madrid (España) el pianista, compositor, arreglista y director de orquesta argentino Waldo de los Ríos, recordado sobre todo por su capacidad y facilidad para transformar obras clásicas muy conocidas y convertirlas en música pop.
Osvaldo Nicolás Ferraro -tal su verdadero nombre- había nacido el 7 de septiembre de 1934 en Buenos Aires, en el seno de una familia musical. Estudió en el Conservatorio de Música y Arte Escénico de su ciudad natal y a los 14 años obtuvo el título de profesor.
En 1970 ya había llegado a lo más alto en las listas de éxitos de Europa y América con la “Oda a la alegría” de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven, que él arregló y dirigió para el cantante Miguel Ríos.
En 1971 realizó el arreglo de la Sinfonía n.º 40 de Mozart, grabado con la orquesta Manuel de Falla, alcanzando el número 1 en la lista de éxitos de Holanda y en otros países europeos.
Cuando se encontraba en la cúspide de la fama, De los Ríos fue víctima de una depresión aguda cuando trabajaba en una obra sobre “Don Juan Tenorio” y se suicidó en Madrid, antes de cumplir 43 años, mediante un disparo de escopeta en la cabeza.
Su esposa, la actriz y más tarde periodista Isabel Pisano, documentó parte de su vida en su autobiografía “El amado fantasma” (Plaza y Janés, 2002).