No importa cuándo se diga, en Argentina siempre serán los mismos apellidos, las mismas formas y, más tarde o más temprano, los mismos resultados.
Siempre hay un Menem, siempre un Kirchner, un Caputo, un Cafiero, un Fernández, un Macri, un préstamo del Fondo Monetario Internacional, el peligro latente de una corrida cambiaria, el dólar como respaldo frente a la desconfianza (que también está siempre en cada acto de Gobierno), la inflación al acecho, las dudosas mediciones del INDEC, la pobreza creciente o en niveles altísimos.
Después pasaron a ser “los” Menem, “los” Kirchner, “los” Caputo, “los” Cafiero, “los” Fernández, “los” Macri. Hoy lo único nuevo es el apellido. Hoy se trata de “los” Milei. Pero el contexto no cambia.
El Fondo vuelve a estar a la vuelta de la crisis, al igual que la corrida cambiaria. El dólar, que se mantuvo quieto por unos meses, concentra una vez más buena parte de las tensiones cotidianas.
La inflación que no baja, sube todos los meses más de dos por ciento, superando cualquier expectativa salarial y amenazando con darse impulso mes a mes, traccionada por los servicios, los combustibles y los alimentos. El INDEC vuelve a estar en el centro de las dudas por sus índices y formas que no se adecuan a las nuevas realidades, asignando a la canasta de servicios un porcentaje de los salarios que nada tiene que ver con las tarifas actuales.
La desconfianza en los actos del Gobierno sobrevive como en las gestiones anteriores, no como $LIBRA, que “murió” minutos después del impulso que le dio el presidente de la República Argentina.
Finalmente, la pobreza, esa que el Instituto Nacional de Estadística y Censos mide únicamente por ingresos, ocultando realidades que la hacen más grande y agresiva. Esa misma pobreza que hoy el Gobierno celebra haber bajado al 38%, apenas por debajo del 41,8% con el que asumió hace un año y cuatro meses.
Argentina es el país de la marmota. Cambian las administraciones, los nombres, todos y todas aseguran que vienen a modificar el paradigma, a torcer el rumbo de colisión permanente. Aducen logros flojos de contexto para abroquelar a los militantes, desarrollan formas de comunicación y fidelización de la población. Pero al final la fotografía completa incluye siempre a los mismos personajes con resultados más o menos similares.
Y la situación no se reduce meramente a lo político. De hecho hay prácticas que también describen una conducta recurrente en el ámbito privado, sobre todo cuando se trata de enormes capitalizaciones.
Trabajadores y ahorristas que apuestan e invierten en emprendimientos nacionales que, en cambio, sacan las ganancias al exterior a través de las diferentes variantes del carry trade, mientras aquí quedan deudas y acreedores. Basta con que caiga la primera empresa para que el efecto dominó se sienta en otras del rubro. “De manual”, suelen decir quienes entienden y observan esas maniobras.
El de Vicentin fue un caso que ocupó la agenda política e incluso hubo quienes desde ese sector celebraron su vaciamiento. La Justicia acaba de ordenar la prisión preventiva para cuatro exdirectivos de la empresa sobre quienes pesa la acusación de estafa y asociación ilícita. Los imputados habrían desviado casi 6.000 millones de pesos de la empresa para gastos personales y se habrían autoasignado retiros voluntarios por cerca de 2.000 millones entre 2019 y 2024.
El declive del conglomerado industrial de productos primarios de exportación argentino fue la punta del efecto dominó que hoy derriba a varias firmas del sector y que tiene un mismo mecanismo. Capitalización, declaración de crisis y transferencia a algún comprador mientras en el terreno solo quedan deudas, acreedores y trabajadores desocupados.
El mecanismo se replica una y otra vez y solo cambia por la sofisticación del carry trade. Son parte de un país al que siempre conducen por los mismos senderos sinuosos, un país que, últimamente, siente que apoya “cambios” que, en definitiva, solo se advierten en las nuevas generaciones de “los”… los que estuvieron antes. Es el auténtico país de la marmota.
Nueva era proteccionista
De la mano de Javier Milei, Argentina se decantó por el libre mercado y abrió la posibilidad de importaciones a casi todos los rubros. La iniciativa colisiona hoy con la de su principal nuevo socio geopolítico, que anunció una andanada arancelaria sin precedentes en casi un siglo.
El “capitán del mundo libre”, dirige por estas horas una guerra comercial a nivel global que supone incrementar los aranceles medios a las importaciones de la primera potencia. La agresividad de los impuestos aprobados por el mandatario norteamericano resultó más elevada de lo previsto.
Por tanto, las consecuencias por el paquete de represalias a los socios comerciales de Estados Unidos, Argentina entre ellos, son aún imprevisibles. Milei anunció por estas horas cambios normativos internos para moderar los impactos de la escalada arancelaria, pero no queda claro hasta dónde podrá avanzar teniendo en cuenta que la industria y la producción nacional conforman un verdadero ecosistema endeble que todavía intenta recuperarse de una larga recesión. El dato duro de la realidad es que hoy, mientras Argentina apuesta al libre mercado y a las importaciones, su principal aliado en el mundo lidera una nueva era proteccionista.
El otro dato duro lo aporta JP Morgan, el mayor banco de inversión del mundo, que acaba de enviar un reporte a sus clientes titulado “There will be blood” (Habrá sangre), en el que su economista jefe, Bruce Kasman, advirtió que las recientes medidas arancelarias del gobierno estadounidense podrían empujar a la economía mundial hacia una recesión este año.
Dólares, obras y aportes
Ya a escala local, buena parte de la semana de Misiones se definió en Buenos Aires, donde funcionarios de la provincia gestionaron créditos en dólares para Pequeñas y Medianas Empresas y para firmas exportadoras; además buscaron reactivar obras en la tierra colorada.
El vicegobernador Lucas Romero Spinelli y el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán, mantuvieron un encuentro con autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Invest) y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), donde se presentó el nuevo Programa de Financiamiento al Sector Privado del Norte Grande (2025-2027).
Safrán detalló que en breve estarán disponibles 100 millones de dólares para líneas de crédito orientadas a PyME y exportadoras que se canalizarán mediante bancos comerciales. En ese sentido, ya estaría avanzado el acuerdo con dos entidades con presencia física en Misiones.
Del mismo modo, el ministro se reunió con el secretario de Obras Públicas de la Nación, Luis Enrique Giovine, para gestionar la reactivación de proyectos que se encuentran congelados por la Casa Rosada.
Detrás de esos datos resalta el de la Consultora Politikon, que destaca que el primer trimestre del 2025 cerró con un importante aumento porcentual en las transferencias automáticas que recibe Misiones por parte del Gobierno nacional, totalizando un incremento del 16,2%, levemente por encima del promedio nacional que fue del 16%.
Anclado en datos de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP), el INDEC y estimaciones propias; en términos nominales, la tierra colorada percibió entre enero y marzo 418.904 millones de pesos, es decir unos $ 327.557 por persona (per cápita), provenientes principalmente de coparticipación federal, fondo de compensación y otros recursos nacionales.
Proteger al débil
En el país de la marmota, hay cosas que sí cambian… y para bien. El juicio que comenzó días atrás y que tiene en el banquillo de los acusados a los hermanos Sebastián y Germán Kiczka deja al descubierto una inmensa red que vulnera y somete a abusos sexuales a menores de edad. La causa se originó a partir de reportes internacionales enviados desde Estados Unidos a la Fiscalía Especializada de Buenos Aires, dirigida por la fiscal Daniela Dupuy.
La vertiente que desemboca en el juicio en Misiones es nada más que una de muchas que componen el enorme universo en el que se desarrollan estas actividades, cuya desarticulación depende casi exclusivamente de las denuncias frente a casos de grooming, acoso virtual y distribución de material de abuso sexual infantil (MASI).
Haber llegado a este juicio implicó la intervención de un organismo internacional, pero salvar a una víctima de las muchas que aparecen en las execrables fotografías y videos expuestas en el caso depende de la actitud que emprenda cada ciudadano.
En el escenario actual, las redes sociales representan verdaderos vehículos digitales para la distribución de MASI, por tanto, sacar a la superficie a personas y grupos que se desenvuelven en un oscuro anonimato requiere de la atención y responsabilidad de cada uno en particular y de la sociedad en general.
En un contexto que antepone lo personal y privado antes que lo colectivo, implicarse y denunciar abre la puerta a dos posibilidades sumamente positivas: permiten nada menos que salvar la vida de niños, niñas y adolescentes que no tienen quien los defienda; y evita que más víctimas caigan en esas redes de violencia y permanente vulneración. Por tanto, es necesario no evadir el impulso más humano posible que lleva a proteger al débil.