SAN PETERSBURGO, Rusia (Agencias y diarios digitales). Los presidentes ruso, Vladimir Putin, y estadounidense, Barack Obama, se reunieron ayer para hablar sobre Siria al margen de la cumbre de jefes de Estado del G20, pero no lograron ponerse de acuerdo, cada uno “mantuvo su posición”, indicó el mandatario ruso.“Hablamos sentados, la conversación duró de 20 a 30 minutos”, precisó Putin. “La conversación fue constructiva, significativa, cordial. Cada uno mantuvo su posición”, agregó.El presidente ruso mantiene un inflexible apoyo al régimen de Bashar Al Asad y rechaza toda idea de una intervención militar contra Damasco, que Barack Obama quiere llevar a cabo en reacción al ataque con armas químicas del 21 de agosto por el que se acusa al régimen sirio.No estaba previsto ningún encuentro bilateral entre ambos durante esta cumbre. Obama anuló una visita a Moscú que debía llevarse a cabo justo antes de la cumbre del G20 a raíz de que Rusia otorgó asilo político al exconsultor de la agencia de espionaje estadounidense Edward Snowden.Obama confirmó ayer que habló de Siria con Putin, pero no de Snowden. “Fui elegido para poner fin a las guerras, no para comenzarlas, pero el mundo no puede permanecer con los brazos cruzados”, declaró Obama en una rueda de prensa, afirmando que se dirigirá a la Nación el martes.Tanto Xi Jinping, el líder chino, como Putin, mandamás del Kremlin, fueron imperturbables en sus posiciones al punto de que el presidente ruso prometió ayer “ayuda a Siria” en caso de un ataque de la Casa Blanca y el presidente chino le dijo “personalmente” a Obama que “un ataque militar no puede resolver el problema de raiz”. “Esperemos que ciertos países lo piensen dos veces antes de emprender una acción militar”, advirtió Xi. La carta del papa Francisco recibida y leída por Putin al G20 en la que pidió “evitar una masacre” en Siria también fue utilizada por uno de los países europeos como Italia para fundamentar su “absoluto rechazo” al plan de Obama. Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 despacharon rápidamente la foto de familia que puso fin a la cumbre de San Petersburgo.En el marco incomparable del palacio Constantino de la capital imperial rusa, iluminado por un intenso cielo azul, los mandatarios de las principales potencias mundiales llegaron en varios grupos para posar en la tradicional foto.El presidente estadounidense llegó con la canciller alemana, Angela Merkel, y besó a su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, con la que ha mantenido roces por las denuncias de espionaje de los servicios secretos norteamericanos. Los dos posaron juntos en la foto.Solo tres mujeres, Merkel, Rousseff y la presidenta argentina Cristina Kirchner, figuraron en este club de hombres.El último en llegar fue el anfitrión del encuentro, que pasó por delante de Obama para ocupar su plaza en el centro de la escena. Entre ellos estaba el presidente indonesio.Los participantes en esta cumbre posaron durante unos instantes ante los centenares de fogonazos, algunos sonrientes, otros saludaron, pero todos se fueron rápido, sin que Putin y Obama intercambiaran siquiera una mirada.El estadounidense saludó al término de la cumbre el compromiso de Francia a favor de una “reacción internacional fuerte” al supuesto uso por el régimen sirio de armas químicas. “Aprecio mucho el compromiso de Francia a favor de una reacción internacional fuerte a estos actos crueles”, declaró Obama a la prensa, agregando que la intervención militar “sería limitada” y apuntaría a “disuadir la utilización de armas químicas”.François Hollande dijo, por su parte, que “sobre Siria comparten los mismos principios”. La publicación del informe de los inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el ataque químico del 21 de agosto “será un elemento más para tener en cuenta”, dijo Hollande. “Pero desde ya tenemos que constituir la coalición más amplia posible para adoptar las decisiones que consideremos más útiles, eficaces y pertinentes en pos de una solución política”, dijo.Europa busca su posiciónEl ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westervelle, expresó ayer en Vilna (Lituania) su deseo de que la ONU “acelere” la publicación del informe de los expertos. Westervelle recalcó la necesidad de basarse “en un informe independiente” en el debate sobre la respuesta que debe aportar la comunidad internacional.Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea mantuvieron ayer una reunión en Vilna para intentar “coordinar” su respuesta a la utilización de armas químicas en Siria entre divergencias sobre una posible intervención armada. “Necesitamos coordinar más nuestra postura”, declaró el ministro lituano, Linas Linkevicius, cuyo país preside la UE hasta finales de año.Ayer por la mañana, tras una reunión de los ministros de Defensa europeos, el lituano Juozas Olekas, indicó que acordaron que hay “muchas señales” que permiten señalar al régimen sirio como responsable del ataque químico.La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, realizará una declaración hoy tras la reunión, a la que está invitado el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.El peso del BRICSDe su lado, Sudáfrica condenó ayer cualquier acción armada en Siria, estimando que los bombardeos “no solucionarán el problema”. “Los sirios son víctimas de la violencia provocada por las armas químicas, los atentados con coche bomba o los combates callejeros”, declaró el viceministro de Relaciones Exteriores Ebrahim Ebrahim. “Aunque tengamos pruebas de que se usaron armas químicas (…) no hay que empezar a bombardear Siria, lo cual no solucionará el problema”, agregó.Pretoria, miembro del G20 pero también del grupo de los BRICS con Rusia y China, así como Brasil e India, condenó el uso de armas químicas y se dijo “alarmado por la reciente escalada” del conflicto. En el terrenoPor su parte, el presidente del Parlamento sirio pidió a los congresistas de Estados Unidos que no autoricen un ataque militar contra su país, antes de una votación del Congreso norteamericano prevista para el 9 de septiembre, informó ayer la agencia de noticias estatal Sana. “Les pedimos que no tomen medidas imprudentes ya que tienen el poder de alejar a Estados Unidos del camino de la guerra en favor del d
e la diplomacia”, escribió Jihad al Laham a los miembros del Congreso estadounidense, según la agencia.Laham pide que su carta sea entregada a cada congresista antes del inicio de las conversaciones que se celebrarán a petición de Obama, quien quiere castigar al régimen sirio por su presunta utilización de armas químicas el 21 de agosto cerca de Damasco. La operación dejó cientos de muertos, entre ellos numerosos niños.La comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense ya dio una opinión favorable a un ataque en Siria.“Toda intervención militar sería ilegal porque Siria es un país soberano y no presenta ninguna amenaza para Estados Unidos y el Consejo de Seguridad (de Naciones Unidas) no autorizó ataques”, añadió el presidente del Parlamento sirio.Según Laham, un ataque estadounidense sería tanto más ilegal en cuanto que la mision de investigación de la ONU sobre la presunta utilización de armas químicas no ha entregado sus conclusiones.El 1 de septiembre, Damasco ya llamó al Congreso estadounidense a “mostrar su sabiduría” al no dar luz verde a ataques en Siria.“Las alegaciones (estadounidenses) sobre la utilización por parte de Siria de armas químicas no tiene fundamento”, estimó entonces el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faisal Moqdad. El Vaticano y su ofensiva diplomáticaAl tiempo que el papa Francisco enviaba una carta a Putin y a los líderes del G20 exhortando a que eviten “soluciones militares” al conflicto de Siria, Dominique Mamberti, secretario vaticano de Relaciones con los Estados, reunía a los embajadores de los países acreditados ante la Santa Sede para que trasladen a sus respectivos Gobiernos la necesidad del cese inmediato de la violencia. Jorge Mario Bergoglio no parece dispuesto a contentarse con las previsibles llamadas a la paz -ya sean desde la plaza de San Pedro o desde las redes sociales- ni con la jornada de oración y ayuno a la que invitó a los fieles de otras religiones e incluso a los ateos. El papa argentino pretende que la vieja y siempre bien engrasada diplomacia vaticana presione con fuerza a favor de la paz.Un ejemplo muy gráfico se está produciendo en Estados Unidos. Los obispos estadounidenses -auténticos baluartes del papa Francisco- se acaban de dirigir a los católicos para pedirles que presionen a sus representantes en el Congreso para que, ya sean republicanos o demócratas, voten en contra de la intervención militar.
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