CIUDAD DEL VATICANO, Santa Sede (Agencias y diarios digitales). En la primera votación del cónclave los cardenales no consiguieron ponerse de acuerdo para elegir al nuevo papa. Ningún candidato logró los 77 votos necesarios (dos tercios más uno) para convertirse en el sucesor de Benedicto XVI. Y como no hubo acuerdo, una columna de humo negro apareció por la chimenea instalada en la capilla Sixtina ayer poco antes de las 16 (hora argentina).El cónclave que elegirá al sucesor del renunciante papa Benedicto XVI comenzó ayer en el Vaticano sin un favorito excluyente y con divisiones entre los purpurados que decidirán con su voto quién será el nuevo líder de la Iglesia Católica.“Extra Omnes” (“Todos Fuera”), ordenó el cardenal Guido Marini, maestro de ceremonias, antes de que a las 17.35 (13.35 de Argentina) se cerraran bajo llave las puertas de la Capilla Sixtina tras la salida de todas las personas ajenas a la votación, dando inicio oficial al cónclave que elegirá al nuevo pontífice.Previamente, los 115 cardenales con derecho a voto –por ser menores de ochenta años- juraron sobre los Evangelios cumplir su misión apostólica si son electos papa y guardar secreto sobre las votaciones y lo que suceda en la capilla, donde permanecerán sin contacto con el mundo exterior hasta que haya pontífice.El Papa sólo saldrá elegido por mayoría de dos tercios de los cardenales electores, es decir, necesita 77 votos de los 115.Benedicto XVI fue elegido después de cuatro votaciones en el cónclave de 2005, que comenzó el 18 de abril y terminó al día siguiente.En cambio, su antecesor, Juan Pablo II, necesitó ocho votaciones para reunir dos tercios de los votos en un cónclave que se presentaba muy abierto, más parecido al de ahora.“Buen Pastor”La Iglesia necesita un “buen Pastor”, comprometido con la “evangelización”, afirmó ayer el cardenal decano Angelo Sodano, al oficiar la misa previa al inicio del cónclave”.Si bien no existe un claro favorito, el italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, y el brasileño Idilio Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo, se destacan entre el resto de cardenales como candidatos a convertirse en el pontífice número 266 de la Iglesia Católica, según la prensa italiana.Detrás aparecen varios nombres como el franco candiense Marc Ouellet, el húngaro, Péter Erdo, el austriaco Christoph Schönborn o los norteamericanos Timothy Dolan o Sean O’Malley. También figuran como “papables” el filipino Luis Antonio Tagle o el mexicano Francisco Robles Ortega. “La característica principal de cada buen Pastor es dar la vida por sus ovejas. Esto vale sobre todo para el sucesor de Pedro, Pastor de la Iglesia universal”, aseguró Sodano en la misa “Pro Eligendo Romano Pontífice” (para elegir papa) previa al cónclaveEl cardenal Sodano, que fue secretario de Estado de Juan Pablo II y es considerado uno de los hombres fuertes de la curia romana, no entró en el cónclave por haber superado los ochenta años.Pero antes de la crucial elección, Sodano dejó claro el perfil del nuevo papa que cree que necesita la Iglesia y recordó cuál es su misión.El cardenal remarcó que los católicos viven “horas importantes” por lo que imploró a Dios para que conceda “pronto” un pontífice que desarrolle con “corazón generoso la noble misión de la Iglesia”. En ese sentido, el decano del Colegio Cardenalicio recordó que la “máxima obra de caridad es la evangelización”.También pidió a los purpurados preservar la unidad de la Iglesia dentro de su “diversidad de dones” y contribuir a su “edificación”, precisamente en un momento en el que los escándalos de corrupción, los casos de inconductas sexuales y luchas de camarillas golpean a la Santa Sede.Los asistentes a la misa rompieron en un intenso aplauso cuando Sodano dio gracias a Dios por el “cuidado amoroso” a la Iglesia Católica y “por el brillante pontificado que concedió con la vida y obra del amado y venerado Benedicto XVI” a quien expresó su “gratitud”.Asimismo, el cardenal consideró que los últimos papas fueron “artífices de muchas iniciativas benéficas también frente a los pueblos de la comunidad internacional, promoviendo sin descanso la justicia y la paz”. Qué es…El cónclave, una elección diseñada en plena Edad Media, se celebra siguiendo un ritual milenario pautado al milímetro. Pero hay un aspecto que siempre queda abierto: se sabe cuándo empieza, pero nunca cuándo acaba. Estas son algunas preguntas y respuestas en torno a la elección papal número 266, tras la renuncia de Benedicto XVI. ¿Cuánto dura?No hay límite en cuanto a la duración, y los cardenales pueden deliberar todo el tiempo que sea necesario hasta que se pongan de acuerdo en quién debe ser el nuevo papa. Sin embargo, cada vez se deciden antes. Benedicto XVI fue elegido a la cuarta votación y Juan Pablo II, a la octava. Y todos los cónclaves desde 1830 han durado cinco jornadas o menos, si exceptuamos el que eligió a Pío X en 1903 (24 días). Pío XII, por ejemplo, fue elegido el primer día, a la tercera votación, en la antesala de la II Guerra Mundial.Antes, los cardenales solían tomarse más tiempo, influidos por las circunstancias políticas e históricas. En el XVII, por ejemplo, la media de duración fue de 39 días. En el XVIII, en cambio, las nueve elecciones papales duraron 94 días de media. En 1740 los purpurados llegaron a tomarse 181 días para elegir a Benedicto XIV. El cónclave más largo y el más cortoEl cónclave más largo de la historia fue, precisamente, el que dio origen al concepto. Tras la muerte de Clemente IV en 1268, los cardenales se citaron en Viterbo para elegir a su sucesor. Las deliberaciones se alargaron tanto que los vecinos decidieron racionarles la comida y después encerrarles, para que no se lo pensaran tanto. Tardaron tres años en ponerse de acuerdo y sentar en el trono de Pedro a Gregorio X. Fue este papa quien, escarmentado de la espera, decidió en el II Concilio de Lyon de 1274 que en lo sucesivo se encerrara cum clavis (con llave) a los cardinales hasta que se decidieran. En contraste con ese eterno período de deliberaciones, Julio II, el cardenal Giuliano della Rovere, fue elegido en 1503 en el cónclave más corto de la Historia, tras apenas diez horas de reunión. ¿Cuántos carden
ales participan?El número de electores, que ha variado notablemente, también ha tenido su influencia en la duración de las elecciones. En el eterno cónclave de 1268 a 1271 solo participaron 18 purpurados -11 eran de territorios de la actual Italia-, y en la elección relámpago que coronó papa a Julio II en el Cinquecento, hubo 40 electores, con 24 italianos. A menos participantes, mayor dificultad de alcanzar la mayoría de dos tercios. ¿Cuál es la región con más representantes?En el cuerpo electoral que nombrará al sucesor del dimitido Benedicto XVI, la Iglesia italiana seguirá siendo la más representada. Entre los 115 cardenales que votarán hay 28 italianos. La presencia de 11 purpurados africanos y 33 americanos (14 del norte y 19 de América Latina) era algo impensable hace un siglo. ¿Existe un límite de edad para los cardenales?Durante el siglo XX, la inclusión de eclesiásticos de todas las partes del mundo en el colegio cardenalicio, y el aumento de la esperanza de vida provocaron que cada vez hubiera mayor número de electores. Por eso, las últimas modificaciones de las normas han establecido algunas limitaciones al respecto. En 1978 Pablo VI decidió restringir la edad, y que solo los menores de 80 años están en condiciones de votar al sucesor de San Pedro. Eso no supondrá un problema para Basselios Thottunkal, de India, el más joven del Colegio a sus 53 años, pero ha estado a punto de serlo para el de más edad. El alemán Kasper entró al cónclave con sus 80 años cumplidos el pasado martes. Y esto solo será posible gracias a uno de los muchos cambios que Juan Pablo II introdujo en las reglas en 1996. Pablo VI había fijado el límite de 80 años cumplidos el día de la apertura del cónclave, pero Wojtyla prefirió que la edad se midiera en el momento en que la sede queda vacante. ¿Quién los ha elegido?Después de un pontificado largo, como lo fue el del polaco (casi 28 años), la mayor parte de los cardenales que eligen a su sucesor suelen haber sido nombrados por él mismo. Así ocurrió en 2005, cuando todos los purpurados salvo Ratzinger y otros dos habían sido creados por Wojtyla. En esta ocasión, en cambio, la cosa estará más igualada. Sesenta y cinco electores han sido elevados por Ratzinger, por cincuenta de Juan Pablo II. ¿Siempre fue en la Capilla Sixtina?El pontífice polaco también decidió que el lugar de las votaciones debía ser, obligatoriamente, la Capilla Sixtina del Vaticano. Así ha sido, de hecho, desde 1878, pero antes se habían celebrado cónclaves en otros lugares del Vaticano, en otras iglesias romanas o incluso de fuera de Italia. ¿Qué tipo de mayoría es necesaria para la elección?Otro de los cambios de Juan Pablo II tuvo que ver con las mayorías necesarias para la elección. A lo largo de la historia de los cónclaves se han requerido dos tercios de los votos, o, en su defecto, designar al pontífice por aclamación, si los cardenales señalaban al unísono al elegido sin tener que votar en secreto. La constitución apostólica Universi Dominici Gregis de 1996 prohibió la elección por aclamación, aunque introdujo la mayoría absoluta como válida para la elección a partir de la trigésima votación. Votaciones por bloques El primer día solo se vota por la tarde, y a partir de entonces, hay que hacerlo dos veces por la mañana y otras dos por la tarde. Si al tercer día no hay fumata blanca, se hace un descanso de un día para rezar y reflexionar. Entonces se celebran hasta tres series de siete escrutinios, con una pausa entre cada serie, hasta alcanzar el consenso necesario. Si no lo hay se pasara a elegir solo entre los dos candidatos más votados previamente que, además, no pueden votar.
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