Luego del revuelo del primer día de juicio, donde Germán (44) y Sebastián (47) Kiczka llegaron esposados y fueron sentados en el banquillo para responder a la justicia por la tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil (MASI), hoy fue otro día importante.
En el segundo día de debate, los hermanos acusados declararon de forma escrita ante los jueces del Tribunal Penal 1, Gustavo Arnaldo Bernie, Viviana Gladis Cukla y el subrogante César Antonio Yaya, y frente al fiscal Martín Alejandro Rau y el cofiscal Vladimir Glinka en el Palacio de Justicia.
De acuerdo a lo que pudo saber PRIMERA EDICIÓN, tal como lo plantea su defensor Eduardo Paredes, Sebastián Kiczka insistió en ser el culpable de almacenar y distribuir todo el material de abuso sexual infantil encontrado en los distintos dispositivos electrónicos, supuestamente por una enfermedad o una “compulsión psicológica”, como lo había manifestado en una carta enviada al Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, meses atrás, luego de ser detenido.
Por lo mismo, según su defensa, sería inimputable y los jueces deberían declarar “atención en salud mental interdisciplinaria. Necesita una medida de seguridad no una pena”, según dijo Paredes ayer a este Diario.

Por otra parte, Germán Kiczka también declaró ante el Tribunal de forma escrita y reiteró ser un “perseguido político”, por su vínculo con su amigo y referente Pedro Puerta, y que el material MASI encontrados en dos notebooks de su propiedad, no le pertenecen. Contrariamente a lo que había apuntado ayer el fiscal Glinka, quien alegó que “no lo conocía antes de esta causa, no tenía ni idea de quién era... he leído varios proyectos políticos que presentó y, a mi criterio, hay mucho ChatGPT (inteligencia artificial) y pocas ideas interesantes”.
“Para su familia es más fácil comentar en el supermercado, a una vecina, en el club que su hijo es un perseguido político, que afrontar la realidad de los delitos que ha cometido, pero allá ellos. Acá adentro se habla con la verdad”, apuntó el cofiscal.

Con respecto a la admisión como testigo del diputado Pedro Puerta, amigo y referente de Germán Kiczka, el cofiscal del caso Vladimir Glinka explicó que “ahora se le manda un oficio y tiene poco tiempo para contestar si va a venir a declarar en persona o si lo hará por escrito”, aseguró.
En la jornada sí se tomó declaración testimonial a Leonardo Kiczka, padre de ambos acusados. “Hemos preguntado varias cuestiones: de cómo estaba organizada la familia, qué relación tenían con otras personas, y fuimos recabando teorías del caso que es importante para esta parte… En este rompecabezas que tenemos que armar desde la acusación, cada una de las piezas tienen algún punto de relevancia y se verá en el alegato conclusivo cuál es el punto determinante de cada una de ellas”, expuso el fiscal Martín Alejandro Rau.
La acusación para ambos es por “tenencia, facilitación y distribución de material de explotación sexual infantil (MASI) agravado por ser las víctimas menores de 13 años, varios hechos en concurso real y tenencia y facilitación de material de explotación sexual infantil agravado por ser las víctimas menores de 13 años de edad varios hechos y abuso sexual sin acceso carnal en concurso real”.
La expectativa de un veredicto condenatorio tendría una pena que rondaría los 15 años de prisión efectiva para ambos encartados, de acuerdo a las fuentes contactadas por PRIMERA EDICIÓN.
