En celebración de su decimotercer aniversario de la primera salida, Masa Crítica Posadas vuelve a tomar impulso y a ocupar las calles. Este domingo 20 de abril, la tradicional bicicleteada colectiva invita a pedalear en comunidad, en una jornada pensada para personas de todas las edades.
La cita es a las 16.30 horas en El Mástil, en la intersección de las avenidas Uruguay y Mitre. Desde allí, la columna de bicicletas partirá rumbo al balneario El Brete, donde se unirá a la Mesa Interinstitucional de Abordaje del Cannabis en el marco del Día Mundial del Cannabis (420). Bajo el lema “La Masa se Planta”, se llevará adelante un ciclo especial de Al Caer el Sol que contará con una pedaleada, música en vivo y puntos informativos sobre la temática.
“Me pone muy feliz porque mucha gente está esperando que vuelva la masa este domingo. Me pareció importante volver a unir a tanta gente que salía. Recomendamos ropa cómoda, una botella para recargar agua y una bici en condiciones”, explicó Paola Torres, una de las referentes del movimiento en la ciudad de Posadas, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Los comienzos en Posadas
La historia de Masa Crítica en Posadas comenzó a partir de la iniciativa de un grupo de amigos y una pregunta que sembró el movimiento: “¿Por qué no salir a pedalear?”, recordó Torres.
“Entre ellos estaba Anita Espinoza, quien poco después me invitó a formar parte y organizamos la primera pedaleada que partió en abril del 2012 desde la plaza San Martín, éramos un montón”, compartió.
Desde aquel momento, cada primer domingo de mes se transformó en una cita fija. “Era la cita de todas las Masas Críticas de Argentina, salíamos el mismo día, pero en diferente horario, dependía de cómo era la organización local de cada ciudad”, señaló.
“Éramos muchos los que esperaban el primer domingo del mes para salir a pedalear. Nos fuimos hasta Candelaria, hasta Garupá, nos moríamos de la risa, fueron años muy lindo de conocernos con personas de todas las edades. Obviamente, cuando iban los niños, tratábamos de hacer recorridos un poco menos difíciles e ir más despacio, siempre nos íbamos adaptando”, contó.
La última salida del grupo fue en 2022, cuando celebraron los diez años de aquella primera rodada. Luego, el movimiento local entró en una pausa. “La masa salió hasta su décimo cumpleaños”, evocó con cariño Paola.
Estigmas en el camino
Durante los primeros años, el movimiento fue ganando visibilidad, pero no sin enfrentar obstáculos y estigmas. “Mientras nos dábamos a conocer, se quitaban también algunos estigmas que existían por el simple hecho de andar en bicicleta. Todavía las personas que andan en bicicleta tienen ese estereotipo de ser pobres o de que no hacen nada, que son unos vagos, cuando en realidad todos trabajábamos, teníamos nuestros oficios, profesiones”, explicó.
“Cuando la masa comenzó a ser constante, un año, dos años, tres años y era mucha la gente que asistía, que convocaba, pudimos comenzar a gestionar más cosas como un festival el primer año, y también una visibilidad y acercamiento a los gobiernos de turno”, expresó.
Torres también comentó que, al principio, muchas de las personas que se sumaban a la Masa veían a la bicicleta como un objeto de ocio, algo meramente recreativo. “Con el tiempo, empezaron a reconocer su valor como medio de transporte”, señaló.
En paralelo, ocurrió que otros sectores populares que históricamente utilizaban la bicicleta para trabajar -como chiperos o vendedores ambulantes- comenzaron a migrar hacia la moto. “Y eso no fue casual”, advirtió. Según ella, la principal causa de esta transición fue el miedo a circular por avenidas donde los camiones y colectivos no respetan a quienes van en bicicleta.
“Después de la pandemia, la situación cambió de manera aún más visible. Lo vimos cuando se habilitó la costanera: la cantidad de personas que se desplazaban en bici era impresionante. Sin embargo, al preguntarles por qué no usaban la bici para ir al trabajo, la respuesta se repetía: ‘Tengo miedo, acá se maneja muy mal’”.
Bicisendas y educación vial
Desde esos inicios hasta ahora, Paola manifestó que “la ciudad ha cambiado muchísimo, un poco se ha visto en la convivencia vial, aunque sigue habiendo muchísimos siniestros viales en involucran a los ciclistas”.
“Hay mucha inversión realizada desde la Secretaría de Movilidad Urbana respecto a las bicisendas, que, por supuesto tenemos muchos reparos frente a cómo se hicieron, por dónde se hicieron, pero están”, remarcó, “sin embargo, hace falta mucha educación vial porque tampoco la solución es llenar la ciudad de bicisendas. Si tuviésemos incorporada la empatía vial a la hora de salir a la calle sería mucho más fácil porque al ver una bicicleta tomaríamos conciencia de que ahí va una vida, que a esa persona la esperan en la casa, que esa persona tiene diferentes áreas en donde se desarrolla. En ese sentido, si bien se ha avanzado un montón, sentimos que aún falta”.
A su vez, observó otro fenómeno creciente: “Desde el año pasado hemos notado un incremento notable de personas que usan la bicicleta porque no pueden costear el transporte público”.
Respecto al mensaje político o social que busca trasmitir la Masa Crítica, enfatizo que, por un lado, “ser consciente de que en la bicicleta va una vida” y “visibilizar la circulación segura de las personas por las calles, que se mejore la convivencia vial”, concluyó.
Movimiento ciclista global
Masa Crítica es un movimiento ciclista global que tuvo su primera edición en San Francisco en 1992, pero su nombre se inspiró en una escena de un documental sobre China, donde los ciclistas esperaban en los semáforos hasta formar una “masa crítica” para avanzar en grupo. Desde entonces, la iniciativa se replicó en ciudades de todo el mundo como una forma de visibilizar el uso de la bicicleta y reclamar calles más seguras y amigables para quienes pedalean.
“El concepto lo llevó a conectar esa imagen con el término físico de ‘masa crítica’, que hace referencia al punto en que varios elementos se unen para lograr una fuerza transformadora. A partir de ahí, la práctica de pedalear colectivamente empezó a multiplicarse”, relató Paola.