POSADAS. Se recibieron de licenciados en genética en la Universidad Nacional de Misiones y cada uno siguió su camino: Julián Ferreras hizo su doctorado en biología molecular en Madrid y luego investigó nueve años en Nueva York; Marcos Miretti se doctoró en Brasil y siguió sus estudios post doctorales en la Universidad de Cambridge; Karina Argüelles se doctoró en genética humana en Buenos Aires. Hace poco más de dos años, volvieron a elegir Posadas para vivir, investigar y trabajar. Julián y Marcos son científicos repatriados por el Gobierno nacional que eligieron Misiones pese a que ninguno nació en esta provincia. Karina también vino desde Chubut a estudiar a Misiones y luego hizo su doctorado en Buenos Aires. Con apoyo del Consejo Nacional de Investigaciones y Técnicas (Conicet) y de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) pusieron en marcha el laboratorio Grupo de Investigación en Genética Aplicada (Giga). Primero para adecuar su estructura edilicia y luego equipar el laboratorio, destinaron gran parte de los fondos que reciben como subsidios e incluso pidieron un crédito bancario personal. Estos son los tres científicos que el viernes, a partir de las 21.30, recibirán a todos los que quieran compartir un encuentro informal para hablar, debatir, discutir, aprender o enseñar sobre ciencia, investigación, cultura y actualidad en el Centro Mandové Pedrozo, Beethoven 1762. Esta iniciativa, llamada “Café científico”, comenzó en mayo con el tema disparador “¿Qué es la vida?” y el viernes se propone abordar “Los misterios del ADN. De tal palo, tal astilla”. La entrada es libre, gratuita y abierta a todo público. Sólo se paga el servicio de cantina y el consumo no es obligatorio. Desafío profesional Julián Ferreras recibió a PRIMERA EDICIÓN en el laboratorio y habló sobre sus proyectos y desafíos, las razones por las que decidieron con su esposa volver al país y porqué eligieron Misiones. “Las condiciones profesionales para volver al país e instalarse en Capital Federal, Córdoba o Rosario son tentadoras. Volví a Misiones hace dos años y Marcos hace casi cuatro y la estamos peleando… recién hace un mes empecé a hacer trabajo de laboratorio, antes tuve que remar en la construcción del mismo. Pero este desafío era parte de mi proyecto personal y profesional, construir casi de la nada un laboratorio de este tipo, porque creo que el impacto de lo que puedo hacer será mayor en Misiones que en Buenos Aires. Mi proyecto es desarrollar aquí la base científica, tratar de dar una vuelta de tuerca al tipo de ciencia que se puede hacer desde Misiones. Hasta hace algunos años se podía hacer una ciencia bastante elemental porque había pocos recursos financieros. No nos faltan recursos humanos preparados, pero en el ámbito científico los subsidios se consiguen en base a la cantidad de publicaciones y los científicos locales no tienen mucho acceso a las buenas publicaciones… siempre tienen que ir colgados a otros grupos y esto también se nota en la porción que les toca del subsidio para investigar. Esto es lo que ahora podemos aprovechar para Misiones… después de haber estado varios años en centros científicos de primer nivel y haber publicado bastante, tenemos la chance de lograr buenos e importantes subsidios. Lo estamos haciendo de a poquito. El equipamiento es caro y hay problemas para importarlo, todo demora más tiempo del esperado pero no perdemos el entusiasmo”, confió. Recordó que ahora son tres los investigadores del Conicet y de la Facultad de Exactas en el laboratorio, pero cinco empezaron a desarrollar este proyecto, incluyendo a Victoria García y Carola Cheroqui, que pasó a desempeñarse en el instituto de genética humana que se abrió el año pasado en el Parque de la Salud. “Karina (Argüelles) se desempeña también en el laboratorio que la Universidad tiene en convenio con el Instituto de Previsión Social (IPS), en el área de citogenética, y aparte realiza sus investigaciones sobre genética humana (entre ellos, estudios de filiación) y sobre biodiversidad vegetal. Marcos (Miretti) está más abocado a la genómica bovina y yo en microbiología”, contó. Ferreras realiza con apoyo del Programa Provincial de TBC un estudio de epidemiología molecular de la cepa que circula en la provincia de tuberculosis. Misiones, el destino elegido “Con mi esposa, que es misionera, estábamos muy bien en Nueva York. Ella trabaja para Naciones Unidas (ONU). Es profesora de inglés y en Inglaterra hizo una maestría en la enseñanza del español como segunda lengua. No volvimos al país solamente porque extrañábamos, se juntaron varias razones personales y profesionales. Sentimos que era el momento para asumir algunos desafíos profesionales y personales. Después de estar casi catorce años afuera, queríamos pasar tiempo con nuestros padres… y pocos meses después de regresar murieron mi papá y mi suegra, así que sentimos ese tiempo compartido como un regalo de la vida”, contó.
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