POSADAS. A puro plomo, dos adolescentes de apenas 14 y 16 años cubrieron su fuga a tiros contra la Policía, después de entrar a robar en una vivienda del oeste posadeño junto a un numeroso grupo de menores de edad.El episodio se registró en la tarde del último viernes cerca de la intersección de las avenidas Lucas Braulio Areco -popularmente conocida como “115”- y Alem de Posadas. Afortunadamente no se lamentaron heridos, aunque todo pudo haber terminado en una masacre.Gracias al alerta de los vecinos y al rápido accionar de los uniformados, los dos adolescentes fueron aprehendidos a metros del inmueble que acababan de robar. Los otros cinco menores que habrían actuado en el hecho ya fueron identificados y podrían ser demorados en las próximas horas.El episodio causó conmoción en la zona, tanto por la violencia extrema como por la corta edad de los “pistoleros”, que no cometieron uno o más homicidios de milagro.Violencia extremaFuentes policiales informaron que el violento desenlace comenzó a gestarse alrededor de las 18.30 del pasado viernes, cuando la dueña de una vivienda emplazada sobre Areco al 1700 se percató de que había sido “visitada” por delincuentes minutos antes.Ante el operador del sistema de emergencias 911 de la Policía, la mujer contó que los malvivientes habían violado la intimidad de su casa para llevarse un televisor de plasma, un equipo de música y un reproductor de DVD.Enseguida, efectivos de la comisaría seccional Decimosegunda, de la sexta y del Comando Radioeléctrico Oeste de la Unidad Regional I llegaron a la zona y montaron un operativo para dar con los autores del hecho.Después de requisar calles y pasillos de la zona, un grupo de uniformados decidió investigar en una zona de monte ubicada detrás del patio trasero de la casa asaltada.Los policías estaban en lo cierto. En ese lugar, en medio de la espesa vegetación, dieron primero con los elementos que habían sido robados. Después, notaron algunas pisadas y divisaron a un grupo de al menos siete adolescentes -todos de entre 14 y 17 años- que intentaban pasar inadvertidos escondiéndose entre las malezas.Quizás por la edad de los sospechosos, los policías se acercaron a ellos de manera casi “paternal”, pero enseguida debieron arrojarse “cuerpo a tierra” una vez que escucharon los primeros estruendos. No había dudas: los menores habían comenzado a disparar.Con las precauciones del caso, los efectivos tomaron cartas en el asunto e iniciaron una peligrosa persecución en la que los adolescentes se cubrieron a los tiros para escapar. Al menos cinco de ellos lograron hacerlo, pero otros dos, de 14 y 16 años, fueron demorados por los efectivos de la fuerza provincial.Ambos fueron trasladados por una patrulla a la Decimosegunda, mientras el resto de los uniformados continuaba con la búsqueda, que no volvió a arrojar resultados positivos. El arma de fuego tampoco pudo ser incautada.De todas maneras, los investigadores ya tendrían identificados al resto de los sospechosos, quienes al igual que los demorados, pese a su corta edad, contarían con frondosos antecedentes y serían más que conocidos en el ambiente delictivo local, aunque cueste creerlo.Por orden de la Justicia Correccional y de Menores, el adolescente de 16 años quedó alojado en la Unidad Penal IV del Servicio Penitenciario Provincial, en Miguel Lanús, mientras que el menor de 14 fue entregado a sus tutores legales para guarda y custodia.Los elementos siniestrados fueron entregados a su dueña después de los trámites de rigor correspondientes.
Discussion about this post