Luego de 28 años llegó la desregulación para el servicio de taxis que operaba de manera exclusiva en la terminal de ómnibus de Posadas. Ayer durante en el primer feriado tras la medida, el movimiento fue ordenado y seguro, según pudo comprobar PRIMERA EDICIÓN en una recorrida por el lugar.
El contrato que tenía la Asociación Civil “Actuar Juntos” para operar de forma exclusiva en ese ámbito venció el 31 de marzo último y la opción del Municipio fue avanzar con la “desregulación y la libre competencia”.
La concesión de la terminal, había estado mucho tiempo en manos de la empresa Itatí. La letra chica incluía la posibilidad de otorgar permisos a ciertos sectores, entre ellos, el servicio de taxis; pero, para ello la empresa cobraba a los trabajadores del volante un canon que rondaba los $50 mil pesos. Sin ese pago no tenían permiso para hacer la fila dentro de las instalaciones y tomar viajes.
“Desde que la terminal pasó a manos del Municipio se creyó innecesaria esa operación y sobre todo también cargar ese gasto en los taxistas, quienes de por si ya tienen que liquidar otros pagos costosos antes de asegurarse la ganancia”, dijo a este Diario el secretario de Movilidad Urbana capitalino, Lucas Jardín, consultado sobre la medida y su impacto en los usuarios y los trabajadores.
Según dijo, se espera que beneficie tanto a los eventuales pasajeros como a los trabajadores del volante; los primeros porque podrán elegir la oferta más conveniente y los segundos porque ya no estarán obligados a pagar mucho dinero para asegurar su lugar.
Hay que recordar que muchos de los taxistas que ahora deberán adecuarse a los cambios, estaban prestando servicios desde antes de 1995 cuando todavía funcionaba la vieja terminal de Mitre y Uruguay, actualmente convertida en paseo.
Con la inauguración de la nueva terminal en 1997, muchos de ellos se trasladaron a las nuevas instalaciones para seguir operando, pero siempre en exclusiva “porque así lo decidían los concesionarios”, reseñó Jardín.
“Todo este tiempo los taxistas operaron de esa forma para trabajar. Cuando terminó la vigencia del contrato, este 31 de marzo nosotros no lo renovamos porque queremos que la parada de los taxistas sea de acceso libre para todos incluso las plataformas digitales que tenemos por marco legal en la ciudad”, amplió el funcionario.

Confusión y resistencia
Si bien, comentó, al momento de su anuncio, la decisión de no renovar el contrato generó cierta confusión y resistencia entre los taxistas, porque inicialmente temieron por su fuente de trabajo, pronto vieron la ventaja de trabajar sin restricciones, de forma segura, y ordenada. No hay que olvidar en ese sentido que la competencia con otros taxistas o bien, con las plataformas electrónicas, también habían generado conflictos en su momento. Los taxistas que pagaban el canon y hacían la fila, veían con recelo a los conductores que, en los alrededores de la terminal, recogían pasajeros sin pagar ni un derecho de ingreso.
“Por ese motivo se buscó equidad en las condiciones de trabajo y acceso a la terminal y la decisión fue permitir el ingreso de vehículos de plataformas electrónicas al mismo nivel que los taxis. Eso también es algo que veíamos desigual, que un taxi suba a sus pasajeros bajo techo, sin ningún inconveniente, mientras las personas que toman Uber tenían que salir sí o sí hasta la avenida en la lluvia o bajo el calor para tomar el auto porque había conflictos”, amplió Jardín.
De todas maneras, para evitar el desorden o posibles enfrentamientos, se reforzó la seguridad con mayor presencia policial y controles de tránsito. Además, como medida adicional se implementaron sanciones disciplinarias dentro de la ordenanza de taxis, con la posibilidad de suspender o retirar licencias en casos de indisciplina o infracciones graves.
“De hecho, el año pasado dentro de la modificación en la ordenanza de taxis que hemos modificado, aparecen las suspensiones de las licencias, o el retiro de las licencias, por actos disciplinarios e incumplimientos de este tipo”, aseguró enfático y conforme con los resultados.
“Los cambios son parte de un plan integral de mejoras”
Diariamente en la terminal capitalina existe un movimiento considerable: ingresa una media de 350 a 400 colectivos de media y larga distancia, además del servicio internacional. Y el estimativo es que entre 15 mil y 25 mil personas usan estas instalaciones.
Por ello, el Municipio de Posadas ya había comenzado un plan de mejoras en la terminal: primero se renovaron los baños con la gratuidad del servicio; actualmente se trabaja en concluir las obras del tercer baño y comenzar el cuarto, además de mejorar la accesibilidad, con especial atención en la colocación de ascensores y optimizar el sistema de cloacas.
A su vez, se proyecta una reestructuración general de la terminal para mejorar la circulación y la distribución de espacios.
“Hoy por ejemplo tenemos un sistema de andenes que puede ser mejorado y vamos a avanzar en ese sentido. Uno de los principales cambios será la redistribución de las boleterías y los espacios de espera para mejorar la comodidad de los pasajeros”, anticipó Lucas Jardín.
“También se buscará mejorar las condiciones de espera para los pasajeros, con salas equipadas con aire acondicionado, cargadores, wifi y televisión. Creemos que tenemos que brindar igualdad a nuestros usuarios, con salas de espera con cargadores de celular, televisión, sistema wifi, todo para que sea su comodidad”, dijo enfático.