Considerado un símbolo de la recuperación democrática y la lucha por los derechos humanos, Raúl Ricardo Alfonsín falleció el 31 de marzo de 2009, en la ciudad de Buenos Aires, a la edad de 82 años y debido a un cáncer pulmonar con metástasis ósea.
Su desaparición física despertó una fuerte congoja en todos los ciudadanos y actores de la vida política. Tras su muerte se decretaron tres días de duelo nacional y miles de personas concurrieron a la ceremonia de entierro, que mantuvo su féretro en el Congreso y luego lo trasladó al Cementerio de la Recoleta.
Nacido el 12 de marzo de 1927 en Chascomús (provincia de Buenos Aires), fue el primero de los seis hijos del matrimonio de Serafín Raúl Alfonsín y Ana María Foulkes.
Estudió la primaria en su ciudad natal y la secundaria en el Liceo Militar General San Martín, de donde egresó con el grado de subteniente de reserva. Tuvo como compañeros de clase a Leopoldo Fortunato Galtieri y Jorge Rafael Videla.
Estudió Ciencias Jurídicas en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata, recibiéndose de abogado en 1950. Ese año comenzó su actuación política en el Movimiento de Intransigencia y Renovación de la Unión Cívica Radical.
En 1954 fue elegido concejal en Chascomús, y al año siguiente fue encarcelado por la Revolución Libertadora. En 1958 fue electo diputado provincial en la Provincia de Buenos Aires y fue diputado nacional durante el gobierno radical de Arturo Illia entre 1963 y 1966.
En 1965 fue elegido presidente del Comité Provincia de Buenos Aires de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP). El 17 de noviembre de 1966, durante la dictadura militar del general Juan Carlos Onganía, fue detenido por haber reabierto el Comité de la Provincia. En 1971, organizó el Movimiento de Renovación y Cambio.
El 18 de diciembre de 1975, tres meses antes del golpe militar que dio inicio a la dictadura conocida como Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), Alfonsín fue una de las personalidades que fundaron la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
En 1982, ante la Guerra de las islas Malvinas, Alfonsín se opuso a la acción militar de la dictadura. Y desde fines de año, una vez abierto el proceso de transición a la democracia, bajo la presidencia del general Bignone, Alfonsín se convirtió en presidente Universal de la Unión Cívica Radical al imponerse el Movimiento de Renovación y Cambio en las elecciones internas partidarias.
Poco después fue nominado candidato a presidente de la Nación. Las elecciones se realizaron el 30 de octubre de 1983 y Alfonsín triunfó obteniendo el 51,7% de los votos frente al 40,1% del peronista Ítalo Lúder por el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI).
Un triunfo que comenzó en Misiones
Con un discurso que descartó cualquier acuerdo con el peronismo y un programa de izquierda socialdemócrata que incluía las reformas agraria y universitaria y la democratización sindical, Alfonsín
consiguió ser el primer referente radical que le dio un triunfo presidencial a su partido en comicios sobre el justicialismo.
No haberse sumado a la ilusión nacionalista que los militares intentaron imponer durante la Guerra de Malvinas y dejar en claro el rol que pretendía darles a las fuerzas armadas una vez asumido el poder también fueron acciones de importancia, que le dieron el empujón necesario para entrar a la Casa Rosada.
Durante los meses de campaña logró ganarse la simpatía de los sectores independientes de la clase media y la juventud, aunque despertó algunos recelos por fomentar la dicotomía peronismo-antiperonismo.
“Empecé la campaña en el Sur y llegué hasta el Norte haciendo actos. Y tuve en Oberá, Misiones, la certeza de que ganaría, cuando me encontré con una muchedumbre impresionante”, recordó Alfonsín en 2003, a veinte años de las elecciones.
“Yo venía dando vueltas por el país hacía dos años. Recuerdo que en aquellos días, cuando aseguraba
que iba a ganar las elecciones, un periodista me dijo si no tenía miedo de pasar un papelón diciendo que le iba a ganar a los peronistas”, relató Alfonsín.
No obstante, el recordado acto de cierre de campaña, donde el candidato del PJ a la Gobernación de Buenos Aires, Herminio Iglesias, quemó un ataúd con la sigla de la UCR, le dio un par de puntos extra a Alfonsín, provenientes de los indecisos y de los que reprobaron la actitud del bonaerense.