La acusación contra un almacenero de nacionalidad paraguaya está a un paso de ser elevada a juicio “abuso sexual” cuya víctima fue una niña de 10 años, en Puerto Rico, en abril de 2024. La menor fue atacada cuando habría ido a comprar un paquete de salchichas y un jugo.
El fiscal de Instrucción de Puerto Rico, Héctor Simon, consideró agotada la etapa de instrucción e incorporación de pruebas y presentó en los últimos días el requerimiento de la causa a juicio oral bajo la imputación de “abuso sexual simple” previsto y penado por el articulo 119 primer párrafo del Código Penal Argentino, con penas de hasta cuatro años de prisión. Resta que el titular del Juzgado de Instrucción de esa misma localidad, Leonardo Manuel Balanda Gómez, eleve la causa para debate.
El hecho ocurrió según la denuncia policial en la Comisaría de la Mujer de Puerto Rico, el domingo 14 de abril de 2024 entre las 17 y 17.30 cuando una niña de 10 años en aquel entonces, se dirigió al almacén situado a pocas cuadras de su casa para comprar un jugo en sobre y un paquete de salchichas.
El dueño del comercio, un paraguayo al que conocen también como el verdulero, supuestamente le ofreció a la niña una mandarina como lo hacía habitualmente. Solo que esa vez, le pidió a cambio un abrazo al cual la menor en su inocencia accedió.
Según relató la presunta víctima a su madre posteriormente, mientras la abrazaba “el señor me apretó mi colita, me lastimó”, indicaron fuentes con acceso al expediente. Al tomar conocimiento de la situación, la madre de la niña le reclamó al almacenero, pero este negó todo.
Al día siguiente, el comerciante fue detenido de manera preventiva y tiempo después con el correr del proceso, fue excarcelado tras pagar una caución de 600 mil pesos y tiene una prohibición de acercamiento a la víctima vigente, por lo que llegará en libertad al debate.
Las fuentes explicaron que en su momento la niña declaró en Cámara Gesell y según el análisis de los profesionales, fue asemejado a la realidad sin fabulaciones y acorde a su edad.
La menor también dijo que el acusado le regalaba frutas o, cuando iba a comprar carne le daba un poco más de lo que pedía por el mismo, tanto a ella como a otras amigas del barrio. Las acosaba cuando su esposa no estaba en el negocio. La Justicia analizó la posibilidad de sumar acusaciones, pero no se registraron denuncias al respecto.