“El fútbol siempre da revancha”, dice una famosa frase utilizada en el ambiente futbolero. Y es justamente lo que le pasó a Thiago Quintana, un chico de la categoría 2010 que tras no poder seguir en Banfield por cuestiones económicas, tuvo otra oportunidad y no la dejó pasar.
Thiago creció en el barrio Cristo Rey, popularmente conocido como la Chacra 32-33 y allí dio sus primeros pasos en el fútbol. Jugó en Bartolomé Mitre, luego apareció Guaraní Antonio Franco y también surgió la posibilidad de probar suerte en el Taladro. En Banfield pasó las pruebas, pero como el club no tenía albergue y viajar a cada partido o pagar un alquiler era una carga muy pesada para la familia, tuvo que volver.
Siguió su camino en La Franja y en medio de pretemporadas con el profe “Chiche” Verón y charlas con Jorge González, exjugador del Decano tucumano, el 9 de marzo fue a probarse a Atlético Tucumán y desde allí no volvió más. Thiago recibió un lugar en la pensión del club y el último domingo, el volante zurdo tuvo su ansiado debut en la categoría Sub-15 del Decano y fue con una victoria de 3-1 frente a Ateneo, por la primera fecha de la Liga Tucumana.
“La verdad lo que me está pasando ahora es tan lindo y único que lo disfruto mucho porque fue algo que llegó tan rápido. Tengo una mezcla de emociones, estoy tan feliz y orgulloso de mi mismo por haber logrado uno de mis mayores sueños”, le dijo Thiago a EL DEPORTIVO.
“Mi objetivo es como el de todo un jugador, ser un profesional”, sentenció el joven que buscará ganarse un lugar en el equipo que jugará los torneos de AFA, una vez que arranquen.
Su padre Javier, más conocido como “Chavo”, también se mostró feliz y emocionado por el momento que le toca vivir a su hijo.
“Estoy muy feliz por él. Siempre fue todo su esfuerzo y dedicación. Es un orgullo esto y tan hermoso lo que le está pasando. Fue todo tan rápido y estamos muy agradecidos”, afirmó “Chavo”, que se encontrará este fin de semana con su hijo luego de más de un mes sin verlo.