Posadas. Un verdadero peligro representan los carriles exclusivos para colectivos en el microcentro de la ciudad debido a la alta velocidad que desarrollan los ómnibus del transporte urbano para “alcanzar” la luz verde del semáforo, según reclamos de frentistas usuarios de la zona. Con el fin de “salvar vidas”, un comerciante que tiene su local en Ayacucho y Entre Ríos pidió la colocación de reductores o lomos de burro, porque asegura que las unidades del transporte urbano llegan a alcanzar los ochenta kilómetros por hora. Innumerables líneas ingresan por Ayacucho, la velocidad y el tránsito hacen “vibrar” la planta alta, comentó Luis Oscar Hudema. “Pero más allá de esto, lo que queremos es salvar vidas, semejante colectivo no puede andar a ochenta en ese sector porque no se trata de una avenida, menos de una ruta, hay escuelas y una plaza, además del constante cruce de peatones”, advirtió.Hudema comentó que su preocupación es constante, ya que tiene un local en la intersección con Entre Ríos, donde constantemente está el personal y clientes. “Si llega a ocurrir algo el colectivo va a terminar adentro del local”, manifestó.Después de su reclamo, la Dirección de Tránsito de la Comuna envió inspectores al sector. “Cuando saben que hay inspectores los choferes de colectivos se miden, pero los agentes no están de manera constante y después los ómnibus siguen pasando por arriba de todo. Me pregunto cuánto más tiene que pasar para que las autoridades tomen medidas”, agregó. Analizan colocar reductoresDesde Tránsito municipal, Héctor Barboza comentó que se está evaluando la colocación de reductores de velocidad. “Aunque no es algo que se quiera hacer (por los reductores), pero es la única forma porque no disponemos de inspectores las 24 horas”, explicó. Al respecto, también dijo que ya se notificó a las empresas de transporte sobre la situación, reiterando que las unidades no deben superar los cuarenta kilómetros por hora en ese sector de la ciudad. Por su parte, Hudema insistió en la necesidad de reductores, porque “los semáforos tampoco se respetan”. “Sabemos que hay controles de alcoholemia y de todo tipo en otras partes de la ciudad, pero en el microcentro el problema es la alta velocidad”, subrayó. En abril pasado, precisamente en la esquina de Ayacucho y Entre Ríos, un motociclista perdió la vida en un accidente en el que también estuvo involucrado un colectivo del transporte urbano de pasajeros. En 2011 también la calle Ayacucho, pero casi Córdoba, fue escenario de una tragedia cuando “Huguito”, un conocido vendedor de quinielas, falleció luego de ser atropellado por un colectivo. Desde entonces los vendedores ambulantes con puestos fijos y trabajadores de la zona reclaman más controles a los colectivos por la velocidad.
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