PARAJE MONDORÍ, San Pedro. La Escuela 399 está ubicada pegadita a la ruta 17 y debido al crecimiento demográfico que ha habido en la zona en los últimos años concurren actualmente a ella más de 140 alumnos desde nivel inicial hasta séptimo grado.Su estructura edilicia está conformada por tres cuerpos: el cuerpo principal de material finalizado hace siete años (luego de estar parada la obra por casi diez), que consta de dos aulas, sala de dirección y sanitarios fuera de servicio desde su origen; y dos aulas de madera totalmente construidas por los padres, una de ellas para Nivel Inicial (donde concurren 23 niños).Desde hace más de tres años que las madres y los padres de los alumnos de la 399 vienen solicitando a través de notas, pedidos, proyectos y reclamos condiciones dignas para que sus hijos estudien, hartos de no ser escuchados decidieron tomar la escuela. Un poco de historiaPRIMERA EDICIÓN se acercó hasta la escuela mencionada y dialogó con padres y docentes para tomar conocimiento cabal de la situación y poder transmitirla a sus lectores. Según el relato en el que todos los presentes coincidieron, la construcción del predio comenzó en los años 90 pero estuvo parada casi diez años y hace siete se finalizó la obra y se comenzaron a dictar clases en el lugar. Los baños jamás funcionaron y la comunidad escolar presupone que esto se debe a los años en que estuvo paralizada la construcción durante los cuales se trancó toda la cañería.Al momento de comenzar las clases, ya el predio construido era chico para la cantidad de alumnos matriculados (sólo dos aulas) por lo que a partir del trabajo de los padres y de la cooperadora escolar, se construyeron dos aulas más, sin ningún tipo de aporte por parte del Estado. Tablas hechas con motosierras, chapas usadas para el techo, bancos y mesas confeccionados por los mismos padres. El Estado ausente. El espacio fue quedando cada vez más chico, los precarios materiales que con mucha buena voluntad aportaron los padres se fueron deteriorando y desde hace tres años se viene pidiendo al Consejo General de Educación (CGE) y al gobierno que asuman su responsabilidad y aporten lo necesario para que los alumnos puedan recibir educación en dignas condiciones. Se han entregado proyectos al CGE con fotos, se han elevado notas a través de la dirección, se han entregado pedidos en mano a la presidenta y al gobernador de la provincia pero hasta el momento nadie se hizo cargo del pedido de los padres, nadie se hizo cargo de la educación de los hijos de estas familias productoras.“Necesitamos que nos escuchen”Hartos de ser ninguneados los padres decidieron tomar la escuela. El problema no sólo es edilicio, falta mobiliario (los chicos de Nivel Inicial se sientan en cajones de manzana) y también faltan cargos, por ejemplo: este año los chicos de tercer grado aún no han tenido clases por falta de docente.Julio González es vicepresidente de la cooperadora de la escuela, y contó a PRIMERA EDICIÓN que “hace años que venimos pidiendo a través de notas y nadie ni siquiera nos responde, así no se puede seguir, en la escuelita llueve adentro por todos lados, necesitamos también una ampliación, con 140 chicos así no se puede trabajar todos amontonados en dos aulas, necesitamos muebles también pues están todos rotos viejos, los gurises de nivel inicial se sientan en cajones de manzana, sufrimos un abandono total por parte de las autoridades responsables, no nos gusta esta medida pero necesitamos que nos escuchen”. Frustración de los padres“Yo como madre me siento obligada a pelear por la educación de mis hijos, estoy cansada de ver grandes discursos en el canal del gobierno, promesas de obras y actos políticos y nosotros venimos desde hace años reclamando y que nadie haya ni siquiera venido a ver” nos dice Ana, madre de dos hijos cursando en la escuela. “Es una vergüenza como mamá ver a mis hijos en una escuela como esta, los chicos pasando frío, mojándose, enfermando de los bronquios, de asma, por el mal estado en que está la escuela, mis hijos van a primero y a cuarto y tienen derecho a una escuela en condiciones, me gustaría que los medios de comunicación muestren esto porque somos parte de la realidad de la provincia”, dijo esta mamá entre lágrimas y continuó “hasta ahora acá no vino nadie, ni de educación ni del gobierno”.Laurindo, otro de los padres, relató que “nosotros construimos las dos aulas que se pueden ver, a motosierra, dicen que el gobierno apoya la educación, pero acá nadie vino a apoyar, lo único que pudimos conseguir son las pocas chapas que techan el jardín, pero nada más, me gustaría que vengan a ver, se les caería la cara de vergüenza si vieran en qué condiciones los chicos reciben educación”.Presencia oficialLuego de la difusión a través de diferentes medios radiales de la zona sobre la toma de la escuela por parte de los padres, se hizo presente la supervisora María Teresa Gómez, seguramente con la misión encomendada de calmar los ánimos y tratar de lograr un acuerdo con los padres para que levanten la medida de fuerza.En un principio y con una actitud prepotente la supervisora llegó a sugerir a la directora que si no había espacio junte sillas en los pasillos y dicten clases ahí, pero ante la firme actitud de los padres y la presencia de este matutino cambió su actitud y comenzó el diálogo en busca de la solución.Los padres presentaron un petitorio con las necesidades de la escuela y luego de realizar algunas llamadas telefónicas, la supervisora solicitó un impasse de tres días para acercar soluciones. Demostrando que su objetivo es únicamente conseguir condiciones dignas para la educación de sus hijos, los padres decidieron levantar la medida de fuerza y concedieron los tres días solicitados por la funcionaria. Los padres aguardarán hasta este lunes confiando en que el gobierno asumirá su responsabilidad y acercará a la escuela soluciones.
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