Sebastián Kiczka, uno de los dos imputados en el juicio por tenencia y facilitación de material de abuso sexual infantil (MASI), volvió a declarar este martes ante el Tribunal Penal y reiteró que accedía a ese tipo de contenido “para realizar trabajos digitales”. Además, insistió en que ese material “es muy fácil de conseguir”.
Kiczka, de 47 años, pidió la palabra durante la audiencia para ampliar su testimonio y aclarar aspectos que —según dijo— había omitido en su declaración del día anterior. “Ayer, estábamos terminando y en el apuro quise resumir rápido lo que quería contar y me olvidé de algo que después considero importante”, comenzó.
El imputado afirmó que la noche en que se encontraba en la casa de su hermano, el exdiputado provincial Germán Kiczka (también acusado), utilizó una computadora para “mirar este material” y, al mismo tiempo, descargar archivos vinculados a sus trabajos digitales. “He visto este tipo de material no solo usando el programa Emule, que también está ahí al alcance, sino también en Twitter, he visto material en Instagram. Es muy sencillo el acceso a eso”, dijo ante los jueces.
Sebastián sostuvo que aprovechó el dispositivo de su hermano porque no tiene computadora propia y necesita producir contenido que, según describió, tiene una estética “espacial, futurista, con muchas luces en neón. Se podría considerar como cyberpunk”, explicó. “Trabajaba con esos videos para mis trabajos artísticos. Yo andaba de un lado al otro con pendrives porque necesitaba que me presten computadoras acá y allá, ir a la librería, imprimir cosas”, añadió.
El acusado ya había declarado que “no sabía que mirar ese tipo de videos era ilegal” y que pensó que había eliminado los archivos para no dejar rastros. “Se estiró la noche, me olvidé de la computadora, estaba convencido de que eliminé todo, pero dejé el pendrive”, reconoció.
Además de la causa principal, Sebastián Kiczka será investigado en un expediente paralelo por el presunto delito de distribución de material de abuso sexual infantil. También enfrenta cargos por el presunto abuso sexual sin acceso carnal de una adolescente de 15 años.