Tras la polémica por la publicación de un mono capuchino como mascota en las redes sociales de Marcia “Mimi” Ortiz, reina de la comparsa Bahiana y conocida influencer de Concepción de la Sierra, aún no tienen noticias certeras del paradero del animal silvestre.
En comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones el representante del Centro de Rescate de Fauna Silvestre Ohana, Fernando Piesco, resaltó que este tipo de contenido “se viraliza rápidamente porque puede llegar a generar ternura”, pero advirtió que el mensaje que transmite es grave: “incentiva la tenencia y la violencia hacia animales silvestres”.
Cabe recordar que desde su equipo intentaron comunicarse con Ortiz para explicarle los riesgos asociados a estas prácticas y buscar una solución para el bienestar del animal. Según Piesco, inicialmente asumieron que la influencer actuaba desde un lugar de desconocimiento: “Le explicamos cuál era la situación, cuál era la problemática, y le pedimos que nos colabore expresando un poco cuál era la situación del animal”.
Sin embargo, la respuesta fue decepcionante y despectiva: “Ni idea de dónde salió el mono, NI ME IMPORTA”. Luego de responderles, bloqueó a los especialistas cuando “hubiese sido mucho más sencillo si nos decía: mirá, el animal está en tal lado”, lamentó.
Uno de los puntos más alarmantes del caso es que fomenta el mascotismo, que es “la segunda causa de pérdida de biodiversidad en Argentina”, además de ser una práctica ilegal tanto en Argentina como en Paraguay. El especialista subrayó que humanizar a un animal silvestre constituye maltrato animal y “una simple foto, donde uno muestra que humanizando a un animal silvestre puede desencarnar el deseo de otras personas de también tener un animal”.

Otro aspecto crítico es la falta de información sobre el paradero del mono capuchino, ya que hasta ahora “no tenemos conocimiento de dónde está efectivamente el animal”. Piesco explicó que, si la influencer colaboraba con el caso, “se podría haber llegado a poner a salvo al animal sin pasar a mayores y empezar un tratamiento”.
Advirtió que se tomarán cartas en el asunto desde lo legal, pero cuestionó también que “es una persona que tiene una cierta llegada… uno tiene que ser muy responsable a la hora de dar un mensaje”. En ese sentido, pidió enfáticamente que se eliminen las imágenes publicadas, lo cual hasta el momento sigue sin suceder.
Además del impacto ambiental, Piesco destacó la falta de respeto hacia los especialistas, lo cual “nos llama a pensar cuánto hay que trabajar todavía en educación”.
Por fuera del claro desconocimiento de las problemáticas ambientales, señaló una falta generalizada de empatía social que “nos llama a reflexionar también en cómo nos tratamos como sociedad entre nosotros”.