POSADAS. (Por Julio Alejo Gómez *). Capilla San Alonso, 29 de marzo de 1818 . Acampado con su ejército en el lugar, el general portugués Francisco Chagas Santos conversa con sus lugartenientes sobre la estrategia para el asalto a la antigua reducción de San Carlos, en cuya iglesia y colegio, Andrés Guacurarí se hizo fuerte con sus guaraníes.Los portugueses atacan y son recibidos con una infernal descarga de fuego; la lucha es intensa, hasta que el imprevisto estallido del polvorín de los defensores vuelca el combate. Andresito decide salvar la mayor cantidad de vidas y se retira con el pueblo entero.En los primeros días del mes de abril, Chagas, tras pernoctar en San Alonso, regresa a San Borja San Alonso, 195 años despuésLa arqueóloga María Eugenia Turus, contratada por el Gobierno de Corrientes y la Municipalidad de Virasoro, explica entusiasmada los trabajos que se están realizando en el sitio.El panorama es impactante. Gruesos muros de piedra itacurubí, perfectamente trabajados y colocados en forma yuxtapuesta, reciben la luz del sol que se filtra por entre los árboles y realza el conjunto que cubre una gran extensión. La líneas del reticulado arqueológico, permiten la ubicación exacta de cada resto, para ir científicamente, desenterrando paso a paso, la historia.A 10 kilómetros de Virasoro, la antigua “Vuelta del Ombú” y a 300 metros de la Ruta Nacional 14, los terrenos pertenecen hoy a la multinacional forestal Bosques del Plata que participa en la iniciativa.La vieja Capilla de San Alonso, renace lentamente desde el pasado. A un costado y entre matorrales se distingue perfectamente el pozo de agua, calzado con piedra, que abastecía a los lugareños. A más de cien metros, restos de un socavón pétreo que podría haber sido el horno donde cocían las tejas con la que techaron la importante capilla y edificios circundantes.OrígenesEn el vasto complejo productivo ideado por los jesuitas para el sostén y abastecimiento de las reducciones, primero las inmensas vaquerías y luego las estancias, permitieron apacentar miles de cabezas de ganado destinadas al consumo de los pueblos de guaraníes. Un memorial de 1747, redactado por el padre José Cardiel, revela que “cada cinco leguas entre las misiones hay una capilla, con uno o dos aposentos”. Especie de “pucará” guaraní, que además permitía la vigilancia de tierras y animales.San Alonso data- según un memorial- de 1714, y tras la expulsión de los jesuitas, un inventario de 1797 conservado en al Archivo General de la Nación dice: “existe una capilla con su sacristía, más cuatro cuartos que formaban un solo conjunto”, y menciona dos cuartos más que oficiaban de cocina y retrete, respectivamente. “La Capilla poseía un retablo de escultura del Santo titular (San Alonso Rodríguez **) además de otras imágenes”, añade el informe. También precisa el inventario, que “completaban el aposento dos campanas y otros elementos para el culto” y que en la parte posterior, “la Sacristía poseía una mesa con pies torneados y un cuadro de pintura tosca con tres retratos, y se comunicaba con la capilla a través de una puerta con aldaba de madera.”Después de Andresito Guacurarí Tras la época de Andresito, un mapa de 1866, existente en el Archivo Nacional del Paraguay muestra el camino que conducía a la “Trinchera de San José” (Posadas) y el Puerto del Hormiguero (Santo Tomé). Esta vía será vital para el Paraguay, cuando Juan Manuel de Rosas le corte el acceso a Carlos Antonio López por el Paraná, transformando a la zona de las Misiones en la única ruta comercial para los paraguayos. Allí nace Vuelta del Ombú (Virasoro), figurando también en el mapa, el puesto de San Alonso, ya en carácter de posada y alojamiento temporal.Epílogo con testigos ancestrales En su mesa de arqueóloga, situada en medio de las imponentes piedras, María Eugenia Turus conversa con sus colaboradores y los historiadores visitantes acerca de los avances logrados en el día. Sigue entusiasmada, sabe que la antigua Capilla de San Alonso, encierra muchos secretos que con el tiempo, saldrán a la luz. Un mono carayá se desliza de rama en rama, y un venadillo mira desconfiado desde el monte. Son los ancestrales espectadores de un tiempo de fe y trabajo, que unió hace mucho a jesuitas y guaraníes.*Profesor de Historia, miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones.** Alonso Rodríguez, con Roque González de Santa Cruz y Juan del Castillo son los tres mártires jesuitas asesinados en 1628, cerca de San Luis Gonzaga (Brasil)(N. de la R.) La presente nota complementa la publicada hoy en página 15 del suplemento EDICIÓN. Vuelta del OmbúTras la época de Andresito, un mapa de 1866, existente en el Archivo Nacional del Paraguay muestra el camino que conducía a la “Trinchera de San José” (Posadas) y el Puerto del Hormiguero (Santo Tomé). Esta vía será vital para el Paraguay, cuando Juan Manuel de Rosas le corte el acceso a Carlos Antonio López por el Paraná, transformando a la zona de las Misiones en la única ruta comercial para los paraguayos. Allí nace Vuelta del Ombú (hoy Ingeniero Gobernador Valentín Virasoro), figurando también en el mapa, el puesto de San Alonso, ya en carácter de posada y alojamiento temporal.Así, Virasoro se asentó sobre las bases de Vuelta del Ombú; la zona constituyó una importante ruta comercial entre paraguayos y brasileños, a quienes se les impedía el comercio por el Paraná.Se consolidó como villa en 1910, con la inauguración de la Estación del Ferrocarril Nordeste Argentino, que cubría el servicio desde Monte Caseros a Posadas. Este emplazamiento produjo que nuevos pobladores fueran radicándose en el lugar lentamente. Es así que el pueblo adquiere el nombre de Gobernador Ingeniero Valentín Virasoro, el 23 de septiembre de 1926.





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