Al finalizar la sesión de yoga experimentamos un bienestar completo en todas nuestras dimensiones. En dulce paz permanecemos sentados sobre la mat y buscamos nuestra lectura habitual. En la página señalada el doctor y maestro Deepak Chopra insistía en la importancia de aquietar la mente y concentrarnos en el presente, porque así “experimentarás tu ser” y también comprenderías que “estar aquí es tu asiento, tu fundamento”. Entonces seguimos leyendo:
“La calidad del ser conduce a la calidad de la conciencia. La calidad de tu conciencia determina la calidad de tu vida”. Además, “todos debemos nuestra existencia al hecho de que no está vacía. El ego te empuja a identificarte con el mundo cambiante y mantiene tu atención en todo excepto en tu ser”.
Reflexionamos unos instantes y leemos: “Piensa en todas las cosas que te importan: casa, familia, trabajo, dinero, posesiones, estatus, creencias, política, asuntos internacionales. Todas comparten creaciones del ego y se alojan en el complejo edificio del tiempo. Cuando atraviesas la barrera del ego también atraviesas la barrera del tiempo”.
Luego de una breve reflexión seguimos leyendo: “El ahora eterno es el punto de unión entre el mundo no manifiesto e invisible del espíritu y el mundo manifiesto y visible que consideramos real. Son pocas las personas que saben que viven en ambas realidades.
Y todavía menos las que saben que el mundo no manifiesto e invisible es la realidad primaria. Comparado con ésta, el mundo visible es un teatro de sombras. Por eso cuando te concentras en el momento presente, estás mirando a través de una ventana a la realidad ilimitada e intemporal de la que se eleva y a la que regresa el Universo entero”. Aquí ponemos el señalador y nos retiramos reflexionando. Namasté.
Ana Laborde
Profesora de Yoga
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