El juez de Instrucción de esta localidad, Leonardo Manuel Balanda Gómez, determinó el lunes que la prisión preventiva para Hernán Gabriel Mareco (29) imputado de “abuso sexual con acceso carnal, agravado por la participación de dos o más personas” (artículo 119, inciso D del Código Penal Argentino).
Vale recordar que el joven oriundo de Jardín América estuvo prófugo durante poco más de cuatro años acusado por el abuso sexual a una joven de 19 años. El 11 de noviembre del año pasado se presentó ante la Justicia, quedó detenido y se abstuvo de declarar en el mismo proceso que ya tiene a su amigo Néstor Gian Lucas Galarza (25) acusado y ya en trámite para ser juzgado por el Tribunal Penal 2 de Posadas.
Mareco se presenta como productor yerbatero y estuvo prófugo de la Justicia desde el 6 de septiembre de 2020 cuando fue denunciado -junto a su amigo hoy en libertad supeditada- como autores de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas”.
La víctima en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional IX en Jardín América, relató que fue abusada sexualmente por dos jóvenes que conocía y quienes se habrían ofrecido llevarla a su departamento, pero en el camino se sospecha que la intoxicaron hasta perder el conocimiento y la golpearon. Señaló que con una amiga habían concurrido a un pub de Jardín habilitado esa madrugada hasta las 3 porque regía el protocolo de la pandemia COVID-19 y que los jóvenes, Mareco y Galarza, en el automóvil de uno de ellos las llevaron hasta una vivienda donde se desplegó una fiesta no autorizada.
Siempre siguiendo la denuncia y preservando detalles inherentes a la identidad de la víctima, ésta manifestó que comenzó a sentirse mal, descompuesta y que le pidió al mismo joven que condujo el automóvil hasta ese lugar, que la llevara a su departamento.
En el trayecto habría perdido el conocimiento y cuando se despertó se descubrió en su cama, con dolores de golpes recibidos, desnuda y con su inmueble desordenado. Resaltó que no recordaba nada de lo sucedido y que se bañó, para luego buscar asesoramiento y atemorizada recurrir a la dependencia de la Unidad Regional XI.
Los estudios médicos recogieron pruebas y evidencias de lesiones compatibles con una violación o abuso. También declaró en su presentación policial que, de manera consentida no tuvo relaciones sexuales con estos jóvenes, y que solo recordaba que quería ir a su departamento porque se encontraba descompuesta. Esto último se lo habría recordado una amiga, a quien llamó apenas recobró el conocimiento y le apuntaló los detalles.