São PAULO, Brasil (Agencias y diarios digitales). Una mujer murió de un paro cardíaco el jueves tras la explosión de una bomba en una protesta en Belem (norte), en la segunda muerte accidental durante las manifestaciones en el país, informó ayer la alcaldía a la AFP.La mujer era una barrendera de 54 años, con hipertensión, que trabajaba junto a una cuadrilla de limpieza cuando avanzaba una columna de manifestantes y explotó una bomba que la hizo correr y le causó la muerte. El jueves un joven fue atropellado en el interior de São Paulo, también durante la jornada de protestas.La mujer fue socorrida por servicios de salud pero no resistió. “No sabemos si la bomba la lanzó la policía o los manifestantes, ni qué tipo de bomba era. Se está investigando”, señaló la responsable. Según medios locales de prensa, la mujer murió por inhalar gas de una bomba lacrimógena lanzada por la policía para dispersar a los manifestantes.El jueves, en Ribeirao Preto, a unos 330 kilómetros de São Paulo al interior del estado, un grupo de manifestantes bloqueaba una calle cuando un vehículo atropelló a un grupo de ellos y le causó la muerte a un joven de 18 años.Durante la jornada, más de un millón de personas se lanzaron a las calles del país para denunciar los gastos del Mundial de fútbol-2014 que acogerá este país dentro de un año, criticar la corrupción y pedir mejores servicios públicos.Las movilizaciones estallaron tras un aumento del valor del transporte público, una medida ya revocada en ciudades como São Paulo, Rio de Janeiro, Porto Alegre y Recife, entre otras.A raíz de las masivas protestas la presidenta Dilma Rousseff convocó ayer a sus principales ministros a una reunión de emergencia y canceló un viaje a Japón fijado para la semana próxima. Si bien las protestas no apuntan en particular contra la propia Rousseff, la líder de centroizquierda enfrenta una enorme presión a medida que las marchas se tornan más violentas.Las manifestaciones en general han sido pacíficas y lideradas por la clase media. Pero el viernes, muchos brasileños se despertaron viendo en la televisión imágenes de los acontecimientos de la noche en las que jóvenes enmascarados saqueaban tiendas, comenzaban incendios y dañaban edificios, como el Ministerio de Relaciones Exteriores en Brasilia, al cual le rompieron las ventanas.A diferencia de manifestaciones previas, gran parte de la violencia del jueves fue generada por los propios manifestantes, en lugar de tratarse de alguna respuesta de mano dura de parte de la policía. Al menos 77 personas sufrieron heridas, reportó el diario Estado de S. Paulo. Los disturbios repentinos, que comenzaron el 13 de junio cuando la policía reprimió una pequeña protesta que reclamaba contra una subida de los pasajes de los autobuses en São Paulo, conmocionaron a un país que hasta hace poco era considerado un exitoso mercado emergente en ascenso.Las manifestaciones se desarrollaron mientras Brasil celebra la Copa Confederaciones, un torneo internacional de fútbol que funciona como una prueba de la organización de cara al Mundial.Los manifestantes han usado el torneo para amplificar su furia ante el gasto público en enormes estadios, empañando un evento que supuestamente debía fortalecer la imagen internacional de Brasil.En ese sentido, Pekka Odriozola, jefe de comunicación de la organización del evento deportivo, señaló ayer que “en ningún momento la FIFA ha considerado o discutido abandonar la Copa Confederaciones con las autoridades locales”.Por su parte, el movimiento Pase Libre, que lidera las protestas, anunció ayer que suspenderá las manifestaciones para evaluar la situación ante la infiltración de grupos con otros intereses.Los dirigentes del movimiento, nacido en las universidades y que defiende el transporte público gratuito, anunciaron que por ahora no convocarán a nuevas manifestaciones por lo menos en São Paulo para evitar que las protestas sean utilizadas para otros fines. Junio histórico• Martes 11: Miles de personas manifiestan en la avenida Paulista, principal arteria de la capital económica São Paulo, para protestar contra el alza del 7% del precio del pasaje de bus. La jornada se salda con buses incendiados, vitrinas destrozadas y choques con las fuerzas del orden. Las manifestaciones habían comenzado tímidamente el 6 de junio en Porto Alegre, antes de extenderse por São Paulo, Rio de Janeiro, Goiania y Natal el mismo día.• Jueves 13: En São Paulo, una manifestación es reprimida por la policía, con un saldo de un centenar de heridos y más de 230 arrestados. La intervención policial es criticada por el alcalde de la ciudad, Fernando Haddad, que deplora “la violencia policial”. La movilización se contagia también a Rio, Porto Alegre, Maceio y Natal.• Viernes 14: Manifestantes que reclaman viviendas y protestan contra los costos de los preparativos de las competiciones de fútbol, bloquean el acceso al estadio de Brasilia, donde se jugaba al día siguiente el partido de apertura de la Copa Confederaciones, un ensayo general del Mundial del 2014. La presidenta Dilma Rousseff, defiende la organización del Mundial y los gastos, en un discurso desde la Rocinha, la favela más grande de Rio.• Domingo 16: Enfrentamientos entre la policía y miles de manifestantes en las cercanías del estadio Maracaná en Rio.• Lunes 17: Manifestaciones sin precedentes en 21 años movilizan a 250.000 personas en todo el país, sobre todo en Rio, São Paulo, Brasilia, Belo Horizonte, Fortaleza y Salvador. En Rio, una manifestación pacífica de unas 100.000 personas da paso luego a escenas de caos con tiroteos, saqueos y vandalismo, mientras interviene la policía antimotines. La presidenta Rousseff afirma que las “manifestaciones pacíficas son legítimas y propias de la democracia”.• Martes 18: Rousseff dice que se mantiene escuchando las “voces por el cambio”, al término de una nueva jornada de grandes manifestaciones y de un encuentro con su mentor político, el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010). Varias ciudades anuncian la reducción de los precios de las tarifas del transporte público.• Miércoles 19: El Gobierno decide enviar a integrantes de la policía de elite para garantizar la seguridad en cinco de las seis sedes de la Copa Confederaciones. Cediendo a la presión popular, los alcaldes de São Paulo y Rio aceptan recortar las tarifas del transporte público. En Fortaleza estallan choques en los alrededores del estadio, al margen del juego Brasil-México.• Jueves 20: Pese a su victoria en cuanto a su
s reivindicaciones del transporte, los manifestantes reiteraron en las redes sociales su llamado a la movilización y lograron reunir más de un millón de personas en un centenar de ciudades. Las protestas dejaron dos muertos y decenas de noventa heridos.
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